miércoles, 14 de marzo de 2018

El líder político... ¿Una mitología más, o qué?

Este 2018 en Perú es un año de elecciones locales, sea para los municipios como para los gobiernos regionales. También llegarán los presidentes para la VIII Cumbre de las Américas que se realizará en Lima el próximo mes.

Un año donde la arena política se ha visto llena de acusados, caídos, malhumorados, tránsfugas, cínicos, y otros tantos "pedros" que niegan conocer a su "entonces salvador". Lo cierto es que es un año donde la vacancia presidencial está sostenida por un hilo. Como lo está también cada curul del congreso del cual no se quieren desprender sus actuales inquilinos.

La opinión pública, por lo general, sigue discutiendo la opinión que los medios le han metido por los ojos y los oídos. Esta sigue manipulada y deformada. Incluso los espacios públicos donde se creía que había algo de discusión se han vuelto como los teatros de Grecia y Roma, lugares muy simpáticos dignos de grandes recuerdos y escenas políticas. Ya no hay más discusión en la política peruana. Pareciera que los monopolios televisivos y radiales siguen operando al fiel estilo propagandistico 'de la Europa post Primera Guerra Mundial'. Pero ya sabemos a quienes pertenece esa mácula hecha formato televisivo, radial o primera página exhibida en las esquinas de las calles.

¿Dónde están los nuevos actores políticos?, ¿acaso tenemos que seguir creyendo, después del "manifiesto barato", en los mismos rostros de la tan ultrajada política peruana? Un tremendo desánimo y desazón se oyen entre pasillos de las escuelas y de las universidades, en los "todavía" mercados populares de fin de semana, en los cuchicheos de dos comadres que prefieren hablar de choliwood antes de mencionar apellidos de políticos que hoy ya no existen, o que simplemente han desaparecido o les han hecho desaparecer. 

Ya no hay líderes en quien confiar. Los "últimos" (si así lo creen algunos) están terminando o terminarán en la cárcel. Hay jueces que se han olvidado de su juramento cuando empezaron su vida de magistrados y decían: "Yo, [NOMBRE], juro (o prometo) solemnemente que administraré justicia sin importarme a quién, tratando por igual a ricos y pobres, y que cumpliré y ejecutaré fiel e imparcialmente las obligaciones que me correspondan como [TÍTULO] de conformidad con la Constitución y las leyes de la república". Todo parece que sigue sonando como una bella parrafada.

Nos preguntaba un joven soñador, de esos pocos que todavía creen en la política: ¿Cómo debería ser quien lidere un cambio?

Se nos ocurrió decirle: Un líder político debe saber que más allá de ser un personaje que entretiene el talk show político del fin de semana, es quien tiene la responsabilidad de generar una real opinión pública. Y lo podría hacer si valora su liderazgo, sin permitir que se lo contaminen con tanto gossip televisivo o radial. Tendría que saber gestionar su liderazgo con el apoyo de un grupo coherente de personas que comparten sus sueños. Debe recordar que poder y liderazgo están de la mano. Pero para llegar a ello tiene que ser hábil, haber vivido algunos éxitos compartidos en su vida, saber amalgamar saber y poder. Disfrutar de una inteligencia emotiva, esto implica, capacidad de autocontrol, disciplina y empatía, que sepa canalizar pasiones personales para poder entrar en la vida de los otros sin mayores problemas. Pero no basta con hablar, hay que saber comunicar. Tiene que ser un comunicador al 100%, que la gente lo siga no solo por su habilidad oral, sino también por su capacidad de visión, porque si no sabe formular soluciones a pequeños problemas, es mejor que no asuma nada antes de que se le confíe gruesos y terribles problemas.

Cabe aquí recordar la importancia de ser un organizador, que sepa gestionar un sistema de incentivos y de información para quienes lo siguen o trabajan con él. No se trata de ser solo un cínico politicamente hablando, sino un gestor de un buen equilibrio político, donde su habilidad maquiavélica surja cuando realmente la requiera usar, porque si un político no seduce, no es un buen amante de lo que hace. Y un buen amante sabe como satisfacer a su amada, incluso hasta con un simple susurro. Osea, no tiene que aparentar serlo, tiene que ser smart. Con una grande capacidad de adecuación que su poder no finja de ser servicio, que realmente lo sea. Para ser honesto no necesita predicarlo, basta que su trabajo lo demuestre y la gente se lo agradezca.

¿Los actores políticos de hoy son realmente los líderes que necesitamos?


martes, 13 de marzo de 2018

I CHAPTER: The Via Matta's plan


INTRODUCCIÓN

Quiero empezar con una recreación que me permita dibujar mejor los contenidos que quiero transmitir. Intentaré a través de estas líneas, poder dibujar contigo una historia que al final no termine, sino que te inquiete a pensar e ir un poco más allá de lo que estás acostumbrado.

Imaginemos a Papaya, el clásico blancoide, bigotón con pipa, que hizo soñar a algunos con su fuerza cada vez que se zampaba un poco de yerba, que para rescatar a su flaco Olvido tenía que vencer todo obstáculo que el “rudo bruto” le ponía. Muy cerca lo seguía un chanchito pelón, con esa apariencia de ser un bravo comelón, siempre con el Maq-sándwich en la boca, a quien no le entendíamos lo que decía, pero si sabíamos dónde acababa. Por lo general, en una mesa pegada al piso llenándose la panza, lanzando una gran sonrisa, y de vez en cuando, aparentando que cuidaba de los white babys.

Lo raro es que en esta historia, si por casualidad aparecen algunos, es solo para dar realce a la escena, no para decir algo, sino todo lo contrario, para crear la idea de que alguno hay en medio de los "actores". Pero en realidad, y esa es la verdad, al final de todos estos calladitos simplemente no cuentan; y por casualidad sirven solo para la foto de algunas escenas donde las "actores" cuidan más a quienes representan que lo que representan.

Pues, resulta que un martes de julio del 4013 a este Papaya se le ocurrió empezar su recorrido. Pidió a sus colegas, esos que le construyeron la PIPA, de encontrarse para rellenar los típicos formularios que exigen los jefes para aprobar nuevos proyectos. Al final, lo logró gracias al apoyo de Fox quien creía que por tener cierta inteligencia, lideraba el resto de animales. La idea era enamorar a su hight boss: Mr. Hayek. La idea resultó tan buena que le aceptaron la construcción de una embarcación. Y como tanto quería a su pipa que la tenía metida en su boca todo el tiempo, llamó a su chalupota: PIPA. Decidiendo cargar con él a su estrecho y siempre flaco Olvido, rumbo a la tierra sin majos.

Que bien se sentía, porque su PIPA navegaba sin ningún problema, le daban todo, alimentos, combustible, municiones y algunos paracetamoles por si acaso aparecieran los “hijos de la yacu mamma mia” quejándose del eterno abandono que vivían. 

Bueno..., Papaya decidió surcar ese julio del 4013, pero primero de todo, él quiso una fiesta antes de lanzarse al agua y poder tocar y encontrarse con los pink flippers. Invitó como era de esperarse a su fiel amigo el chanchito pelón, a quien le prometió el yacu tesoro. Entre sus invitados, muy de lejos figuraban otros como él, vestidos de blanco con su elegante cravatta oscura, solo para recordarle de que bula venía. Lo curioso, es que en todo momento, es que siempre estaban todos calladitos. Las maracas sonaban, hasta el manguaré. Incluso, como era costumbre, no faltaba un beodo en la fiesta que escuchó el suave canto de una sirena que al parecer se escondida en medio de lo profundo. Ella no se dejaba ver. Y otros a lo lejos saltaban al son del tamborcito como si tratara del paso del new titanic por aguas célticas....


"¡¡¡No, no, no...!!! No es el new titanic que se acerca por estas aguas..., es la PIPA !!!" 

Decían algunos habitantes que empezaron a mirar con estupor de qué se trata la visita de 'tremenda bestia' que viene a disturbar la paz de las aldeas.

Ahhhh… pero a lo lejos, muy lejos, en el momento menos pensado iba a tener su aparición el “rudo bruto”. Un alelado personaje que se creía el fuerte solo porque su motor era más tragón y no cortaba los árboles con machete. Pero como siempre, solo aparecía para que Papaya les haga creer a todos que el consumo de la yerba era lo suficientemente bueno para que en el mercado de la liebre todo pareciera ser un laissez-faire. Así, al final de cada pelea, el "rudo bruto" terminaba huyendo lleno de "pseudogolpes". No podía faltar en la fiesta un “coctelito de drogas mezclado con aguajina”, así se surca mejor, hacia la psicodélica y alucinógena: "Via Matta”.

Y comenzó su recorrido. El sueño sería, aunque todavía lo es, llegar a cubrir dos grandes ámbitos. En el outsite plan, Papaya se propuso ocupar todo lo que sus ojos veían, como era en la época de la goma, 'te doy todo este territorio hasta donde pueda llegar tu mirada'. Entonces, montó el trillado discurso de una compañía aseguradora: "te garantizo total seguridad". Esto implica que tus "apus" y tus "Apus" me firmen el contrato, y así, yo vigilo y controlo. Y si cualquier crustáceo, termita o piraña aparece, primero lo disuado, sino hace caso preparo una nueva estrategia en diálogo con mis colegas con quienes ya he tenido business… “¡esos vecinitos míos, me facilitarán todo, no te preocupes jefecito!”. Así puedo reprimirlos, no sin antes, tomar mi yerba.

Y en el into plan, solo necesito más tiempo, porque "tengo que convencer a todos. Prepararé encuentros, conciertos, armaré la fiesta, traeré luces y caramelos, y si a alguien le duele la cabeza o se siente mal, le tengo su 'siéntate quieto', osea, su matecito para que se relaje". Aquí la estrategia es simple: intervenir creando una danza, donde todos bailemos y cantemos en el mismo idioma.  

"Que todos puedan gritar sin miedo, que todos se emborrachen, que todos festejen..." decía en sus adentros mientras tramaba sus fechorías como todo un sacamuelas político.


"Quiero celebrar con todos mi 'primera comunión...' Oh, oh, oh, sorry... (se le había una vez más trabado la pipa en la boca, como era su costumbre cuando se le subía la bilirrubina)


"Quiero decir celebrar con todos ustedes 'mi primera acción social'... Salud, salud" (así les hacía creer a todos que su intención era 'cubrir todos sus necesidades'). Se empezó a aplicar, como lo había hecho el vecino mayor, a trabajar de forma 'integral', dentro de una Social Inclusion policy.


A propósito que esta palabrita está de moda. "Así justifico mi floro al New Big Seathl, piel de pomarosa y le voy preparando su futura jato". ¿Cómo hacerlo? "Y para esto es fácil: pongo la música y las chilindrinas, reparto camisinhas y le doy un poco de yerba a los más gritones para calmarlos. Y si algún malcriado aparece, terminará peor que el 'rudo bruto', en la mazmorra: con la cabeza cubierta, con cinta negra sobre sus ojos, un casco sobre su cabeza, con isulas alrededor de él, y le daré una sachavaca descompuesta para que se alimente, porque no verá la luz por muchos días... Y si continua su resistencia, le meteré Ráfaga… entonces, terminará bailando y brincando al son de la cumbia…" Al fiel estilo de la escuela del Camarón donde lavar la uma era el objetivo para luego hacerlo cantar como a un "niño". Tabula rasa, tabula rasa ese es el objetivo.

“¡Voy a llevar desarrollo a este lugar!”, se levantó una mañana muy temprano gritando el siempre elegante Papaya. Pareciera que de tanto bailar Ráfaga en su vida, le estaba pasando factura esa musiquita. “¡Todos, todos al final de cuentas terminarán trabajando para mí!”, decía cada noche antes de dormir. Nos hacía recordar al ex popular "vende sombreros", quien en la Chorreada tuvo su 'mini reino unido', pero al final acabó en ruinas, solo y abandonado, incluso por su financista, 'Mr. Rendezvous', todo allá por la mitad del XX.

Fueron muchos meses de navegación, la Via Matta era tremendamente larga y ancha. Papaya cada día escribía sus actividades. Pensaba que tipo de asistencialismo está por desplegar, y por cuánto tiempo, y si las reservas le alcanzarán. De lo contrario, pediría desarticular toda banda de sacha piratas o viperinos que se encuentran metidos en todos los flancos. "Es muy fácil volarles sus traga lodo y destruirles sus chalupitas correlonas", le decía a su magro Olvido. “Lo que quiero es articular a todos, como a los niños de la elemental, ponerlos en fila a saludar a la bandera, enseñándoles a vincularse, a ser flexibles, a modular sus ideas, y que su participación parezca activa en el jardín de mi tío Friedman”, de quien tenía fiel memoria y aguda ambición cada vez que lo recordaba.

Bueno, al final Papaya, para contentar a sus pulpines y a sus coleguitas, pero sobre todo para contentar al blanquito pelón, les ha preparado un plancito que se soporta en cuatro ejes: darles la "suficiente" salud, nutrición, educación y seguridad.  "Por lo menos que así lo crean...". Así puedo llamar al resto de la legión para tomar parte de The Deep Paradise. Dejar todo listo para que entre suave gel, mi Chicago's Man. 

Así, como en todos los capítulos, de ahora en adelante, mi fiel Olvido terminará dándome un beso, mientras mi pipa suena: "Trudm Trudm !!!"

(continuará)






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