jueves, 18 de julio de 2024

¿Cuál es la situación actual de la Agenda Política de los pueblos indígenas del río Napo?

Informe de la agenda indígena de la cuenca del Napo


Antecedentes

En la cuenca del río Napo – región Loreto, nacieron dos organizaciones de pueblos indígenas: ORKIWAN – Organización Kichwaruna Wankurina del Alto Napo (1972) y FECONAMNCUA – Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo, Curaray y Arabela (1987). El antropólogo Richard Chase Smith, afirma que la Federación de Organizaciones Indígenas del Napo está entre las pioneras que sembraron las semillas que florecieron en los años 701 .

Por esos años la Primera Declaración de Barbados de 1971 ya señalaba que “el Estado debe reconocer el derecho de las entidades indígenas a organizarse y regirse según su propia especificidad cultural“2 ; esto implicaba para los pueblos indígenas preguntarse, ¿quiénes son ellos para el Estado?, ¿cuál es la situación real de los territorios que habitan?, ¿eran considerados peruanos?3 pero sobre todo, ¿de qué derechos gozaban?. En 1974, con “la nueva Ley de Comunidades Nativas en el Perú se abrió la posibilidad de que el Estado reconozca el derecho colectivo de propiedad sobre las tierras indígenas  en la Amazonía peruana“4

En el XVIII Congreso ORKIWAN desarrollado en Monterrico de Angoteros los días 29 y 30 de agosto de 2014, el anciano dirigente Mariano Oraco Noteno repondiendo a la pregunta ¿por qué ORKIWAN? decía: “Nosotros somos kichwas. Nuestra tierra es kichwa peruana. Nosotros no podemos ser otra cosa, porque somos peruanos, somos kichwas peruanos“5. Desde que nacieron estas organizaciones indígenas del Napo fueron acompañadas por dos sacerdotes católicos, Juan Marcos Mercier y Lamberto Beaten.  La misión franciscana ya había iniciado su tarea en la cuenca en 1946. Ambos misioneros intentaron en todo momento recuperar los valores napurunas y con ello poder acompañar a los pueblos indígenas, enseñándoles a como defenderse de las amenazas de los terratenientes – aquellos que se sentían propietarios, dueños y patrones de tierras – y de como ir enfrentando esa dicotomía salvaje – civilizado que impedia toda posibilidad de convivencia dentro de un Estado que se presentaba como moderno. Un Estado dominante que repetía un modelo neocolonial que respondía a una globalización de la economía europea y norteamericana que demandaba por los recursos naturales de la Amazonía: pieles, madera, látex, minerales, petróleo, entre otros6. Los gobiernos ya habían entregado tierras.

Por iniciativa y exigencia de los naporunas, en 1974 nace el Programa de Educación Bilingüe Intercultural del Alto Napo –PEBIAN–. Fue la primera experiencia que intenta “interculturalizar“ la educación en el Napo7. ORKIWAN es una organización indígena amazónica fundadora de la AIDESEP –Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonía Peruana– quien en 1980 entra en la vida política nacional con el fin de presentar al gobierno las demandas y reclamos reinvindicativos de los pueblos indígenas amazónicos. 

Entre los años 2006 al 2008, los misioneros fallecen y los dirigentes sienten la ausencia de un acompañamiento. Las dos organizaciones estaban viviendo una etapa de debilitamiento. Desde agosto del 2008 y junio del 2009 se lleva a cabo el paro amazónico como consecuencia de la inconstitucional falta de consulta que el Ejecutivo no realizó8. Aquí FECONAMNCUA “tiene un rol importante en el desarrollo de la acción colectiva, pues es la organización que lideró los procesos de protesta“9. Aunque muchos resaltan lo acontecido en Bagua, lo cierto es que en la cuenca del Napo, un mes antes un fuerte conflicto ocurría entre los pueblos indígenas y la compañía petrolera que era escoltada por la Armada Peruana10, de ello, la prensa capitalina no informaba. La muerte de los policías en Bagua fue la nota que se resaltó, no fueron las demandas de los pueblos.

Smith afirma que “las organizaciones indígenas, como la mayoría de las organizaciones políticas en América Latina, son muy reacias a ser examinadas y evaluadas críticamente“11; esto ciertamente se notaba en plena huelga amazónica. En ese contexto, la coordinación de la Pastoral Indígena del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas junto a Misereor buscan encontrar nuevas estrategias para provocar el diálogo entre el gobierno nacional y los pueblos indígenas del Napo. Entre los años 2011 al 2013 se ejecuta el Proyecto: “Formación itinerante de líderes sociales de la cuenca del río Napo en el desarrollo integral de sus comunidades“, y entre los años 2014 al 2015 se continua con el Proyecto: “Fortalecimiento del rol de líderes y sus organizaciones“. Paralelamente, la Comisión de Acción Social –CEAS– llega a la cuenca y trabaja el Proyecto: “Mitigación de conflictos sociales y desarrollo de la Amazonía“. Después de aquel 04 de mayo de 2009, se nota que los pueblos se empiezan a fragmentar. Las comunidades nativas del río Curaray y algunas del Medio Napo dialogan para dar inicio a una nueva organización: la Federación de Comunidades Nativas del Curaray –FECONCU–. Ella participa de las mesas de diálogo que se originaron y desarrollaron en Iquitos intentando dar respuesta a las demandas de las comunidades post huelga amazónica. Actas y pronunciamientos surgidos pasaron a la historia.

A través de los años, en las organizaciones ha predominado la motivación de querer lograr que el indígena sea protagonista de su propio destino12. La Iglesia Católica sigue jugando un rol fundamental de acompañar a las organizaciones indígenas. Este acompañamiento permite que tanto ORKIWAN como FECONAMNCUA decidan dar juntos un gran paso: elaborar su propia agenda que reúna, desde la escucha y con la participación de todos, las demandas que por años se venían presentando.


Elaboración de la agenda política

Después de varios encuentros y habiendo recogido los aportes y discusiones de los pueblos, del 01 al 03 de mayo del 2014, en la localidad de Santa Clotilde, se realiza un taller cuyo objetivo fue elaborar un instrumento de trabajo que recoja la problemática de la cuenca para su aprobación por las organizaciones indígenas. Se dialogó acerca del contexto que viven los pueblos indígenas de los distritos del Napo y Torres Causana y sobre la base del Alli Kawsana Napuruna se empezó a redactar una Agenda Política Común. Participan por FECONAMNCUA, Richard Rubio Conde – Presidente; Consuelo Pérez Siquihua – Vice presidenta y Neil Jipa Siquihua – Secretario. Y por ORKIWAN, Manuel Antonio Canelos Duende – Presidente. Además participaron Alex Capinoa Noteno y Edwin Saboya Linares, presidente y secretario los Comités de Vigilancia Comunal del Bajo Napo. Como representante del Comité Multisectorial del Napo, estuvo el Gobernador distrital, Luis Alberto Peña Hidalgo. 


Contexto de la cuenca antes y después de la huelga amazónica13 

Se describe lo siguiente: Pueblos indígenas y ribereños con expansión petrolera, forestal y aurífera. La PIAS (Plataforma Itinerante de Acción Social) que lleva a instituciones y programas sociales del Estado Peruano hacía las comunidades. Poco avance en el campo de la educación, salud, cuidado del medio ambiente, consulta previa, titulación de territorios y promoción de proyectos sostenibles. La pérdida de la identidad napuruna – valores. Ausencia de gobiernos locales en las poblaciones. Poblaciones inseguras: delincuencia, narcotráfico, navegación sin control permanente, ilícitos y trata de personas. Las aguas del río Napo están contaminadas por metales pesados, derrames petroleros. Falta de liderazgo en la misma población. Pocas y débiles organizaciones sociales en la cuenca. Surgimiento de nuevas organizaciones con intereses particulares y partidistas, esto por por debilitamiento de las organizaciones indígenas.


Contenidos que surgen en los talleres para elaborar la agenda política

Durante el 2012 y 2013 se realizaron encuentros en la cuenca del Napo. Bajo la modalidad de trabajo en grupos se logró la sistematización de la problemática de los pueblos de la cuenca del Napo14. El taller concluye con la elaboración de un documento de trabajo donde colaboraron abogados y antropólogos del CEAS y CAAAP, a quienes se les pedió la revisión y sugerencias. Hubo otra reunión entre directivas de las federaciones junto a expertos para la redacción final de la Agenda. Luego se preparó la difusión para su consulta y aprobación.



Agenda indígena política compartida de los distritos Torres Causana y Napo

Después de dos años de largo trabajo conjunto con todas las comunidades, en el Primer Encuentro de Directivas realizado en Santa Clotilde, en abril de 2013 se terminaron de definir los temas de la agenda política. Con el lema: Shuk yuyaylla, shuk shunkulla, shuk shimilla, shuk makilla, kasna kawsana (Una sola idea, un solo corazón, un solo lenguaje, una sola mano, para vivir bien). Esta agenda se publica en enero del 2015. FECONAMNCUA, bajo la presidencia de Richard Rubio Condo y su directiva (2015 – 2017) y ORKIWAN, bajo la presidencia de Querven Noteno Oraco y su directiva (2014 – 2015) empezaron una nueva etapa para los pueblos indígenas del río Napo. Los temas de la agenda política son: 1. Territorio y seguridad jurídica. 2. Educación bilingüe intercultural. 3. Salud intercultural. 4. Cuidado de los recursos naturales y ambiente. 5. Consulta previa. 6. Mujer y liderazgo organizacional.


¿Cuál es la situación actual de la agenda?

Tocaremos dos temas. En diálogo con Richard Rubio Condo, ex presidente de FECONAMNCUA y ex vice presidente de AIDESEP, señala que el tema de territorio y seguridad jurídica se ha venido trabajando desde el 2012 hasta el 2021: 

“se ha dado un seguimiento al tema de procesos de seguridad territorial de los pueblos o comunidades indígenas. Tanto de pueblos como de comunidades. Los territorios están divididos más en comunidades, pero también se habla de pueblos porque abarca más. Lo que se ha venido viendo son las comunidades tituladas a partir del año 1974 con el SENAMHI. Ellas se han visto limitadas porque la población ha aumentado. Entonces, había una necesidad de ampliación de terrenos, actualización de sus titulaciones, lo que ha sido linderado. Aumentar lo que es dominio del Estado, sin perjudicar a las otras comunidades. Que las comunidades se pongan de acuerdo. Y el terreno que pertenece al Estado se amplíe la titulación. Este proceso se sigue trabajando. Desde el 2012 al 2024 este proceso no concluye porque no hay una agenda nacional por el derecho de seguridad territorial, a nivel nacional como política. No hay una agenda, solamente hay proyectos que cubren; programas por un tiempo determinado“.   

El dirigente, haciendo una crítica al Estado, enfatiza que 

“no quieren considerar una agenda política nacional porque no conviene al Estado […] porque una comunidad no paga un derecho. El título a la comunidad le dan gratuito. Y eso al Estado no conviene. Entonces, lo que le conviene al Estado es dar una concesión privada, incluso, una ACR (Área de Conservación Regional), porque el privado le cuida, le paga y se lo dan en un mes. Y hay comunidades nativas que estamos en un proceso de solicitud por 20 años y no logramos titular una comunidad. Antes, desde el 2005 al 2012 no había dinero por parte del Estado para formalizar esas comunidades con título. No había proyectos. A partir del 2015 vienen unos convenios entre el Estado y el BID y el BM. Se habla de un monto exacto que viene de estas instituciones para la titulación, para la formalización de comunidades nativas y de predios individuales que son sectoriales. Antes el retraso era porque no había dinero, el Estado no tenía un presupuesto asignado o un rubro para las comunidades nativas. Pero, ¿qué pasa? Los funcionarios dentro del proceso del proyecto no tienen el conocimiento o no han tenido el conocimiento, y no tampoco les interesa conocer la Amazonía […] Los proyectos son diseñados desde una oficina sin constatar la realidad […] Los proyectos solo dan vuelta a nivel de Lima. Para titulación se han creado oficinas tremendas. ¿Sabes cuánto pagan en una oficina? Hace dos años pagaban, a un personal, en una oficina unos 15 mil soles mensuales. Tienen un personal con más de 230 personas, que trabajan justamente para un proyecto de Amazonía. Y en la sede, donde están las tierras y las comunidades, no hay ni siquiera un armario para poner los archivos de tantas solicitudes que se presentan. Allí se ve que los funcionarios no le dan importancia al tema de la titulación“. 

Nos sigue afirmando Rubio, 

“que hay organismos del Estado como el MINAM, la ANA y otros como OSINFOR, ellos tienen que dar su opinión para la titulación. Pueden pasar varios años y no dan opinión sobre la titulación. Se han convertido más en un obstáculo. El Estado no está reconociendo y garantizando a los pueblos indígenas la propiedad de su territorio. En el Napo solo se dio reconocimientos pero no se logró titulaciones“.

Con respecto al tema de la consulta previa, Richard Rubio señala que 

“la primera consulta previa a nivel nacional, como experiencia, se dio en el 2013. Se trata del ACR Maijuna – Kichwa que queda en el departamento de Loreto. Es un área de conservación de 392 mil hectáreas. En población, los kichwas son mayoría en número y pueblos, mientras que los maijunas son solo cuatro comunidades y en población llegaban a 410 personas. Ahora últimamente ya han migrado a la ciudad. La comunidad de San Pablo del Totolla ya no cuenta con población. Les hicieron correr tanto los madereros como el narcotráfico […]. Durante los años 2011 – 2012 la PROCREL Loreto trabajó con los pueblos maijunas. El 2013, la FECONAMNCUA pide ser parte de esta consulta. Durante unos seis meses hubo un pare de la consulta para que los kichwas sean consultados, respetando así sus derechos“. 

Finalmente el ex dirigente nos recuerda que hubo dos consultas más, donde ORKIWAN y FECONAMNCUA participaron. El tema era sobre el petróleo en los lotes 197 y 198. “Las consultas se realizaron el 2017 y el 2018“ cuando presidía FECONAMNCUA la señora Betty Rubio Padilla (2019 – 2021), la primera mujer en ser presidenta de una organización indígena en la cuenca del Napo.


En diálogo con ella, señala que 

“se ha continuado con el tema de seguridad territorial. Se ha avanzado el reconocimiento y ampliaciónde titulación con 22 comunidades. Sobre el tema de consulta previa dando continuidad a lo iniciado con el lote petrolero 197 que está en el Curaray se ha participado en talleres junto a FECONCU. El presidente de ORKIWAN era el apu Bruce Jipa Noteno. Además, hemos trabajado sobre la participación de la mujer en diferentes espacios y el tema de monitoreo ambiental en las comunidades. Actualmente ORKIWAN lo preside el apu Rafael Noteno Coquinche. En temas de gobernanza ellos han crecido mucho. Son 28 comunidades de Alto Napo y 7 del Medio Napo que trabajan el tema“.  

La figura de Betty Rubio en toda la cuenca, en medio –todavía– de un clima de discriminación y de desigualdad de genero , representa a “las mujeres indígenas [que] conservan un potencial transformador, pues ellas están en el centro de los cuidados de sus comunidades, de los territorios y del ambiente“15.


Elaborado por Roberto Carrasco Rojas

05 de julio de 2024

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NOTAS:

1. Cf. SMITH, Richard Chase. Los indígenas amazónicos suben al escenario internacional. Reflexiones sobre el accidentado camino recorrido, en MORIN, Françoise – SANTANA, Roberto. Lo transnacional, instrumento y desafío para los pueblos indígenas. Quito, Abya – Yala, 2003, 219.
2. CENTRO AMAZÓNICO DE ANTROPOLOGÍA Y APLICACIÓN PRÁCTICA, La Iglesia en la Amazonía. Documentos, Lima, Códice Ediciones SAC, 2012, 46.
3. Cf. SMITH, o.c., 205.
4. SMITH, o.c., 228.
5. CARRASCO ROJAS, Roberto. ¿Por qué nace la organización indígena ORKIWAN? Sabiduría indígena. Anciano kichwa hace una lectura de lo que sucede en su pueblo, en https://www.eltrochero.com/2014/10/por-que-nace-la-organizacion-indigena.html
6. Cf. SMITH, o.c., 203.
7. CARRASCO, R. Pebian, una propuesta que nace en la ribera, en https://www.eltrochero.com/2024/05/pebian-una-propuesta-que-nace-en-la.html
8. Cf. SMITH, Richard Chase. Bagua: la verdadera amenaza, en Razones, julio 2009, 53.
9. GAMBOA BALBÍN, Aída Mercedes. Movimientos indígenas amazónicos y acción colectiva en conflictos sociambientales: los casos de la Reserva Comunal Amarakaeri y la cuenca del río Curaray. [Tesis de licencia no publicada], Lima, PUCP, 2012, 120.
10. CARRASCO, R. 04 mayo 2009: a los diez años del conflicto en el río Napo, en https://www.eltrochero.com/2019/05/04-mayo-2009-los-diez-anos-del.html
11. SMITH, o.c., 207.
12. Podemos encontrar esta expresión en la Primera Declaración de Barbados de 1971. Ese mismo año los Vicariatos Apostólicos de la Selva frente a las situaciones de injusticia hacen una declaración en nombre de los que “no tienen voz”, pero sufren calladamente las consecuencias más infrahumanas de un sistema de dominación y explotación causado por los centros de poder.
13. Para ver más detalles de lo trabajado ir a https://www.eltrochero.com/2014/05/federaciones-indigenas-del-napo.html
14. Los contenidos que surgieron en el desarrollo del taller fueron los que se recogieron en las asambleas realizadas por ambas federaciones. Acompañé el proceso y recogí lo trabajado. https://www.eltrochero.com/2014/05/federaciones-indigenas-del-napo.html
15. ZAMBRANO HUARCAYA, Mayra – JAHNCKE BENAVENTE, Javier. Informe alternativo sobre el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT en el Perú – 2023. “Discriminación y vulneración sistemática a derechos de los pueblos indígenas u originarios en tiempos de crisis política y social“. Lima, 2023, 32.  

jueves, 11 de julio de 2024

Asamblea de Pueblos Originarios en Angoteros - 2024

Hay un SUEÑO que es BUENO

Algunas reflexiones personales para compartir
sobre la Asamblea de Pueblos Originarios

Por Matías Viñas


Mientras luchamos por ellos y con ellos,
estamos llamados a ser sus amigos,
a escucharlos, a interpretarlos
y a recoger la misteriosa sabiduría que
Dios quiere comunicarnos a través de ellos
(Francisco, QA 72)


La idea de una asamblea de Pueblos Indígenas surgió en una pequeña reunión, una vez que los misioneros presentes, en medio del encuentro, nos dimos cuenta que teníamos que guardarnos nuestras ideas, proyectos, planes y nos abrimos a escuchar a los abuelos indígenas que participaban. Y desde ahí, el proceso fue acompañado por algunos pocos indígenas que dieron su palabra en momentos claves (y nos quedamos con un dejo amargo de que no encontramos los tiempos o las formas para que acompañen todo el proceso previo). Pero esas pocas y sabias palabras marcaron rumbo, forma, método… Esto sumado al proceso de preparación en el territorio que hicieron los Kichwas de Angoteros acompañados por Domi. Y otra clave del proceso de génesis fueron los tantos encuentros virtuales entre misioneras y misioneros donde nos abrimos al diálogo, a discusiones, al silencio, al compartir… a construir juntos para que los indígenas puedan encontrarse y nosotros con ellos. Ya en el encuentro, que los indígenas tomen la iniciativa y el protagonismo fue un regalo para todas y todos.La Asamblea fue un animarse a dar un pequeño paso desde los indígenas y con los indígenas para todos.

La Asamblea tuvo también dos aspectos muy importantes del modo como los indígenas amazónicos buscan construir sus autogobiernos y cuidar sus territorios: desde la identidad cultural y desde abajo, desde la bases (“compartiendo las sabidurías celebramos la diversidad”).

Y tuvo un aspecto propiamente eclesial, el cual nos diferencia de instituciones, del Estado, de ONG´s: los hemos convocado y acogido desde el abrazo de una familia, desde la alegría y la ternura… desde la amistad.

A nivel de las misioneras y los misioneros creo que la Asamblea nos dejó por lo menos tres certezas:

- la buena relación que hay entre todos (que tiene su larga historia vicarial y que nos alegra vivirlo en el presente)

- la capacidad de trabajar en equipo, en sinodalidad, tanto de los que fuimos como de muchos que no pudieron estar y que trabajaron muchísimo (Mazán, Santa Clotilde, Punchana, Aucayo) como así también la capacidad de compartir (comimos todos y sobró!)


Esas dos cosas ya las sabemos, aunque es lindo volver a confirmarlas y a vivirlas. Y la tercera creo que es una novedad: nos dimos cuenta de que somos muchos los convocados por los indígenas, que queremos que ellos sean parte de nuestra misión en la Amazonía y nosotros ser parte de sus vidas. Y esto nos desafía.

Me vienen al corazón algunas frases dichas por algunos de los participantes, tanto en los momentos donde estaban todos como en conversaciones con algunos (no serán frases exactas, pero sí el sentido de lo que han dicho) que me ayudan a reflexionar frente a este hermoso desafío.

En las palabras conclusivas del Waynaru hay mucha sabiduría. Dijo que “todos hemos, tanto los indígenas como los misioneros”. Hemos dado pasos de interculturalidad, de mutuo reconocimiento y aprendizaje, con relaciones horizontales intentando evitar relaciones de poder.

Y también habló del Buen Vivir. Pudimos entrar, aunque sea un poquito, en el mundo indígena. Otras miradas, otras lógicas, otras historias, otras narrativas. Algo “otro” frente a los modelos de desarrollo, de neocolonialismo, de relaciones de poder, de filosofía judeo-cristiana, de espiritualidad occidental católica, de búsquedas de resultados con índices cuantitativos que tienen que mejorar. Nos hemos adentrado en un camino “otro”, diferenciado

Una lideresa en un momento de conversación dijo: “qué vamos a decir si estaban los blancos”. Y otro le respondió: “Es cierto, pero fíjate que estaban bien calladitos”. Pienso que hay una historia dolorosa de colonización y como iglesia nos toca ser muy humildes porque hemos generado grandes dolores. La historia hace difícil que podamos desprendernos de ese lugar de poder que hemos ocupado como iglesia y que podamos estar como Jesús, pasando por uno de tantos. Me duele nuestra historia y me da miedo repetirla de una manera nueva. Y por otro lado voy tomando conciencia que hay cosas que son de los indígenas y donde sólo podremos entrar si nos invitan como bien nos dijo Ferney. Y habrá cosas que como dice Don Miguel “tienen secreto”, les pertenecen sólo a ellos. Frente a esto, en la escucha atenta, valoraron un signo de la humildad eclesial.

Rescato también una conversación entre Ramón y Don Miguel, donde Ramón le pregunta si le gustaría que él fuera a vivir con ellos. La respuesta fue rápida y rotunda: “Eso es lo que queremos”. También cuando le preguntaron a la abuela Ortencia qué es lo que más le gustó, respondió rápidamente: “me quería quedar ahí”. Don Santiago fue bien claro cuando nos dijo a todos los misioneros y misioneras que tenemos que acercarnos con alegría y con un abrazo. Y el joven Lizardo, en la sacralidad que tiene la palabra Murui en la noche, rescató los dichos de Fernando en la asamblea sobre la amistad. Pienso que antes que una institución aliada reconocen una identidad más profunda de la iglesia que es ser familia en el amor y quieren que entremos con esa amistad y ternura en su mundo de relaciones y reciprocidad.

Pero también hemos escuchado que reconocen que la iglesia es institución y nos han pedido ser sus aliados. Concretamente recuerdo algunas temáticas: juventud, liderazgo femenino, relación con el estado, cuidado de la naturaleza y los territorios. Cosas para seguir trabajando en la pastoral social (y por qué no ecológica también) que, como nos propone CEAS, tenga un enfoque intercultural y crítico. Es decir, que a través del diálogo con los pueblos indígenas y del reconocimiento de sus derechos busquemos ayudar a terminar con las causas de la pobreza, discriminación, colonialismo, extractivismo, cambio climático, etc.

Y termino con el sueño que Domi nos compartió en el cierre de la Asamblea: “Hay un sueño bueno y ese sueño es una opción preferencial por los indígenas”. Mientras tomo la “wayusa argentina” seguiré intentando descubrir por donde va ese sueño, esa voz de Dios, ese Espíritu, esa misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.

Gracias a cada misionera y misionero y a los indígenas que han participado por enseñarme, por cuestionarme y sobre todo por caminar juntos.

En síntesis la Asamblea me ayuda a descubrir algunas luces:

desde los indígenas y con los indígenas para todos.
desde la identidad cultural y desde abajo, desde la bases
desde el abrazo de una familia, desde la alegría y la ternura… desde la amistad.

Y me ayuda a pensar y reflexionar sobre algunos posibles caminos:

Somos muchos los convocados por los indígenas, para caminar en interculturalidad
y escucha atenta, transitando un camino “otro”, diferenciado, de los indígenas; vivir
con ellos, siendo familia en el amor, en la amistad, en las relaciones y la reciprocidad
y siendo aliados con una pastoral social y ecológica intercultural y crítica.

Hay un sueño que es bueno y es el sueño de la opción preferencial por los indígenas.




miércoles, 5 de junio de 2024

Boletín BOLPER - Nro. 09 - del 28 de febrero de 2023

Esta novena edición del Boletín BOLPER, es una edición especial, porque en ella desarrollamos los contenidos de nuestra primera Asamblea como Delegación General BOLPER. Aquí sus artículos:

1. Primer Encuentro Delegación General BOLPER - del 29 de enero al 03 de febrero de 2023.

2. Palabras del Superior - P. Roberto Carrasco, OMI

3. Mi primera Asamblea BOLPER - por el Escolástico Cristian Gerardo Mozombite, OMI

4. Un saludo fraterno - por P. Bede Sujaharan, OMI

5. Experiencia de Misión - por el Escolástico Christian Quirinno, OMI

6. Votos Perpetuos de los escolásticos Luis Alberto Bustamante, OMI e Yvanis Canchari, OMI




viernes, 31 de mayo de 2024

Agenda Política Napuruna - 10 años después


Diez años después de la Agenda Política de los Pueblos Napurunas


Por Roberto Carrasco Rojas


Primero sólo los indígenas vivíamos en esta tierra,
en estas tierras de América, de Amerindia.
Éramos dueños de estas tierras y ríos.
El indio fue el primero en habitar esta tierra de América.
Por eso América debería llamarse Indoamérica o Amerindia…
Antes de que los blancos lleguen aquí
había más Naciones de indios que hoy.
En las 2 Américas, éramos 50 millones de indios probablemente.
En la selva amazónica éramos 10 millones
repartidos en más de 100 Naciones o Tribus.
En el Tawantinsuyo los andinos llegaban a 15 millones.
Cada nación tenía su nombre.
Cada etnia hablaba su idioma.
Cada tribu vivía según sus costumbres. 
Cada uno sabía hasta dónde era su tierra.
Nadie necesitaba indicar sus linderos1.

Juan Marcos Coquinche Mercier, ofm


Desde la llegada de este misionero canadiense, allá por la mitad de los 60, desde el primer momento que se instaló en la localidad de Monterrico de Angoteros, los pueblos napurunas empezaron una nueva etapa en su historia.


¿Pero, quiénes son los napurunas2?

“Sobre el origen del hombre amazónico muchos autores se inclinan por una mezcla entre las razas mongoloide y negroide. Sea como fuere se da un predominio de la raza mongoloide en la mayoría de los indígenas amazónicos.  ‘Caribes y Chibchas descendieron por el norte y se dividieron en dos ramas, una de las cuales tomó hacia el oeste (colorados y cayapas en el Ecuador, conocidos actualmente como Tsáchila y Chachis, respectivamente) y otra hacia el este (cofanes). Una nueva migración, la Tucana, penetró las aguas del río Magdalena y se extendió por la selva norteña hacia la región amazónica (siona-secoyas, encabellados, tetetes, etc.)’ […] Los Chibchas: subieron por la cuenca del río Magdalena e influyeron en las tribus de las nacientes riberas del Caquetá, Putumayo y Napo […] Los mismos Omaguas – los que habitaron inicialmente el río Napo - son de origen Tupí-guaraní”3.

Los pueblos napurunas son una mezcla de varias culturas amazónicas que tienen en el río Napo (cuyas aguas nacen al pie del volcán Cotopaxi – Ecuador y desembocan en el río Amazonas – Perú) su vía de transporte y comunicación. Cada pueblo, aldea o caserío encierra una grande cosmovisión. En realidad, no se podría afirmar que se trata de una sola etnia, sino de un conjunto de ellas: “los indígenas que hoy llamamos Napu o Napuruna, fueron llamados primero Quijos o Yumbos. Ese nombre engloba a pequeñas tribus: Sunu, Archidona, Loreto, Concepción, Canelos-Sarayacu, Santorosino, Tiwicuna. En esta confederación espontánea de tribus, cada subgrupo conservó su lengua hasta cerca del siglo XVIII. El kichwa se impuso poco a poco, como lengua común, por el contacto económico – social con los indios de los Andes, pero en el kichwa del Napo queda, incrustados numerosos vestigios de los dialectos de la región: Yarasunu, Cofan, Sapara, Quijo”4.


Nacen las federaciones

Con el descubrimiento del río Amazonas el 12 de febrero de 1542 a cargo de Francisco de Orellana, los cronistas relatan la existencia de diversos grupos originarios a lo largo de toda la expedición. La primera resistencia indígena fue comandada por los jefes apus Humanti, Beto y Bumi en Archidona y Ávila – río Napo ecuatoriano. En este levantamiento murieron alrededor de 5,000 indígenas y unos 200 españoles5. En medio de esta opresión a los indígenas por parte de la conquista, hizo que la Iglesia a través de sus misioneros llegasen a esos bastos territorios. A partir de 1661 los jesuitas tienen presencia en el río Curaray (que es un afluente del Napo). Otra etapa misionera fue desde 1743. Durante este tiempo los intentos de los indígenas eran por escapar de la esclavitud. De las reducciones jesuíticas que existían en la zona, los secoyas, orejones y piojés que quedan hoy, son ese pequeño resto que todavía existe.

Los años pasan y la presencia de comerciantes mestizos, de buscadores de pieles, de patrones a quienes los gobiernos de turno les entregaban extensos territorios, todos ellos iban empoderándose, usando el miedo y la zozobra como medio para someter a los pueblos. Durante el período denominado etnocidio cauchero, a finales del siglo XIX e inicios del XX, los pueblos napurunas no estaban exentos. Grandes fueron las correrías que trasladaron numerosas poblaciones de indígenas desde una cuenca a otra, allí casi todos fueron aniquilados. Ni el gobierno inglés ni el peruano asumió responsabilidades en estos hechos que fueron ocultados en las altas esferas de los estados comprometidos en una de las peores holocaustos de la historia en la Pan-Amazonía. Como lo afirma Degregori, probablemente “la mayoría eran insignificantes en ciertos planos”6 y por ende los estados no veían en ellos una “ciudadanía plena” como todos los demás peruanos o peruanas.

Juramentación de la directiva de FECONAMNCUA

En el lado peruano del río Napo, la primera federación indígena que se constituyó fue ORKIWAN – Organización Kichwaruna Wankurina del Alto Napo – en 1972 en la localidad de Monterrico de Angoteros.7 Años más tarde el 9 de mayo de 1987 nace FECONAMNCUA – Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo, Curaray y Arabela. Ambas enfrentan la amenaza de las políticas extractivistas que el neoliberalismo reinante iba lotizando los territorios indígenas. Pero ni los intentos civilizatorios del Estado o sus afanes por una modernización social de los pueblos de la Amazonía, a través de la inversión, lograron traer a los napurunas verdaderos puentes que conecten la cultura indígena con la cultura dominante. En medio de este afán, leyendo a Degregori, es pertinente – también en este contexto – hacernos esta pregunta: ¿qué rol juegan los militares en este momento de desigualdades persistentes?8  


Una acción colectiva llamada Agenda Política

Sin duda, los pueblos organizados dialogan acerca de sus problemas, aprenden a potenciar sus acciones e intentan desde abajo plantear propuestas. Después del conflicto amazónico que se desarrolló el 2009 y en medio de toda una política del perro del hortelano que el expresidente Alan García lo vociferaba por todos lados, quedó claro para los pueblos indígenas de la Amazonía que esta era una oportunidad política para desarrollar sus propuestas.

Esa relativa apertura del Estado junto a la empresa extractiva protegida por las fuerzas del orden, no coincidían con los acuerdos que se dejan leer en el Convenio 169 de la OIT que protegen los derechos colectivos. Como diría Degregori, los pueblos indígenas estaban frente a esa categoría de estados fracasados9. Los napurunas tenían la necesidad de releer su pasado. En un informe de CEAS – Comisión Episcopal de Acción Social – sobre un estudio de vulnerabilidad de los derechos indígenas del Napo se concluye que en la actualidad existen tres amenazas principales a los derechos de las comunidades del Napo derivadas de actividades extractivas: la minería ilegal, la extracción ilegal de madera y las actividades de la empresa Perenco10. De estas, las actividades de explotación de hidrocarburos se incrementan y se ha encontrado que vulneran derechos humanos individuales y colectivos como: el derecho a la vida y la integridad personal, el derecho a la paz y tranquilidad, el derecho a la propiedad, al territorio y a los recursos naturales, el derecho a la libre determinación y propia visión del desarrollo, el derecho a la participación, el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado, el derecho a la participación en los beneficios, el derecho a la alimentación y el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado11.

De lo que se trata aquí es de construir ciudadanía, ello “implica la igualdad ante la ley pero, además, el respeto escrupuloso a las diferencias”12, y leída esta realidad en términos de interculturalidad, afirmaríamos como Catherine Walsh, que estamos frente a un proceso de construcción de conocimiento otro, estamos frente de una práctica política otra13.

Directivas de ambas federaciones - ORKIWAN y FECONAMNCUA - abril 2013

Durante tres años, tanto ORKIWAN como FECONAMNCUA venían trabajando juntos y deciden finalmente poner en común sus preocupaciones y empezar a elaborar propuestas. “Los napurunas somos conscientes de que podemos participar y aportar de manera efectiva en el desarrollo local, regional y nacional y ser actores de nuestro propio desarrollo. Esto pasa primero por identificar nuestros problemas y nuestros objetivos de desarrollo como pueblos indígenas, sobre la base del “Napuruna Alli Kawsana” (el “Buen Vivir” de los Napurunas); para luego iniciar un trabajo con todas nuestras comunidades a partir de nuestra propia cosmovisión, identidad cultural, organización y necesidades”14, se deja leer en su Agenda Política conjunta.

Esta agenda política contiene las siguientes demandas y propuestas en temas como: Territorio y seguridad jurídica, Educación Bilingüe Intercultural, Salud Intercultural, Cuidado de los recursos naturales y del ambiente, Consulta previa y Mujer y liderazgo organizacional. Esta agenda es una muestra de como las organizaciones indígenas en diálogo con las autoridades estatales locales, las organizaciones civiles, recogen las demandas, las aspiraciones y las propuestas que han venido reflexionando de manera conjunta por casi tres años.

Esta Agenda Política es una invitación no solo a iniciar un diálogo, sino también a ampliarlo en varios sectores. Los napurunas están contruyendo con ella una política diferente y al mismo tiempo están posicionando a sus pueblos. Esta Agenda Política proviene del pueblo napuruna, se trata de un movimiento étnico – social15. Esta Agenda Política representa un proceso de descolonización, se trata de un proyecto participativo donde las mismas organizaciones indígenas plasman su pensamiento crítico y lo vuelven propuesta. Una herramienta para el diálogo con los otros pueblos napurunas del Ecuador y Colombia. Es una Agenda que desde el primer momento que se sentaron a dialogar los pueblos, exigen a los Estados, que se les respete en su diversidad. Quieren demandar con ello la unidad de ellos, tanto en lo político, social y económico.

SHUK YUYAYLLA, SHUK SHUNKULLA, SHUK SHIMILLA, SHUK MAKILLA, KASNA KAWSANA, que significa: 

Una sola idea, un solo corazón, un solo lenguaje, una sola mano para vivir bien. 

El acompañamiento iniciado por Juan Marcos Coquinche Mercier a los pueblos del Napo fue crucial para llegar a este punto.

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NOTAS:

(1) COQUINCHE MERCIER, Juan Marcos. Pequeña historia cultural de nuestro pueblo indígena. CETA, Iquitos – Perú, 1991, 10.

(2) “El pueblo Napuruna conocido también como Sunu o Kichwa del Napo, en referencia al nombre de su lengua materna, es uno de los grupos étnicos de la Amazonía Peruana”, en REÁTEGUI DAHUA, Nelson – ALVARADO GREFA, Ventura – NOA SANDIEGO, Jarri. Veinte años de educación en el Alto Napo. CETA, Iquitos – Perú, 2003, 11.

(3) CARRASCO ROJAS, Roberto. El napuruna… ¿quién es? en https://www.eltrochero.com/2012/11/nacien-el-napo-donde-nace-mi-raza-por.html

(4) AGUIRRE, Milagros. La utopía de los pumas. CICAME, Quito, 2007, 192-193.

(5) AGUIRRE, o.c., 194.

(6) Cf. DEGREGORI, Carlos Iván. Desigualdades persistentes y construcción de un país pluricultural. Reflexiones a partir del trabajo de la CVR, 4. 

(7) Cf. AGUIRRE, o.c., 215-217.

(8) Usamos el concepto “desigualdades persistentes” que lo encontramos en el texto de DEGREGORI, o.c., 3.

(9) Cf. DEGREGORI, o.c., 4.

(10) Desde setiembre de 2009, Perenco Perú Limited se constituye como Perenco Perú Petroleum Limited, Sucursal del Perú que asume el 5% del contrato de licencia del Lote 67 y posee el 50% de participación en el Lote 121 que en ese momento se encuentra en etapa de exploración. Cf. GAMBOA BALBÍN, Aída Mercedes. Tesis: Movimientos Indígenas Amazónicos y Acción Colectiva en Conflictos Socioambientales: Casos de la Reserva Comunal Amarakaeri y la Cuenca del Río Curaray. PUCP, Lima, 2012, 12.

(11) Cf. HUACO PALOMINO, Marco A. Informe final. Consultoría para estudio sobre vulnerabilidad de los derechos indígenas en el Napo. CEAS, Lima, 2013, 55-56.

(12) DEGREGORI, o.c., 8.

(13) Cf. WALSH, Catherine. En Interculturalidad y colonialidad del poder. Un pensamiento y posicionamiento “otro” desde la diferencia colonial, 47. 

(14) FECONAMNCUA – ORKIWAN. Agenda política compartida de los distritos Torres Causana y Napo. VASJA – MISEREOR, Iquitos, 2015, 3.

(15) Cf. WALSH, o.c., 47.


Boletín BOLPER - Nro. 08 - del 30 de enero de 2023

En esta octava edición del Boletín BOLPER podemos encontrar los siguientes artículos:

1. Palabras del Superior - Peregrinos de esperanza en comunión - por P. Roberto Carrasco, OMI

2. P. Neil: Gracias por tu testimonio misionero - por P. Roberto Carrasco, OMI

3. Experiencias de los novicios: Guatemala 2022 - por Alexander Raúl Robles Alfaro, OMI y Marco Antonio Cruz Baldiviezo, OMI

4. Felicidades a Roger Huincho que inicia su noviciado en Guatemala 2023.




viernes, 24 de mayo de 2024

PEBIAN, UNA PROPUESTA QUE NACE EN LA RIBERA

PEBIAN, UNA PROPUESTA QUE NACE EN LA RIBERA


Por Roberto Carrasco Rojas, OMI

Desde los años 1990, una moda se entremezclaba desde varios ámbitos. La interculturalidad empezó a estar presente en políticas públicas y en las reformas educativas y constitucionales(1). Resulta que este concepto que parecía una novedad por esos años ya había logrado introducirse en diversos contextos. Según Walsh “la interculturalidad empieza a entenderse en América Latina desde los años 80 en relación con las políticas educativas promovidas por los pueblos indígenas, las ONG’s y/o el mismo Estado, con la educación intercultural bilingüe (EIB)”(2) . Por esos años, dado que el papel protagónico de los pueblos indígenas crecía en América Latina, y la exigencia por parte de ellos era su reconocimiento y aceptación ya que deben ser tratados como seres humanos(3); esta situación suponía para los estados empezar a asumir nuevos retos, nuevas políticas, sobre todo en el campo de la educación y la salud.

En el artículo(4) de Lucy Trapnell se afirma que en 1976 surge la EIB por el cuestionamiento de los dirigentes indígenas latinoamericanos y aliados que quieren traducir los contenidos escolares a lenguas vernaculares. Lo cierto aquí, según Trapnell es que se empieza a repensar la educación indígena descolonizándola cultural e ideológicamente. Entonces, al leer este texto, volcamos la mirada al río Napo, concretamente, al caserío Monterrico de Angoteros, Alto Napo, distrito de Torres Causana, en Loreto – Perú.

Allá por los años 60, los pueblos indígenas del Vicariato Apostólico San José del Amazonas vieron llegar un misionero canadiense, nacido en Victoriaville – Québec. Fue un joven franciscano que como todo valiente misionero llegaba convencido de que había que llevarle dos cosas a las tribus de la amazonía: la civilización y la religión(5) . Se trata de Juan Marcos Mercier, un misionero que decidió surcar el río Napo y se estableció en Angoteros, lugar donde permaneció alrededor de unos cincuenta años. Quién con la autoridad de Juan Marcos para hablarnos de los pueblos napurunas (gente del río Napo)(6)


Era el año de 1970 cuando después de ir recorriendo los pueblos del Alto Napo, este misionero se propuso aprender kichwa. Sus viajes al Ecuador le permitieron conocer mejor esta lengua que, gracias a los misioneros capuchinos del Vicariato Apostólico de Aguarico, obtuvo unos diccionarios y una gramática indispensables(7) para empezar una nueva aventura. Vemos como Juan Marcos, en la medida que recorría los pueblos iba encontrando que los naporunas tenían la necesidad de una educación distinta. “El kichwa tiene matices únicos para expresar los sentimientos, los conocimientos de la naturaleza y del mundo de los espíritus y las relaciones personales. La lógica de las frases es contraria a la nuestra y no se parece a la del latín. El verbo va de preferencia al final de la frase. El idioma obedece a otra estructura mental, distinta a la de occidente. Es como si pensáramos al revés”(8) , nos contaba Mercier.

Por esa zona del Perú, la educación era solo un privilegio de los hijos o protegidos de los patrones. “Los indígenas no eran libres. Los patrones eran sus dueños. Para ellos, los indios eran de su propiedad, los incluían en sus inventarios de sus haciendas, al igual que incluían al ganado”(9), nos relataba Juan Marcos. Pero ¿cuál era la situación real del poblador amazónico en esos años? Es una cuestión que intentó responder la Iglesia latinoamericana post conciliar aquellos años. Del 21 al 27 de marzo de 1971(10), se desarrolló en la ciudad de Iquitos – Perú, el Primer encuentro de pastoral de misiones en el Alto Amazonas. En aquel encuentro eclesial se hicieron presentes unos 30 obispos, además de sacerdotes, misioneros y misioneras de América Latina, sin duda, la presencia de Juan Marcos Mercier no podía faltar . “Este acontecimiento nos habría de vincular a muchos de los asistentes en una profunda comunión de ideales”(11), nos relata Mercier. Esta primera Asamblea Panamazónica en Iquitos despertaba en la Iglesia el profundo interés para discernir aquellas miserias y tristezas de los pueblos y de cómo ella se veía estancada en su acción pastoral. Ese año, el Perú vivía situaciones de cambio. Nuevos vientos soplaban, incluso, en medio de los pueblos de la Amazonía. 

A lo largo de la ribera, en medio de los mestizos que se iban asentando por esas tierras, la presencia de Juan Marcos resultó ser molesta, en especial, para aquellos que se les notaba otros intereses. Incluso, los mismos patrones lo trataban al misionero como una especie de comunista o subversivo, y esto por transmitir en cada pueblo de la ribera del Napo una esperanza de cambio. Esto gracias a que aprendió el kichwa y logró entrar en la cultura escuchando al poblador napuruna. Era evidente por esos años que lo que se enseñaba en las pocas escuelas a lo largo del río, se basaba en una estructura curricular que ha sido diseñada y estructurada desde la mentalidad y la cultura hegemónica(12).  Por “esos años, 1971 – 1972, los napurunas, acompañados de misioneros perciben la misión evangelizadora  de un modo diferente, van entendiendo que la forma de dominación más imbatible es el idioma y que sólo afirmándolo era posible sobrevivir en medio de las turbulencias de una sociedad que anunciaba por entonces convertirse en una aldea global”(13).


Las aventuras de Juan Marcos hicieron que se registraran varios acontecimientos que ponían en riesgo la vida de los pueblos del río Napo y de la amazonía. Cuantas anécdotas y relatos figuran en sus escritos y registros. Ciertamente se trataba de información que no llegaba a Iquitos, y ni mucho menos a la ciudad de Lima, la capital del Perú. Ella, por lo general, ignoraba lo que sucedía en los pueblos de la selva peruana. Por ejemplo, podemos recordar el bombardeo que sufrió el pueblo mayoruna, cuando desde el aire los aviones dispararon contra el pueblo de Choba-Yacu, era ese mayo de 1972. Pero el pueblo mayoruna ya había sufrido otro bombardeo, fue en 1964, en aquella expedición de Requena por el río Yaquerana cuando los soldados invadieron el caserío y quemaron las malocas. Y como una forma de resistencia, los mayorunas se pusieron bravos y se defendieron matando a tres hombres “blancos”. Es interesante darnos cuenta como los periódicos en Lima describían la situación que se vivía: “Aviones B-26 y Sabre Jet, de las bases aéreas de Piura y Chiclayo, salieron con instrucciones de ametrallar el área que circunda a la expedición […] Se ignora el número de bajas entre los salvajes… la paz ha vuelto a la selva”(14)

Basta estos acontecimientos para darnos cuenta de cuanta angustia podría haber sentido el yayapakri (así llaman los kichwas al sacerdote, así era llamado Juan Marcos). Sólo imaginar al misionero escuchando a los ancianos acerca de los relatos de la época del caucho; de cómo fueron perseguidos y muertos por las famosas correrías que realizaban los patrones en las inmediaciones de los ríos Napo y Curaray. De la explotación que realizaban los patrones; y de cómo se llegaba al extremo de terribles matanzas. Viene a la memoria aquella que se vivió en el caserío Diamante Azul – río Napo, el año de 1972. La periodista Milagros Aguirre nos cuenta en su libro el accionar de los madereros, los buscadores de pieles finas y comerciantes, que creaban la zozobra y el miedo, al punto de poner al pueblo indígena arabela al borde la extinción.


Un sin número de relatos se transmitían entre los pueblos. Estos crearon preocupación y malestar. Fue entonces que ocurrió un acontecimiento. Unas 19 comunidades del Alto Napo se reunieron por primera vez en un congreso (en kichwa se dice tantarina) de pueblos indígenas no solo kichwas, también secoyas del Alto Napo. “Era una vez más evidente: los pueblos no desaparecen, no pueden desaparecer”(15). En ese congreso nace ORKIWAN (Organización Kichwaruna Wangurina del Alto Napo). Esta organización es una de las primeras federaciones indígenas de la amazonía peruana dispuesta a jugar un nuevo rol. Se empezaba a repensar la educación indígena. 

El año de 1973, Juan Marcos Mercier recibe del obispo del Vicariato de San José del Amazonas la autorización de ejercer con toda libertad el trabajo por los nativos de todo el territorio del Vicariato. Al misionero, al principio, le preocupó el asunto del territorio de los pueblos amazónicos. Pero luego decidió convalidar sus estudios que realizó en vistas al sacerdocio y así poder empezar la profesionalización en Educación. En Iquitos, tuvo largos meses de preparación con otros mestizos. Es así como decide dedicarse a dos temas: la educación y la salud. El año de 1973, después de varias visitas a las casas de los napurunas, en medio de sus recorridos en el río, “intenta iniciar la educación bilingüe en toda la ribera”(16). Nos contaba Juan Marcos que en ese tiempo aquellos que venían de fuera, no hacían sino acabar con la cultura de los indígenas, enseñándoles solo castellano, enseñándoles la cultura de occidente; querían “blanquearlos”(17).

Surge la pregunta: ¿qué podría haber pensado Juan Marcos Mercier cuando decide dar el paso e intentar “interculturalizar” la educación en el Napo? ¿Apostar por una propuesta educativa que permita responder a una realidad, a un pueblo, a un ideario indígena concreto que nace como respuesta a un multiculturalismo presente en la ribera del Napo? Las convivencias, los diálogos, los procesos de escucha, el ir identificando junto a ellos su real problemática pero, sobre todo, usando la lengua propia del napuruna, ya que ella “le permite recibir la tradición tribal, [la lengua] es la puerta abierta hacia el alma de un pueblo, el corazón de una cultura, su sistema de valores”(18)

Es así como, en la ribera, nace el Programa de Educación Bilingüe e Intercultural del Alto Napo – PEBIAN. Nace como un ejemplo de programa con contenidos indígenas. Sus currículos de educación inicial, primaria y de formación docente, tienen por objetivo general, que “…partiendo de sus valores culturales generase hombres críticos, solidarios, libres, capaces de comunicarse con otras culturas sin perder su propia identidad”(19); con esas palabras lo resumiría Gloria San Román. Por tanto, este programa es el primer aporte desde la Amazonía peruana a la EIB que “se propone contribuir y acompañar al proceso de mantenimiento, desarrollo y diálogo enriquecedor de las culturas nativas con la cultura dominante”(20). Ha llegado la hora de tratar temas que nacen desde la vivencia propia de la cultura, en la lengua propia del lugar. Es la hora de iniciar nuevos discursos, donde la superioridad de unos pocos se vaya encontrando con una propuesta diferente y válida de una nación indígena que mira la realidad de otra manera, que la describe y la enuncia usando los códigos propios de la cultura. Las napurunas, junto a Juan Marcos empiezan a construir un nuevo futuro, una nueva forma de entender la convivencia pacífica. La EIB en el Alto Napo se propone conocer la realidad misma de los pueblos que nacen con los relatos escuchados a los ancianos, a los apus(21), a los yachak(22). A la vez que se propone fortalecer la sabiduría ancestral que sigue transmitiéndose oralmente hasta hoy. Los napurunas quieren entender sus prácticas culturales propias y aquellas que los mestizos les han traído a la ribera. 


Frente a todo aquello, Juan Marcos Mercier es consciente que la tarea no es nada fácil. ¿En medio de toda esta pluralidad que se transporta y se va regando por el río y al llegar a las comunidades intenta imponerse, podrá la Educación Intercultural Bilingüe, sola ella, afrontar estas exigencias? Los pueblos del Alto Napo empezaron a tenerlo claro, “es obra de todos los sectores, es obra de todos”(23). Aquí, por qué no recordar las palabras del P. Joaquín García Sánchez, OSA cuando se refería a este programa; él escribió: “aquella iniciativa luminosa de los napurunas hace más de treinta años, se ha convertido hoy en una explosión de luz y una inquietud que alcanza hasta los últimos rincones del orbe: todos somos diferentes, cada pueblo tiene su propia alteridad, su cosmovisión, sus modos distintos de mirada del mundo, a la vida”(24).

La interculturalidad, viéndola en este contexto es, entonces, un camino que hay que seguir recorriendo. Es un proceso de diálogo, de escucha, de respeto, de reconocimiento del otro cuando valoramos y aceptamos la diferencia, con una actitud de tolerancia cuando el intercambio nos pueda llegar a sorprender y a desafiar. El PEBIAN es un primer intento de Educación Bilingüe Intercultural en Loreto, probablemente en toda la selva peruana. Se transformó en proyecto educativo que fue aprobado a inicios de 1975 a nivel regional. Inmediatamente en el mes de febrero inició con la formación de sus primeros docentes para las escuelas del río Napo. El número de las escuelas EIB iban en aumento. PEBIAN como programa es intercultural, porque desde esa perspectiva, “es imprescindible reconocer que existen otras formas de entender la realidad”(25). Los kichwas del Alto Napo empezaron a levantar la mirada. De la contemplación (porque los napurunas son pueblos contemplativos) pasaron a la propuesta.

La necesidad -como dice Trapnell- de buscar caminos alternativos, hace que, incluso, una propuesta curricular propia ayude en la construcción de otras. Parece que no podrá ser posible una propuesta curricular nacional desde una perspectiva intercultural, mientras las brechas, que todavía existen en los pueblos indígenas, no disminuyan. No se trata, por tanto, de cambiar paradigmas o de asumir nuevas visiones para legitimar la dominación política de un pueblo contra otro. No basta que uno se sienta o superior o inferior frente al otro. No bastaría por imponer propuestas, currículas o modelos educativos para arruinar así una propuesta válida que va construyéndose. El peligro podría estar en que los pueblos indígenas podrían llegar a considerar que solo la propuesta occidental es la que se tenga al final que asumir.

El mismo Juan Marcos, después de años de trabajo, cayó en la cuenta de que hay una cultura dominante que a toda costa quiere imponerse. Él mismo lo advirtió en el diálogo con Milagros Aguirre cuando decía: “los indígenas rechazaban lo propio: después de tantos años de maltrato y menosprecio a su cultura, de considerar lo suyo atrasado y salvaje frente al mundo occidental civilizado, querían aprender aquello que aprenden los blancos y hasta se avergonzaban de sus conocimientos, de su lengua, de sus costumbres […] Me cansaba de decirles lo mismo a los padres y a los profesores en cada reunión, en cada visita a las escuelas de toda la ribera: ‘es importante que nuestros hijos aprendan en la escuela a escribir, a hablar el castellano, a sumar, a restar y hacer cuentas. Pero en la escuela ellos no aprenden los conocimientos que a nosotros nos enseñaron los antiguos para saber enfrentar la vida en la selva, para hacernos fuertes, para hacernos enamorados de los secretos de la selva. Por eso lo que se aprende en la escuela es importante pero no es completo. Debemos enseñarles la historia de nuestro pueblo, sus costumbres, creencias, el conocimiento de la naturaleza, nuestra manera de vivir. Si no enseñamos esto nuestro pueblo indígena desaparecerá. Una persona que conoce bien su historia y su cultura la salva, hace de todo para que su gente no desaparezca’”(26).

Indudablemente, el trabajo de Juan Marcos Mercier no fue nada fácil. Sus aciertos y desaciertos entremezclados con su pasión misionera lo llevaron también a evaluar todos estos años de esfuerzo. La cultura indígena napuruna sobrepasaba sus esfuerzos e intentos por plantear un nuevo enfoque educativo. Una vez dijo que “a veces pienso que he arado en el mar, que la educación, tal como la entendemos en Occidente, ha sido lo peor que les pudo pasar a los indígenas… Los mismos profesores bilingües que formamos durante tantos años ni bien conocían Iquitos terminaban blanqueándose, comprando zapatos y rechazando la lengua. Todo se volvió una lucha contra la corriente: la educación a la manera occidental insiste en instalarse en estas tierras y unificar el pensamiento, el idioma, la palabra. Pretende acabar y borrar sus raíces, su conocimiento, su manera de vivir y volvernos a todos la misma cosa, sin respetar diferencia alguna. A veces creo que la letra, que la educación a la manera occidental y de conquista, se ha hecho para humillar a aquellas culturas que no la tenían”(27).

Finalmente, la propuesta de EIB de Juan Marcos Mercier que nació en el Alto Napo peruano nos puede dejar dos enseñanzas: que es posible que desde la organización de los pueblos se pueda plantear una agenda de política educativa que el Estado tiene la obligación de conocerla y consolidarla, sin quitarle los valores propios de la cultura, sino enriqueciéndola con el diálogo intercultural. Luego, como lo recoge Lucy Trapnell al final de su texto: “es necesario tener presente que el proceso de construcción de un currículo intercultural debe considerar la dimensión cultural e histórica de los saberes desarrollados por diferentes grupos socioculturales, en la medida que estos forman parte de configuraciones complejas en las cuales adquieren sentido y pertinencia”(28).

PEBIAN se ha convertido para los pueblos napurunas en una propuesta concreta de resistencia y de convivencia, de inclusión y diálogo, sin excluir diferencias, descolonizando los discursos y las políticas educativas que mantienen -todavía- su deseo de imponerse.

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NOTAS:

(1) Cf. WALSH Catherine. En Interculturalidad crítica y educación intercultural en artículo de la ponencia presentada en el Seminario “Interculturalidad y Educación Intercultural”, La Paz, 9-11 de marzo de 2009.
(2) Cf. WALSH, oc.
(3) Cf. ROMERO María Ángeles. En Enfoque intercultural en educación en La orientación educativa desde una perspectiva intercultural.
(4) Cf. TRAPNELL, Lucy. Conocimiento y poder: una mirada desde la educación intercultural bilingüe. FORMABIAP – Iquitos - Loreto.
(5) Cf. AGUIRRE, Milagros. La utopía de los pumas. CICAME, Quito, 2007, 191. 
(6) “El pueblo Napuruna conocido también como Sunu o Kichwa del Napo, en referencia al nombre de su lengua materna, es uno de los grupos étnicos de la Amazonía Peruana”, en REÁTEGUI DAHUA, Nelson – ALVARADO GREFA, Ventura – NOA SANDIEGO, Jarri. Veinte años de educación en el Alto Napo, CETA, Iquitos – Perú, 2003, 11.
(7) AGUIRRE, o.c., 197.
(8) AGUIRRE, o.c., 199.
(9) AGUIRRE, o.c., 205.
(10) PERAL Gabino. Éxodo de la Iglesia en la Amazonía. Documentos pastorales de la Iglesia en la Amazonía Peruana, CETA, Iquitos, 1976, 27.
(11) AGUIRRE, o.c., 200.
(12) Véase el comentario de Tubino y Zariquiey en TRAPNELL, o.c.
(13) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 7.
(14) AGUIRRE, o.c., 212. 
(15) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 8.
(16) AGUIRRE, o.c., 222.
(17) AGUIRRE, o.c., 223.
(18) AGUIRRE, o.c., 199-200.
(19) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 6.
(20) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 6.
(21) Apu: jefe de la comunidad kichwa del Napo.
(22) Yachak: sabio, hombre de conocimiento en AGUIRRE, o.c., 415.
(23) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 6.
(24) REÁTEGUI DAHUA y otros, o.c., 9.
(25) Cf. TRAPNELL, o.c.
(26) AGUIRRE, o.c., 223.
(27) AGUIRRE, o.c., 224-225.
(28) Cf. TRAPNELL, o.c.

martes, 7 de mayo de 2024

“Imposible entenderse con el brujo”


Yánkuam’ Jintia y los brujos

Por Roberto Carrasco Rojas, OMI


Que bellos recuerdos vinieron a nuestra mente mientras leíamos el texto (1)  que el profesor Zenón Depaz nos pidió que profundizáramos. Inmediatamente la figura de Yánkuam’ Jintia vino a nuestra mente como para recrear lo que leíamos. Sin duda, una de las figuras misioneras en la selva ecuatoriana y peruana que ha revolucionado la manera de vivir la misión en medio de los pueblos amazónicos es el P. Luigi Bolla Santori. No sólo pudimos conocerlo sino también escucharlo. Es curioso, pero, al leer su diario (2) nos abrió el apetito por dedicar una investigación a su vida.

¿Quién es Yánkuam’ Jintia? En lengua achuar significa “la estrella de la tarde que ilumina el camino”. Se trata de un misionero salesiano que llegó, primero al Ecuador en 1960 y luego se ubicó en el lado peruano en 1971, y con esa pasión por la misión en medio de nuevas culturas, se atrevió a recorrer territorios amazónicos entre ambas fronteras, con los pueblos que habitan allí. Ya lo hemos afirmado, y lo volvemos a afirmar: es sin lugar a duda, un misionero que ha recorrido el camino de la interculturalidad.

En su diario personal nos encontramos una historia que podrá ayudarnos en esta reflexión. 

“Imposible entenderse con el brujo”, lo titula:

"Estos días hemos tenido casos interesantes por asunto de brujo. Llegó el Tsanimp del Makúm, con su hija de dos años atestada de bichos a las claras. Después de pedirme remedios, no me los deja dárselos, porque el brujo no ha dado aún su parecer. Le demuestro que son solo bichos, pues la chica ya está muy grave y esperar más era fatal. Después de suplicarle que le demos el remedio acepta, y efectivamente bota un montón de bichos, y me dice: “Si eran de verdad bichos” y ahora “me voy al brujo” ¿Para qué? Insisto que sería mejor una buena alimentación para superar el estado cadavérico… No hace caso, y se va igual al brujo. La niña a pesar de que es tarde se sintió mucho mejor, al cabo de dos días de brujo, la traen de nuevo tiesa y ya en las últimas. Parece que ya no hay motivo de nada, me pide que la bautice y “que se muera” me dice. Rezamos todos por ella, la bautizo e intento de nuevo con remedios… se niega porque el brujo ha dicho que con un remedio morirá antes. De nuevo le suplico por unas gotas para el corazón, se niega, pero al final de tanto insistir, accede, y reacciona. Tenía ya los pies totalmente fríos, boca cerrada y ojos virados. Probamos con alimentación y después de una semana regresa con la niña sana, pero aun cuando la niña estaba recuperándose rápidamente, siguió insistiendo para llevarla de nuevo al brujo. No lo hizo para no enemistarse conmigo. Actualmente está aquí mismo una pobre mujer que se está muriendo, está hecha un desastre, tiembla toda ella y parece de cera. No sé si se puede tener esperanzas, la han matado de brujo a brujo. Es del Chankuap, Perú, vienen de lejos visitando brujos. Los tres últimos han sido: el Chumap; Awananch y el domingo pasado el Ititiá, que lo llevaron directamente a Setuchi, entregándole de antemano una flamante carabina. Este regresó de Setuchi diciendo: “No he podido curarla”. Hoy con chicos de aquí de la escuela la han cargado hasta nuestra casa, diciendo que iban a probar con remedios. Pero cuando iba a internarlo se han negado, porque no sabían, sobre ese punto, la opinión del brujo. El mismo brujo que se confiesa impotente, es el que debe dar permiso para darle unas gotas para el corazón… para ese permiso llevo esperando tres horas mientras la mujer lucha entre la muerte y la vida…

Se han ido al otro lado, solo he podido conseguir que la mujer quede aquí, harán los discursos oficiales y posiblemente regresarán al anochecer… y ojalá me den un permiso… y no sea del todo demasiado tarde… me encuentro de veras nervioso ante esta situación, y me cuesta callarme, no sé ni comprendo la sinceridad del brujo… en el mejor de los casos puedo esperar que me den permiso, a la par que el brujo y esta vez algo más: una carabina. Nos importa muy poco que él que “cura” con los medicamentos nuestros, sea el soplo del brujo, pero lo que sí importa es poner en cuestión la honestidad del brujo. ¿No es pura política? ¿En este caso después de declararse él impotente, no están suficiente claros los intereses?"

Seguidamente, el P. Bolla afirmará como la fuerza de la tradición y la palabra se antepone ante un hecho contradictorio (3)

Estamos aquí frente a un misionero italiano que decidió en aquellos años asumir una nueva cultura. Aprender de ella. Se leen en sus memorias que “vivía totalmente al estilo de los Achuar”, pero lo hizo sin perder su identidad como sacerdote y religioso, lo hizo como un misionero huesped, adaptándose a los estilos de vida, a las formas de vestir, de alimentarse, de tener una casa. Asumió todo esto nuevo, dentro de los límites de ser sacerdote, religioso y misionero. Se sabe que la misión exige adaptarse a un nuevo ritmo de vida, a conocer y apreciar una nueva cosmovisión. Naturalmente, esto no es nada fácil. Luis Bolla nos enseña a que el misionero es huesped. Nos enseña a evangelizar sin colonizar. Referirnos a Yánkuam’ Jintia no en términos de inculturación, como se pensaba por esos años. Referirnos a él en términos de interculturalidad. 

Contrastando lo que afirma Apffel-Marglin y Varese, hay toda una simbología que aparece en varios contextos. Lo amazónico todavía no se conoce bien a su cabalidad. Hay mucho que profundizar, hay mucho que adentrarnos, que conocer. Al respecto, es de consideración resaltar los esfuerzos misioneros, en especial, de la Iglesia Católica por ir, en principio, inculturando el Evangelio. Ahora con el Magisterio del Papa Francisco se reconoce que todo está interligado, conectado. Con la figura de Francisco se ha dado un paso muy importante en la comprensión de los pueblos amazónicos. Los frutos del Sínodo panamazónico del 2019 y de cómo se llegó a articular las voces de los pueblos con esa actitud de escucha y reconociendo que nos falta mucho por aprender de ellos. 

Cuando Frederique & Stefano señalan ‘que lo único que puede sanar males de la modernidad occidental son precisamente las plantas y los hongos sagrados de los Amazónicos’, nos permite afirmar que la ayahuasca es quizás lo más comercial que se haya conocido, pero la experiencia de aquellos, que viniendo de afuera, de una cultura distinta, y que han aprendido a valorar las prácticas ancestrales de los pueblos, cuando se trata de enfrentarse a la realidad del mal en sus vidas, esto sobrepasa más allá del concepto chamanismo.   

Sin embargo, no toda fuerza que proviene de a fuera y una vez que se instala y se deja sorprender por la Amazonía, es una fuerza que trae la muerte. Las historias que nos han relatado acerca de los pueblos amazónicos, menos mal no todas son desde una mirada desde fuera. El diario de Yánkuam demuestra que hay una historia, poco conocida, que se ha escrito desde la convivencia misma con los pueblos. La sabiduría ancestral no ha sido transmitida de forma escrita. Es la fuerza de la oralidad la que la hace, todavía, valiosa y única. Aunque con el riesgo de verse desaparecida si las ‘categorías y los paradigmas occidentales’ intentan imponerse de la peor forma. Algunos afirman acerca de nuevas expresiones o actitudes neocolonialistas con una fachada de desarrollo y progreso, por no decir, extractivismo voraz.

Pero sigue latente el riesgo, y es muy serio, ya advertido por los ancianos en toda su oralidad. El riesgo de que se agudice, aún más, una crisis ecológica global, que exige el cuidado y la custodia de los pueblos amazónicos. Porque si custodiamos a los pueblos amazónicos -que no son ciudadanos de segunda categoría- estamos custodiando la Amazonía. Es lo que asumió el P. Bolla, y así como él, otros tantos misioneros que decidieron arriesgarlo todo al entrar en contacto con pueblos y culturas nuevas: “No imponiendo mi cultura, sino fortaleciendo su cultura e identidad. Ayudándolos a enfrentarse con la cultura envolvente y sin perder su propio nombre, sus valores”. Estos ejemplos de entrega y pasión por la misión reflejan, como dice Brian Swinne y lo leemos en el artículo de Frederique & Stefano: “No somos capaces de ver las hermosas comunidades de vida en este planeta. Nuestra mente enferma solo ve ‘recursos naturales’ y terminamos destruyendo la vida con muy poca conciencia de lo que estamos haciendo”.

Entonces, cuando se trata de curar males, fijarnos en la experiencia que tuvo Yánkuam’ Jintia con el brujo nos permite confirmar tanto la cosmovisión occidental como la cosmovisión Achuar podrían llegar a conocerse, a tolerarse. Este misionero italiano trabajó alrededor de 60 años en medio de los pueblos amazónicos y es quizás una muestra de apertura, de escucha, de diálogo y respeto cuando se logra ver con los otros.

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(1) APFFEL-MARGLIN, FREDERIQUE & VARESE, STEFANO. Renacimiento para los andinos y amazónicos y para los modernos occidentales, 2023.
(2) ARCHIVO HISTÓRICO SALESIANO ECUADOR, Diario del P. Yánkuam’. I – XIV, AHSE, Ecuador, 2018.
(3) Cf. ARCHIVO HISTÓRICO SALESIANO ECUADOR, Tomo I, 88-90.

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