VISITANDO LA CURVA
Vamos a recordar lo que sucedió antes de la fiestita organizada por Papaya antes de su primer zarpe por la Via Matta.
Era el año 4008, en todo el país había comenzado la fiebre del "crudo". Así es, se llama "crudo" porque costará mucho sacarlo, transportarlo y al final, pasar por la cocina, para que una vez en ella, Mister Chef decida como presentarlo a sus comensales.
Lo cierto era que todo estaba preparado para sacar el "crudo". Naturalmente no era fácil, pero el gemelo del Chanchito Pelón se encargaría de facilitar todo el trabajito. Es más, todos sus ahorritos fueron a parar allá también. Lo invirtió comprando una olla, pero esta era muy especial, tan especial, que no llevaba su nombre. Ese gordito se la sabía todas. Lo cierto era que gobernaba y lo que quería, lo hacía. Nadie tendría porque decirle en que invertir su dinero y el dinero a él confiado...
¡¡¡Oh, Oh, Oh... me resultó un businessman este gordito !!!, dijo sorprendido Papaya.
Todos los arreglos indicaban que bajo el gobierno de Gemelo todo iba a salir como se había planificado. Por algo sus amigos franchuetos le habían dado la mano. Ahora le tocaba regresar el favorcito.
Resulta que el Gemelito, acordó con sus "perros de chacra" que se elaboren todo tipo de facilidades para que el "crudo" llegue como sea a la cocina. No importaba como, la idea era que los perros de chacra no podían dejar ir ese hueso. Así que en la Perrera, todos sin ladrar tanto, tomaron la decisión de poner sus huellas en las nuevas reglas del juego. Lo cierto era que Mister Chef sabía quién era el ganador.
¡¡¡ Claro, claro... il populorum no debe darse cuenta !!!, decía el Gemelo a sus amigos de Limón.
¡¡¡ Sigamos entreteniendo al populorum... !!!, ¡¡¡ Mételes más combates, al final esto es guerra !!!, le había llegado la orden al Gemelo, de parte de Mr. Hayek.
Y así empezó el entretenimiento. Lo que se trata era de comer, sea como sea, y que coma más, quien más pueda hacerlo. Hay "crudo" para todos los "invitados".
Llegó el día que la jauría se presentó a Fox, pero este no quería hablar con esos perros. Eran lo suficientemente estúpidos, que solo necesitaban sus huellas para dar legalidad al asunto. Fox como sea quería contactarse con el Gemelo, es más, escribió a Papaya, pero este estaba más preocupado en su trajecito y en su pipa, que no le prestaba atención a toda la receta.
¡¡¡ Así es... una receta !!!..., con esos ingredientes que ni el perro del hortelano me iba a impedir de comer.
¡¡¡ No puedo perder el tiempo, el jacu tesoro nos espera !!!, decía la misiva.
Gemelo, aunque le pesaba la panza, no descansaba para nada. Una vez para convencerse le dijo a Papaya que él mismo quería ir al fondo de la Via Matta y entrar por la zona conocida como "Las Curvas", para poder mirar el mismo, con sus propios ojos, la cantidad de "crudo" y otros ingredientes que aparecían en la receta. Pero eso no era todo, como el Gemelo quería asegurar su inversión, le pidió a Papaya, le consiguiera un búfalo volador para llegar en un día y ese mismo día retornar. Gemelo invitó a su Mascafierro para que en los próximos negocios, Mascafierro lo supiera suplantar de la mejor manera.
Inteligente Mascafierro, pidió que lo acompañaran dos socios más. Así Papaya y ninguno de los white babys notaran el planeta que se presentaba ese día.
Al final, Gemelo, junto a Mascafierro y sus socios, Papaya y dos más de la tripulación, aterrizaron en medio de la zona denominada "Las Curvas". Gemelo nada tonto, se puso un casco y empezó a visitar la zona por una hora. Así con el casco los hijos de la yacu mamma mía no podían reconocer quien está detrás de ese tremendo casco.
Naturalmente, la expedición, según cree él fue todo un éxito. Sin embargo, no se dio cuenta que lo habían registrado desde lo más alto de una lupuna, dos cercanos amigos, eran Wata Wawa y Wayrachina. (Cuando Gemelo se sacó el casco, se les grabó el rostro a quienes lo veían de lo alto de la lupuna).
Gemelo y Papaya, habían conversado muy atentamente todo ese tiempo, mientras Mascafierro y sus amigos permanecían calladitos.
(continuará)