jueves, 23 de noviembre de 2017

Diálogos con P. JUAN BOTTASSO, sdb – II parte

Creo que la novedad es esta:
EVANGELIZAR SIN EL PODER.
Continuamos ese diálogo sincero hablando de la vivencia de tres grandes misioneros que evangelizaron la Amazonía desde la debilidad.


ROBERTO: Hoy estamos 19 de octubre del 2017.

BOTTASO: Hoy recordamos a San Pablo de la Cruz, fundador de los pasionistas. ¿Ellos están en Perú?

ROBERTO: Sí, justamente son ellos los que están encargados del Vicariato de Yurimaguas en la Amazonía peruana.
Bien padre, yo estaba un poco escuchando el primer diálogo que habíamos tenido. Y mirando un poco la propuesta que había lanzado a los profesores, P. Emiro Cepeda y P. Tadeusz Lewicki, de centrarme en estas experiencias misioneras como precursores de la comunicación intercultural, me refiero a estos dos sacerdotes del Napo [PP. Juan Marcos Mercier y Miguel Goldáraz], incluyendo al P. Luis Bolla; y como esto es una tesis para licencia y no para doctorado, yo tendría que ser mucho más específico para poder referirme a un campo de estudio concreto. Yo sé que el tema fundamental básico es la comunicación intercultural.
Pero, reflexionando acerca de esto, tenemos tres cosas que se desprenden de este gran punto de reflexión. La primera es si yo le tendría que dedicar una tesis a cada uno, porque cada uno ya es un campo específico con sus propias propuestas que tienen. La segunda sería, tomar a los tres misioneros en un campo concreto afín. Pero esto es muy amplio. O decidirme a tocar solo a uno de ellos con una propuesta específica.
Yo quiero pedirle a Ud. desde su experiencia, ¿qué me aconseja?, ¿qué podría yo analizar de estos misioneros o de uno de ellos partiendo desde la comunicación intercultural como fondo? Este sería el marco teórico. O partiendo concretamente de un autor. Podría ser mucho más específico y dedicarme a realizar un estudio o reflexión o una propuesta lingüística que podamos encontrar en ellos. O una propuesta intercultural. La idea, y esto me trae a Ud., es que tengo que concretar algo. Recién empiezo la licencia y tengo dos años para culminar este recorrido. Quiero tener mi primer acercamiento a la bibliografía con la que debo de contar para una investigación. Estar en Roma y tratar estos temas no siempre es fácil. Necesito contar con una bibliografía sea online o física, así la podría solicitar a tiempo para estudiarla.
El año pasado, y como un dato previo, en la tesina de bachillerato le había dedicado una parte para hablar de la Amazonía. Y allí mencioné concretamente la experiencia del P. Juan Marcos Mercier, OFM. Entonces, solicité a Perú una bibliografía que me ayude a ser específico con el tema de la Amazonía, sobretodo en el tema de la realidad amazónica, qué es la Amazonía, y la cuestión específica del P. Juan Marcos Mercier, su propuesta. Y de allí surge el contar con el libro de Milagros Aguirre: “La utopía de los pumas”. Este libro lo leí mientras vivía en la Misión. Y también poder contar con otros libros que el P. Mercier había escrito. La idea era contar con sus propuestas, por ejemplo “Nosotros los naporunas”, entre otras publicaciones. En realidad hay muchísimos casetes de las charlas, de las entrevistas que hizo a los ancianos del Alto Napo peruano. Él ha recogido muchísima información que está en el Vicariato [San José del Amazonas] como un tesoro, y el problema que nadie lo ha sistematizado.

BOTTASSO: ¡Material inexplorado ciertamente!

ROBERTO: Exacto, inexplorado. Eso sería un lindo tema de investigación para doctorado, si alguien quiere profundizar qué cosa ha dejado como herencia el P. Juan Marcos Mercier.
Caso contrario, con Uds. los salesianos sucede algo distinto respecto a la herencia dejada por P. Luis Bolla. Uds. han sabido acompañar este proceso realizado por él. En el sentido de que toda su producción las están sistematizando, las van a publicar, etc. En cambio, el P. Juan Marcos Mercier prácticamente estaba solo, incluso hasta en el Vicariato. Porque no lo entendieron en su momento. Una situación similar vivió P. Luis Bolla, a quien no le entendieron su acción, no le entendieron su teología, no le entendieron su estilo de hacer misión. No le entendieron su decisión del porqué insertarse con los indígenas. Pero él supo trabajar una propuesta muy buena. Conocí esa propuesta cuando leía los libros que de él hablan. Sobre todo, aprendí escuchando a la gente del lugar. He tenido la ventaja de vivir en la zona. De vivir donde él estuvo. De escuchar a los animadores cristianos indígenas que él formó [kuyllur runa, se les llama en lengua kichwa]. De escuchar a los ancianos.
Entonces, cuando yo me confronto con lo que leo y con lo que he escuchado estando allá, se me viene ese deseo del porqué no escribir sobre esto. Si se trata de un trabajo específico en la licencia, estoy pensando por ejemplo en buscar esa bibliografía. Pero está claro esto para mí: Perú no ha producido mucho sobre el río Napo.

BOTTASSO: Tenemos al P. Jaime Regan, SJ quien ha producido material, pero más de la otra zona de la Amazonía.

ROBERTO: ¡Exacto…! El P. Regan ha hecho un trabajo antropológico sobretodo en la misma cuenca del Amazonas. Pero propiamente en el Napo o acerca del Napo, los que han producido son los capuchinos en el Vicariato de Aguarico [lado ecuatoriano del río Napo]. En el famoso CICAME [Centro de Investigaciones Culturales de la Amazonía Ecuatoriana] que ellos tienen.

BOTTASSO: ¡Claro…! Allí estuvo el P. Miguel Ángel Cabodevilla y trabajaba allí Milagros Aguirre quien ahora trabaja conmigo porque esa obra se desbarató.

ROBERTO: ¡Exacto…! Justamente esa falta de continuidad. Creo que ahora con el tema del Sínodo [de la Pan amazonia] van a salir todas estas investigaciones, todas estas propuestas que han estado como dormidas y olvidadas por muchos. Por desgracia algunos obispos, algunos superiores mayores no entendían esta “locura”. Yo le digo “locura” porque realmente es una “locura vivir allí”… ¡No entendían… Simplemente no entendían! Y le confieso que una de las razones por las que estoy acá es justamente esa: de sistematizar, de hacer algo concreto. Escribir algo sobre esto para decir que esto no es realmente una “locura”. Y que bueno que este contexto del sínodo pan amazónico, estas experiencias son una luz de esperanza. Para todos los que hemos trabajado en la Amazonía, –y Ud. conoce muchos misioneros– es una luz de esperanza, porque abre un camino. Una vía que ya en la época del caucho algunos misioneros, como la Madre Laura Montoya , con mucho coraje se atrevió a escribir al Papa Pío X contándole la situación de los indígenas y cómo eran ellos tratados por quienes vinieron a arrancar sus vidas y destruir los pueblos y su cultura.
Por último, y quiero acabar con este detalle: si vemos los aportes de la antropología, la sociología, más aún ahora que en Perú, dos universidades [la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Antonio Ruiz de Montoya de los jesuitas] han empezado estudios especializados sobre la realidad amazónica, cosa buena para quienes quieren profundizar sobre el tema. Recuerdo en un encuentro de Pastoral Indígena Peruana realizado en Lima [en 2012], el P. Jaime Regan me preguntaba: ¿por qué no vienes a hacer una Maestría con nosotros? Yo le respondía, que está muy bien este enfoque, me gusta, es interesante, pero como sacerdote quiero preocuparme por este campo específico, la pastoral y ahora lo comunicacional. Porque para mí allí está el punto clave. Me hago esta pregunta por mucho tiempo: ¿cuál ha sido la clave comunicacional para el éxito de estos misioneros... Luis Bolla, Juan Marcos Mercier, José Miguel Goldáraz, Miguel Ángel Cabodevilla? Y todos estos que han dejado no solo escritos sino que han dejado la vida. Entonces, ¿qué cosa comunicaron?
Sé que no haré un estudio de doctorado. Esto es un buen tema de doctorado para dedicarse a investigar. Sería bueno que alguien se motive a realizarlo. Ahora quiero centrarme en un tema concreto y no volar tanto. Quiero centrarme en uno de ellos y preguntarme: ¿qué cosa comunicaron?

BOTTASSO: Ahora… hay que decir que no fueron las únicas tentativas. Hubo muchas formas e intentos de comunicar a través de la interculturalidad, del intercambio entre experiencias culturales, etc.
Lo específico de las personas que Ud. nombra es que ellos –me parece a mí– intentaron comunicar desde la debilidad. Porque hubo tantos esfuerzos en la cuestión de la Educación Intercultural Bilingüe, en fin, de todo tipo. Muchas veces hubo grandes estructuras que proponían eso y se imprimieron.

Ahora los que tú nombras: Yankuam, Juan Marcos Mercier, lo han hecho no desde el poder sino desde la debilidad. ¿Qué es?: Sin estructuras, sin poderes atrás, sin dinero. Lo han hecho viviendo. Lo han hecho compartiendo. Lo han hecho como huéspedes en medio del pueblo. Y eso si es la neta. Porque América Latina fue evangelizada desde el poder. América Latina primero fue conquistada y después evangelizada; lo cual es una cosa importantísima porque, predicar el Evangelio a una población sometida, condiciona todo el lenguaje. Porque se predica sobre todo la obediencia, la sumisión, la aceptación. Eso fue la evangelización de América Latina.

Ahora a eso se opuso radicalmente el P. Yankuam. Decía, no me presto a ese juego. No voy a ser instrumento de los gobiernos y de ninguna cosa. Yo quiero partir de cómo son ellos, vivir como ellos. Pero vivir de otra manera que entiendan cual es el mensaje de Cristo. No a través de estructuras, de construcciones, del poder, sino de la presencia. Yo creo que tanto Juan Marcos como Luis Bolla, como José Miguel han sido fieles a eso toda la vida. Que es lo novedoso, porque hoy el poder lo ejerce el estado... ¿El misionero que poder tiene? Ya no somos funcionales. Hoy el indígena ya no acude a nosotros como acudía antes. Porque antes éramos casi los únicos. Les dábamos la salud, la educación, la tienda, todo para que sobrevivieran. Ahora eso lo hace el estado. Ahora está presente [el estado]. Al menos hablo del Ecuador, de manera que está muy presente. Inclusive, a través de los subsidios los compra. Compra votos. Entonces, la misión ya no es como antes que era una presencia necesaria porque era [la Iglesia] la que ofrecía servicios. Hoy los servicios lo ofrecen, casi todo, el estado.
La misión quedó mucho más irrelevante. Estos hombres han abierto el camino de la irrelevancia como poder. En cambio la relevancia como presencia. Entonces, para mí es importante estos dos principios: el misionero huésped, no el misionero dueño de estructuras. El que compra tierras, hace construcciones, ofrece servicios. Ellos dijeron, queremos ensayar otra forma…

Es bonita la foto de Juan Marcos Mercier, cuando va el Papa [san Juan Pablo II] a Iquitos. Él está allá vestido como un peregrino, descalzo. ¡Es el hombre sin poder!... Y también a Yankuam, nunca iban a pedirle nada, porque él no tenía nada. Pero cuando murió fue una conmoción porque entendieron que fue un hombre que ha dado la vida.
Entonces, yo creo que la novedad de estos, es esta: EVANGELIZAR SIN EL PODER. Vayan sin alforja y sin sandalias, sin plata en la cintura. Confíen en lo que les da la gente. ¡Eso fue, eso fue lo que realizaron ellos! En cambio, nosotros creemos siempre que lo eficaz son las grandes estructuras, la misión poderosa que organiza el hospital, que organiza la escuela.
Está también, pero a veces la mediación ofusca el mensaje. Se fijan en la mediación. El director de la misión, el superior de la misión es un manager. En pequeño, pero es un pequeño emperador. Es un señor que maneja, del cual dependen mil cosas. En cambio, estos [Bolla, Mercier, Goldáraz] eran insignificantes desde el poder. ¿Cómo era?... la presencia, el huésped, estar a la orden, estoy aquí para… ¡Eso es la novedad! Y creo que [golpeando la mesa con los nudos de los dedos] allí está el futuro de la Iglesia en la Amazonía.
Ahora las transnacionales, los gobiernos, los ejércitos, los ministerios de bienestar, de salud, de educación, están allí, ya valen todo. Ya no es nuestro… ¿qué es lo que podemos todavía? Para mí, estos que fueron derrotados por la historia, porque acabaron todos. Por ejemplo, Mercier, estaba allá en su cabaña y el pueblo estaba aparte. Porque los jóvenes lo sentían como un poco anacrónico. Y un poco le pasó a Bolla. Por eso la “Utopía de los pumas”, lo hace ver bien Milagros [Aguirre] cuando escribe. Yo hablé muchas veces con Goldáraz, y me decía: ¡qué pena, toda la vida yo trabajé para darles dignidad y orgullo de ser lo que son!, y ahora se han vuelto en unos pedigüeños, pordioseros que van a las compañías [petroleras] a pedir: ¡somos pobres, dennos esto! Y ellos [las compañías] han entendido, le dan y así los tienen… pacíficos. Y no se rebelan porque les regalan cosas. Un motor, las planchas de zinc, lo que sea…, y una ayuda.
Entonces, en la Iglesia, para mí estos son los profetas. Han abierto el camino de la evangelización desde la debilidad, no desde el poder. Y este es el futuro de la Iglesia en la Amazonía. Porque lo demás, no son… Uhhh, las multinacionales y los estados nos barren, nosotros en comparación no somos nada. Antes si éramos todo, ahora no somos nada… ¡Cambió!

ROBERTO: ¡Claro!... Yo estudió Comunicación Social. Esta Facultad [de Ciencias de las Comunicaciones sociales – UPS – Roma], es social pero también es pastoral. Decidí por el periodismo. Este es mi dirección, pero la tesis es abierta. Puedo tratar el tema desde la Teología, la Comunicación Social, etc. Entonces, esto que Ud. dice, también lo siento y me digo: ¡Esto tenemos que trabajar! Si tendría que trabajar esto, tengo que buscar libros, que los hay seguramente. El contexto temático lo tengo: la comunicación intercultural. Ya tengo contacto con varios libros acerca de este tema. Hoy se habla de esto, es la moda ahora. Lo que me falta es meterme a lo específico de esto. Por ejemplo estas propuestas. Como Ud. muy bien lo dice: hoy el tema de ser huésped, el evangelizar sin poder, que son temas que en el sínodo van a salir como experiencias de vida. 

BOTTASSO: Y a veces evangelizar contra el poder. ¿Esto es del profeta, no? Porque si una multinacional destruye el ambiente, margina… ¡Nosotros no estamos solo allí para ver! Es decir, esto está contra los planes de Dios. Esto es una violación… Yo creo que el sínodo tocará esto. Pero podemos denunciar. Hoy, hay instrumentos para denunciar a nivel internacional. Hay ciertas agencias que son muy eficaces. Esto es también tarea de la Iglesia. No solo sin poder, sino también contra el poder opresivo, el poder que va contra los pobres.

ROBERTO: Ya hay un primer paso antes de la creación del REPAM [Red Pan Amazónica], o en el mismo día de la creación, cuando se estaba haciendo este seminario, este diálogo [SEMINARIO INTERNACIONAL - Industrias extractivas (minería e hidrocarburos), la problemática de los recursos naturales no renovables en América Latina y la Misión de la Iglesia, Lima, 14-16 de junio de 2011]… ¿cuál sería la labor de la Iglesia frente a las políticas extractivas, en concreto la Amazonía? Entonces, a raíz de esta reflexión surge REPAM. Ella surge como red para articular todas estas experiencias amazónicas. A veces he pensado que esto podría ser un campo de investigación nueva: ¿por qué surge REPAM?

BOTTASSO: ¡Sí, sí… esta es una reacción, una realidad!
Porque, mire…, nosotros –y hablo de lo que conozco del lado ecuatoriano– por un siglo hemos trabajado, invitado por el gobierno para crear conciencia de pertenencia al país y con el lema: Evangelizar civilizando, civilizar evangelizando. Y con ese principio nosotros muchas veces hemos respetado poco las culturas, porque deben integrarse estos. En cambio, ahora es lo contrario. Debemos defender lo autóctono, la identidad, la debilidad de estos grupos que están tironeados entre unos y otros; les invaden los terrenos; los desprecian.
Eso cambió radicalmente el papel [de la Iglesia]. ¡Ahora sí que debe ser una presencia profética! Sin querer siempre estar en contra de todo, pero en contra de las injusticias sí. Eso era lo que hacía Mons. Gonzalo López-Marañón [fue Vicario Apostólico de Sucumbíos - Ecuador] y por eso tuvo tantos enemigos, en el gobierno y todo... Lo acusaban de guerrillero, de acompañar la guerrilla colombiana… ¡de qué no lo han acusado! Eso lo escuché yo, uf… ¡En fin!
Digamos esa es la nueva presencia de la Iglesia en medio de estos pueblos. Antes les mandábamos para civilizarlos, pero ahora tenemos que preocuparnos de defender, en cambio, su identidad, su historia, su manera de ser. Porque fuimos enviados exactamente para cambiarlos, al menos… [Sonríe mientras habla]. A mí me causaba gracia que del lado ecuatoriano también los misioneros: “¡Ah… Hay que poner la andera; enseñarles el himno nacional! Porque la frontera y todo eso”.
Al otro lado los pasionistas del Perú hacían lo mismo… ¡Entonces… está bien, está bien, pero… hoy eso no tiene mucho sentido! Porque ya tienen el sentido de pertenencia, pero lo que pasa es que están aplastados porque sus terrenos son invadidos. Entonces, ¡no se trata de ir a enseñarles el himno! Lo enseñan ya en la escuela. Ya el estado lo hace, los militares lo hacen. ¡No hace falta que lo hagamos nosotros! Está muy bien que lo hagan, pero entonces, ¿cuál es nuestro papel?, ¿qué nos queda por hacer?
Este es el interrogante: ¿cuál es el papel de la Iglesia hoy, allí? Dicen que damos para la pastoral. ¿Y qué es esto?..., ¡haber especifique!, eso es… ¿Qué tipo de sociedad queremos crear allí?, ¿qué tipo de poderes queremos enfrentar?... ¡En fin!
¡Esto es un desafío muy serio… No estamos muy preparados! Estamos bastante desubicados, como están desubicados los indígenas, que ellos mismos no saben a dónde apuntan.
¡Los jóvenes…! Los jóvenes y el poder de la tradición de sus culturas… Ellos quieren comprar de estas cosas [señala el celular que está sobre la mesa]…, y quieren estudiar inglés y todo eso.
Entonces… ¿a dónde van a parar?... ¡Serán adsorbidos, serán siempre indios!, como dicen Carvallo: “indios pendejos…”, si son genéricos. No tienen conciencia de nada. Se integran a la sociedad no por la puerta grande, sino por la puerta de la cocina.

ROBERTO: Esto que Ud. ha dicho es un tema que me mueve bastante. Me viene a la mente este tema, porque he sido parte del proceso de: ¿cuál es el papel de la Iglesia?

BOTASSO: ¡Claro…!

ROBERTO: Y cómo, con esta propuesta de la comunicación intercultural, ¿cómo la comunicación intercultural puede ayudar hoy a que la Iglesia pueda asumir esos valores de la cultura para podernos meter en esto? Tenemos ejemplos de los misioneros que han vivido y viven allí todavía.
Estos valores, que son radicales, por cierto, pero… como muy bien lo dices: hoy la Iglesia ya no tiene el poder como lo era antes.

BOTTASSO: Pero lo ha tenido... Es más, hoy es marginal.

ROBERTO: Exacto… Por desgracia…, esto no se ha sabido entender.

BOTTASSO: No se ha previsto… No pensábamos que íbamos a cambiar. Pensábamos que íbamos a ser siempre los reyes… ¡El rey de la fiesta!... ¡No somos ya los reyes de la fiesta en la Amazonía! Somos una presencia marginal, porque el rey de la fiesta hoy es el estado. Y son las multinacionales, las que tienen dinero. Pueden ofrecer escuelas. Pueden hacer esto y aquello y los tienen… bueno.
Entonces, ¿qué nos toca hacer?

ROBERTO: Por eso, hoy existe el Plan Amazonas. Es un documento que en el fondo es militarización de la Amazonía. Que es llevar subsidios, llevar programas sociales, llevar “el estado”. Y lo digo entre comillas, porque para mí esa es la sensación. Llevar el estado a la frontera. Darles 100 soles. Como lo están haciendo los programas sociales que hizo Correa en el Ecuador. Los mismos programas sociales que hizo Ollanta Humala.

BOTTASSO: El bono solidario.

ROBERTO: Y para nosotros el Programa Juntos, la Beca 18, Pensión 65. Y esa presencia del estado está de alguna manera resquebrajando todo lo que se ha trabajado.

BOTTASSO: ¡Claro, claro…!

ROBERTO: Y entonces, me hago una pregunta como misionero, como sacerdote: ¿y cuál es el papel de la Iglesia?

BOTTASSO: Es eso… y yo francamente, ¡no es que tenga las ideas claras eh! También porque yo en los últimos años ya no trabajo en la Amazonía. Estoy un poco desconectado… Lo siento, pero es así. Uno no puede estar en todo. Al final la vida se le acaba. Pero es un interrogante que me planteo.
Esta tarde [en Roma] tenemos una reunión con esos misioneros que son de la parte amazónica. Exactamente para preguntarnos esto.

ROBERTO: ¿Puedo estar en esa reunión? O ¿es solo de uds. los salesianos?

BOTTASSO: Es a las tres… ¡No creo que haya problemas! ¡Es a las tres! Es una reunión de salesianos, pero creo que hay como puedas estar. No la organizo yo, debo preguntar… Con todo mire… es un ensayo previo. No tiene gran importancia. Porque se quiere recoger alguna idea para hacer una reunión, tal vez en Brasil, como salesianos.
Los salesianos han estado muy presentes en la Amazonía brasilera; Venezuela, el Orinoco; en Ecuador, Colombia no. En Bolivia tampoco. En Perú solo tenemos ahora la presencia de San Lorenzo. Hay una comunidad allí y otra en Cuyunza, y otra en Pucallpa donde hay un obispo salesiano. Ahora no sé hasta cuando es una presencia fija.
Pero con todo… Hablé ayer con el coordinador y me dijo: “tenemos que hacer, en vista del Sínodo”… -Porque esto cayó así sin que nadie lo esperaba-, un encuentro serio pero allá. Haber… ¿ahora que nos toca hacer? ¿Qué hacemos? Porque hay una crisis. Los vicariatos, -al menos los nuestros-, se abastecían todos de personal extranjero. Y eso es una debilidad... Digamos…, era una fuerza, porque había personal y había ayudas.  Pero ahora que se acabó. ¡Ahora hay un vacío tremendo!

ROBERTO: Por eso se está hablando de propuestas de ¿quién celebra la Misa? ¿Quién lleva la Palabra de Dios en ausencia del sacerdote? Y hay propuestas serias de algunos obispos y sacerdotes.  

BOTTASSO: ¡Claro… ¡ Lo que le planteó el obispo de Xingú [Mons. Erwin Kräutler] al Papa; le dijo que en la Amazonía hay que ordenar a casados porque allí existen enormes… y un cura no puede… Y el Papa le dijo, “es un tema que hay que estudiar”. ¡Él no dijo…, no eso no! Dijo, es un tema que hay que… Entonces, es un tema, yo creo que en el Sínodo esto asoma. Y también el ministerio quien lo ejerce y cómo.

ROBERTO: La mayoría de los misioneros dice: ¡no quiero ir a la Amazonía porque es muy lejos. Los territorios son lejanos. Para llegar allí es muy caro…! Y se ponen muchos límites, muchos problemas a una cuestión que antes no había.
Entonces… Padre Juan, ayúdame un poco con tu experiencia a especificar este punto de la comunicación intercultural.

BOTTASSO: Yo digo, lo de la comunicación intercultural está bien como marco. Pero después si se quiere aterrizar en algo un poco más específico. Uno puede decir: hablar de las experiencias que hubo de la comunicación pero desde la debilidad, desde la falta de poder. Porque en muchas misiones, eran la avanzadilla de poder; porque detrás tenían al estado y a las grandes congregaciones, Propaganda Fidei que daba plata, etc. Entonces…, no digo que fuera malo. Era buenísimo pero en este momento [golpea con sus dedos la mesa] eso lo hace el estado.
Entonces, ¿qué nos toca? Hay ejemplos de gente que sí trabajó, que si fue eficaz. Que si fue querida trabajando desde la debilidad, la pobreza, la indefensión. Entonces, allí están los ejemplos: Juan Marcos y su mística, sus cosas de franciscano. Bolla, el misionero huésped; no soy dueño de nada, los dueños son uds. estoy a la orden. Goldáraz fue un poco más combativo. Es otra presencia interesante. El por ejemplo hizo el papel profético de protestar contra pretroleras. Entonces hay diferentes facetas.

ROBERTO: Ahora José Miguel Goldáraz por su salud ya no puede ir a las comunidades, se ha animado a escribir.

BOTTASSO: Él nunca escribía, ahora escribe como loco.

ROBERTO: Ahora escribe bastante.

BOTTASSO: Sí, así me dice Milagros [Aguirre]. Ahora, una persona que está muy enterada de la zona esa es Milagros Aguirre. Porque ella estuvo años trabajando con Miguel Ángel [Cabodevilla] y es amiguísima de Goldáraz, de Mercier. Ella conoce bastante y puede ayudarte con bibliografía. Ella es una de las personas más informadas porque estuvo allí. Ella siempre escribe, es editorialista del diario El Comercio [del Ecuador] toda la semana tiene un artículo y casi siempre sobre la Amazonía. La lucha contra las multinacionales, contra las políticas erráticas del gobierno y tal.

ROBERTO: ¿Hay bibliografía que nosotros podemos conocer...? Me gusta este enfoque. Me gusta bastante. Hablar como marco de la comunicación intercultural, hablar de experiencias de misión desde la debilidad, sin poder, desde la pobreza. Claros ejemplos: en el Perú, Juan Marcos Mercier y en Ecuador, Luis Bolla.
Específicamente en ellos dos, ¿cuál es su propuesta?, y allí podemos hablar un poco de una teología bastante sencilla, pero inculturada.

BOTTASSO: Ahora hay que decir que, aparentemente son personas derrotadas.

ROBERTO: Aparentemente…, es verdad.

BOTTASSO: Como Bartolomé de las Casas, ¿derrotado?... La Colonia fue por otro lado. Hizo trizas a los indios. Él decía, ¡se puede evangelizar sin oprimir, sin maltratar…! Y no le hicieron caso…, los maltrataron y los explotaron y los acabaron. Pero [golpea con sus dedos la mesa] hoy es el Padre de la Teología de la Liberación. El que planteó las cosas hace aproximadamente cuatro siglos y medio. Planteó las cosas como hoy las vemos.
¡A él le quisieron nombrar obispo del Cuzco! Y él no quiso. Él no aceptó. Porque para contentarlo entonces, le damos un arzobispado, una cosa allá, entonces, le callamos… ¡No, no…! Al final le hicieron obispo de Chiapas, allá, una cosa secundaria… Pero, un derrotado pero que al final…
¡Eh… Cristo también es un derrotado! Pero allí está. Son las ideas las que después están bajo ceniza. Hoy la única forma es desde la debilidad porque no tenemos la fuerza. Porque… ¡la fuerza la tiene el que la debe tener, que es el estado, no nos toca! No queremos la iglesia de Constantino, no queremos la iglesia de Teodosio. ¡Queremos la Iglesia de Francisco!
Eso es…, porque ¿Teodosio que hizo? Cristianismo y religión oficial… ¡Caramba! Los obispos comenzaron a vestirse como los gobernadores, los senadores romanos. Empezábamos a dar incienso, a hacer grandes templos, a hacer todo eso. ¡Empezaron desde el poder! Mientras eran perseguidos se volvieron perseguidores... de los herejes, de todo eso, pero… Y después empezaron a conquistar para evangelizar. Siempre el poder es la tentación para la evangelización y la corrompe... [golpea con sus dedos la mesa], y la corrompe.
Hoy gracias a Dios nos han quitado mucho poder… Haber… ¡es un desafío!, ¿qué hacen?... haber.

ROBERTO: Es interesante como Juan Marcos Mercier y Luis Bolla se complementan.

BOTTASSO: Juan Marcos, para mí, es quien elaboró más el pensamiento.

ROBERTO: Porque Juan Marcos tuvo no solo una propuesta sino llevó la mística.

BOTTASSO: Si, si… él era un verdadero místico.

ROBERTO: Él tiene una mística. Y eso es algo que en la vida de la Amazonía hoy se exige, nos exige a todos. Los misioneros para estar allá hay que entrar en la mística de la cultura, en la mística de la Amazonía. Hay que, como él decía…, hay que encontrarnos con Pachayaya [Dios del tiempo y de la eternidad – así llaman, desde su cosmovisión, los Naporunas a Dios] en el bosque, en el río. A Pachayaya no lo vas a encontrar como lo encuentran los “blancos”, los mishus [término en kichwa que significa mestizos]. Yo recuerdo estas lecturas, estas enseñanzas. Y él, su teología, la teología india que en esa época no se llamaba teología india, pero él al estar obsesionado por recoger los mitos, y los publicó, era justamente eso para poder entender la cultura y poder encontrar allí las Semillas del Verbo.

BOTTASSO: No solo la cultura... [golpea con sus dedos la mesa] sino las Semillas del Verbo. A través de los mitos se expresa ya la presencia de Dios desde siempre en medio del pueblo. No es que nosotros la vamos a llevar ahora, ¡que no tenían a Dios…! ¡Lo tenían…! de acuerdo a su mentalidad, a su cosmovisión, pero hay que descubrirlo. Y tú no lo descubres yendo allí a ver… Uyyy, hay que escuchar, hay que ver como obran, como se expresan los mitos. Y es un trabajo lento de una vida… Y hubo algunos que recorrieron ese camino.

ROBERTO: Bien padre, me gusta esta cuestión específica. El marco está clarísimo.

BOTTASSO: Si, si…, pero hay que después ir y trazar la cancha. Una vez que uno dice vamos a jugar básquet, muy bien, ahora tracemos la cancha. Porque no puede uno jugar básquet, quien sabe donde hay que estar dentro… Entonces, la cancha puede ser cómo desde la educación intercultural…, pero hay muchas formas de ejercerla. Hay un camino que recorrieron algunos que es desde el no poder. Pero, ¿qué es? Hay un poder mucho más grande que es la presencia. Que es la vida. Que en el momento tú, y también los indígenas. A Bolla le emplearon años para aceptarlo. Decían: “¿qué hace este tipo acá?, no lo hemos llamado, ¿qué hace? ¿Qué proyectos tendrá? Medio torcidos estos blancos”.
Y después, – él lo anota en el diario– después de años y años y años, dice al final: “Ahora finalmente entendieron que vine para quedarme para ellos”. ¡Años, eh…, no unas vacaciones!
Interesante, una vida. Para él fue una vida. Él la dio. Y habrá otros que han hecho lo mismo de una forma tan, tan radical. Eso es, es un paradigma. Eso…, son paradigmas. ¡Estos son paradigmas! Y me parece que son muy eficientes y eficaces de cara al futuro. Porque hemos perdido mucho poder, no porque nos lo arrebató el estado, sino porque el estado está haciendo lo que debe hacer. Nosotros estamos allí como providencia profética para decirles lo que está mal que hagan, y hacer nuestra presencia de cristianos, sin mochila, sin sandalias, sin plata, huéspedes. Pero eso una presencia muy… Los que han conocido, por ejemplo, a Bolla en el Ecuador, los antropólogos, la mayoría de ellos son medio ateos, medio agnósticos, pero le tenían un aprecio único. Lo que no tenían por muchos misioneros constructores. Les parecían que son empresarios. Les dan y hacen construcciones, canchas, cultivos, vacas, todos contentos…, pero ¿qué quedó de eso? Inclusive, ahora los indígenas nos reclaman. ¡Devuélvanos la tierra. Ustedes son invasores. Son tierras ancestrales! Y tienen razón.

ROBERTO: Totalmente.

BOTTASSO: ¡Y tienen razón…! ¡Son sus tierras! Su mundo, lo hemos invadido. Porque el Papa nos mandó. Ellos dicen: ¿quién es el Papa?, ¿quién le dio el encargo? [Sonríe].

ROBERTO: Es el modelo jerárquico. Es el modelo de Iglesia.

BOTTASSO: ¡No…! es que nosotros nos sentimos con derecho de invadir… ¡Un momentito! Ellos también dicen: ¡Un momentito, esta es nuestra casa! En cambio, hemos ido… también con cierto sistema, yo estuve en los internados. ¡No hemos respetado, hemos impuesto! Con toda la buena voluntad, pero viéndolo ahora, uno tiene fuertes dudas. Porque dicen, ¿qué derecho teníamos de hacer eso, no?
Al final, hemos hecho un bien. Porque, mira… si algunos están en el congreso, lo llaman la Asamblea Nacional, si pueden andar en la televisión, si salen afuera, es porque aunque de mala manera le hemos metido el castellano, el conocimiento de la sociedad, y le hemos dado una herramienta, unos insumos para batirse con la sociedad envolvente. Pero a veces, lo hemos hecho con poco respeto.
El Papa lo pidió… lo que tuvieron el valor de hacer los obispos en Santo Domingo, en el documento, lo hizo el Papa San Juan Pablo II, pidió perdón por la violencia que se usó en nombre del Evangelio. Pidió perdón. Lo que no hizo Benedicto [XVI] en Aparecida. Allí le prepararon un discurso muy triunfalista: que la Iglesia estuvo siempre a su lado… Fue un poco cómplice también de la… Entonces, hubo un reclamo de Hugo Chávez y Evo Morales, saltaron. Él cuando vino [a Roma], en seguida, [golpea con sus dedos la mesa] el miércoles siguiente en la Audiencia, volvió sobre el tema y corrigió mucho… También en medio de eso hubo actitudes que no han sido evangélicas. Como toda la polémica que hubo ahora cuando canonizaron a Junípero Serra. Porque él también era un santo, pero colonizador. Durito con los indígenas.

ROBERTO: Bien padre, entonces voy a preparar una primera propuesta. Me estás dando bastante luz. Como ves hemos partido de una cosa tan grande.

BOTTASSO: Si, hay que poner un marco y marcar la cancha.

ROBERTO: Ahora me toca marcar la cancha. Y le pediría una vez más, antes que se vaya, un último encuentro. Así le traigo marcada la cancha. Más específica. Voy a marcar la cancha, porque aquí hay una cosa bastante interesante. Está la comunicación, está la misionología, la teología de la misión.  Y está esta propuesta que no quiero dejarla pasar: HABLAR DE LA EXPERIENCIA DE LA MISIÓN A TRAVÉS DE LA COMUNICACIÓN DESDE LA DEBILIDAD. Esto es algo que me gusta profundizar.

BOTTASSO: Y recuerda, hay material para hablar de esos personajes que son paradigmáticos. Lo han hecho sin muchas declaraciones teóricas pero lo han hecho. Lo han hecho hasta el último día de su vida. No es que han hecho una experiencia y ya… Tú puedes decir, muy bien Leonardo Boff ha dado…, pero bueno él vivía en Petrópolis, él vivía en Sao Paulo, viajaba... Pero, en cambio, estos se pusieron a recorrer la selva toda la vida. Con cuatro personas…, si tu miras todos los números, eran pocos indígenas. El pobre Yankuam caminando días para encontrar a siete u ocho. Estar allí, levantarse a las tres de la mañana, hablar tomando wayusa. Y todo eso…, uno dice: ¡Dios mío, que pérdida de tiempo! Eso es evangelizar desde la pobreza, desde la debilidad.

ROBERTO: Me encanta. Esto hasta ahora se hace. Los pocos misioneros que quedan los recuerdo a cada uno y mucho. Te agradezco mucho padre.

BOTTASSO: Con mucho gusto nos veremos… Hasta la próxima.


sábado, 4 de noviembre de 2017

Homilía sábado 4 noviembre 2017 - difuntos oblatos


Hoy es un día dedicado a nuestros hermanos oblatos difuntos. Un día donde como comunidad no solo traemos a la memoria a aquellos que nos han dejado un testimonio de vida oblata en la misión, sino también a aquellos por quienes debemos orar más.

En la primera lectura hemos escuchado a Pablo que nos mete dentro de un grueso y profundo tema: LA SALVACIÓN DE ISRAEL. Un pueblo acostumbrado a caer en la presunción, en la obstinación de sentirse elegido. Allí surge la pregunta ¿Dios abandonará a su pueblo? La respuesta es: aunque el pueblo sea endurecido Él no abandonará a SU pueblo. Esta infidelidad de Israel provoca que muchos otros pueblos también sean salvados. Porque en la lógica, en la esencia de Dios existe solo LA BONDAD. Hubiese sido digno de un pueblo que se siente elegido que se preocupase también por el bien espiritual de los demás. Menos mal que en medio de todo esto surge un pequeño resto de Israel que sigue a Jesús.

Un Jesús que lo vemos hoy sábado acudiendo a una invitación hecha por un “jefe” de los fariseos. Jesús sabía que se exponía al acecho, quizás a una conspiración para tenderle una trampa. Pero igual curó a un hombre enfermo en día sábado. Y no demoró en hacerles una pregunta frente a la calumnia que ya nacía en las mentes de los que estaban presentes. Pero ninguno fue capaz de responder a ese desafío que Jesús les lanza. Jesús es modelo porque sutilmente los lleva a sus adversarios al verdadero camino: EL DE LA HUMILDAD Y EL DE LOS POBRES.  

La humildad y los pobres están en el centro de esta perícopa. ¿A dónde va Jesús a comer? Vemos que Jesús se relaciona con toda clase de personas. Jesús trata también con los ricos, pero les dice la verdad. Es valiente, para dar esas enseñanzas en aquel ambiente. ¡Qué valiente eras, Señor! Tú nos instruyes cuando nos recuerdas que debemos ser humildes de verdad. ¿A quiénes debemos invitar y a quiénes no, según Jesús? Lo que pretende Jesús es romper moldes: romper los valores dominantes de nuestra sociedad.

Lo más importante para nosotros los cristianos, es que lo más importante se volvió accidente y el accidente se volvió importante, es decir, y es justo preguntarnos hoy: ¿dónde está la búsqueda por la construcción del reino?... simplemente no está. ¿La búsqueda de la tolerancia, la justicia, la paz, la hospitalidad hacia los migrantes?..., simplemente no está. ¿De qué discutimos hoy?: ¿quién traduce esto o aquello, como nos debemos comportar en la Misa? Y caemos en lo que ya Erasmo de Rotterdam en “El elogio de la necedad” había dicho: “¿Qué cosa más divertida que ver cómo todo lo hacen conforme a preceptos determinados, cual si sus actos estuvieran sujetos a reglas matemáticas cuya omisión implicase sacrilegio? ¿Cuántos nudos tendrán las sandalias; de qué color será el cinto; qué número de ropas habrán de vestir; cuál será la materia y la longitud del cinto; qué forma y dimensiones tendrá la capilla; cuántos dedos de ancho el cerquillo, y cuántas horas han de dormir?”

En definitiva, preguntarnos: ¿En qué lugar de la mesa nos sentamos? Realmente es un honor que el anfitrión nos invite “a subir más arriba”.

Entre nosotros –los Oblatos– tenemos un ejemplo bonito de humildad. Recordemos que Eugenio en sus primeros contactos con Tempier lo califica de: “un ángel que parece creado para hacer la dicha de una comunidad”. Reconocer al hermano como un grande delante mío. Alguien de quien necesito para vivir.

Por Roberto Carrasco, OMI


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