martes, 15 de enero de 2019

“HUMANA COMMUNITAS”, A LOS 25 AÑOS DE LA ACADEMIA PARA LA VIDA



Por Roberto Carrasco OMI

“Si la Creación es la casa común, hoy la atención debe ser también sobre quién vive en ella…”. Nuevas tecnologías “emergentes y convergentes”, RoboÉtica, inteligencia artificial… Nuevos espacios de responsabilidad, nuevas fronteras que recorrer.




Con ocasión del XXV aniversario de la Pontificia Academia para la Vida, este 15 de enero del 2019 en Conferencia de Prensa en la Ciudad del Vaticano fue presentada la Carta “Humana communitas” del Papa Francisco a Mons. Vincenzo Paglia, presidente de dicha institución. Junto al él estuvieron el Canciller de la Academia, Mons. Renzo Pegoraro y dos académicos, el P. Paolo Benanti, profesor de Teología Moral de las Tecnologías y Laura Palazzani, profesora de Biojurídica y Filosofía del Derecho.
Un 11 de febrero de 1994 el Papa San Juan Pablo II con el Motu Proprio "Vitae Mysterium" instituyó la Pontificia Academia para la Vida. La carta del Papa Francisco “nos recuerda esta actividad robusta de la Academia para la Vida, exhortándola y alentándola a recorrer las nuevas fronteras que se han abierto durante estos 25 años”, inició así su presentación Mons. Paglia.

Mons. Vincenzo Paglia
“Necesitamos ser cada vez más conscientes de nuestro común origen en la creación y el amor de Dios… Hemos de restaurar la evidencia de esta pasión de Dios por la criatura humana y su mundo… La familia humana es una comunidad de origen y de destino, cuyo cumplimiento está escondido, con Cristo, en Dios (cf. Col 3,1-4). En nuestro tiempo, la Iglesia está llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida que surge de esta pasión de Dios por la criatura humana. El compromiso para comprender, promover y defender la vida de todo ser humano toma su impulso de este amor incondicional de Dios”, señala la carta del Santo Padre.
“El título de la carta “Humana Communitas” [escrita el 6 enero 2019, domingo de la Epifanía del Señor] indica exactamente el punto focal de este compromiso. Mientras estamos en medio de las cuestiones relativas al cuidado de la Creación, se ha hecho la humanidad una nueva y muy profunda problemática relativa a la familia humana. Si la Creación es la casa común, hoy la atención debe ser también sobre quién vive en ella. Y vive allí por derecho la entera familia humana”, con estas palabras el presidente de la Pontificia Academia para la Vida mete en relación las palabras del Papa Francisco presentadas en la encíclica Laudato Si’ con el serio compromiso que asume hoy la Iglesia cuando se trata de la vida.
“La vida no es un concepto universal abstracto. La vida es el hombre en su historia. La entera familia humana en la trama de este ligamen. En esto el Papa Francisco subraya el debilitamiento del ligamen… La fraternidad es la sustancia de la familia humana”, recalcó Mons. Paglia.
Por ende, la Carta del Papa Francisco pone de relieve la siguiente cuestión: “¿Cómo es posible que, en el mismo momento de la historia del mundo en que los recursos económicos y tecnológicos disponibles nos permitirían cuidar suficientemente de la casa común y de la familia humana —honrando así a Dios que nos los ha confiado—, sean precisamente estos recursos económicos y tecnológicos los que provoquen nuestras divisiones más agresivas y nuestras peores pesadillas?”. Frente a ello el Obispo de Roma se interroga acerca de la misión de la Iglesia: “Se pregunta si como creyentes hemos dado un contributo adecuado a la construcción de un humanismo que no sea solo tratado en el contexto eclesial, sino que sea capaz de inspirar, motivar  y actuar en el mundo una convivencia civil más fraterna”, destacó Paglia esta crítica del Papa Francisco al proceder de una tecnocracia que alimenta desigualdades.
También la carta entrando en el vivo del argumento señala algunos argumentos a trabajar:  la bioética global, los procesos de la globalización conectados muy estrechamente a cuestiones sobre la vida, la salud y las condiciones sociales y ambientales. “Aquí se mete en juego la práctica de la justicia. Dada la pluralidad de culturas y de saberes científicos que interactúan siempre muy estrechamente en nuestro mundo, ocurre elaborar criterios operativos universalmente compartidos que incidan sobre las determinaciones de las políticas nacionales e internacionales”, sostuvo Paglia.
Otro tema que la carta pone como tarea es que “hay que profundizar la reflexión en las nuevas tecnologías hoy definidas como “emergentes y convergentes”. Se trata de las tecnologías de la información y de la comunicación, las biotecnologías, las nanotecnologías y la robótica. Hoy es posible intervenir con mucha profundidad en la materia viva utilizando los resultados obtenidos por la física, la genética y la neurociencia, así como por la capacidad de cálculo de máquinas cada vez más potentes. También el cuerpo humano es susceptible de intervenciones tales que pueden modificar no solo sus funciones y prestaciones, sino también sus modos de relación, a nivel personal y social, exponiéndolo cada vez más a la lógica del mercado”, se abre aquí un nuevo espacio a nuestra responsabilidad, por ello “es necesario comprender los cambios profundos que se anuncian en estas nuevas fronteras, con el fin de identificar cómo orientarlas hacia el servicio de la persona humana, respetando y promoviendo su dignidad intrínseca”.
Tarea sumamente difícil que requiere discernimiento, donde la participación en la discusión venga de todas las ciencias que puedan involucrarse en la discusión. Ese carácter interdisciplinar que continua invitándonos el Papa Francisco en esta búsqueda de criterios donde el valor de la persona y de la dignidad humana sigan siendo los  elementos centrales en este proceso que se da en un contexto donde el riesgo de un reduccionismo de lo humano y de la sustitución del humano es latente.
De allí que la Pontificia Academia para la Vida está siendo exhortada por Francisco a entrar en este territorio de la técnica y ha recorrer con audacia y creatividad con dos actitudes importantes, el discernimiento y la escucha. Un discernimiento – dice la carta – que podemos definir como «la labor sincera de la conciencia, en su empeño por conocer el bien posible, sobre el que decidir responsablemente el ejercicio correcto de la razón práctica», y con una escucha atenta de los fenómenos existentes con toda su complejidad, al mismo tiempo “exhorta a comprometerse en un serio trabajo de interpretación para comprender en qué modo en nombre de la ciencia y de la técnica inciden sobre nuestra humanidad, y de elaborar criterios de evaluación que nos consientan promover siempre la dignidad de cada persona y de todas las poblaciones que habitan el planeta”, finalizando así su intervención Mons. Paglia.

Mons. Renzo Pegoraro

En otro momento de la conferencia de prensa, Mons. Renzo Pegoraro, Canciller de la Pontificia Academia para la Vida subraya las nuevas prospectivas que se abren y estimulan la investigación, poniendo el énfasis en que “la Academia tiene una tarea de naturaleza prevalentemente científica para la promoción y defensa de la vida humana”, esta tarea está ligada a al prospectiva de una auténtica “ecología humana” que ayude a reencontrar el equilibrio originario de la Creación entre la persona humana y el universo entero.

En su intervención Mons. Pegoraro al subrayar el estímulo por la investigación señala que “la Academia tiene hoy una particular atención a los jóvenes, para que sean ellos protagonistas de este futuro en medio de un proceso de globalización que intenta responderse a cómo entender la salud, cómo entender la vida humana, cuáles son los factores que pesan siempre más en esta prospectiva de mundialización y de globalización que vivimos”.

Lanza una de las preguntas que será motivo de discusión, de trabajo y de discernimiento en esta próxima asamblea general de la Academia que se desarrollará del 25 al 27 de febrero 2019, al mismo tiempo que habrá un workshop sobre RoboÉtica: “¿qué entendemos hoy por el uso del robot en el campo sanitario, en el campo médico, en el campo asistencial?”

La Academia buscará potenciar su atención, su prospectiva con un amplio horario y profundidad al estudio de las cosas con una particular atención a los jóvenes. Ahora hay en la Academia un grupo de 14 jóvenes investigadores en la Biología, la Medicina, la Filosofía, el Derecho que puedan ser protagonistas en los desafíos de hoy, sobretodo de los desafíos del futuro que se están  delineando”, finaliza Mons. Renzo Pegoraro.


P. Paolo Benanti, TOR

Por su parte, la intervención del P. Paolo Benanti mete en evidencia que hoy “estamos creando objetos que tienen un rígido determinismo”. Estamos dirigiéndonos hacia una forma di vivir donde incluso las máquinas superan nuestra capacidad de control. Estamos hablando de una categoría llamada “General purpose technology” [Tecnología de utilidad general], que no sirve simplemente solo para hacer una cosa, sino que cambia el modo con el cual hacemos todas las cosas que actualmente caracterizan nuestra sociedad. Por ello “es necesario crear un mapa de estas transformaciones”. Las transformaciones que la inteligencia artificial y la robótica más avanzada está trayendo al interno de nuestra sociedad. La idea es que ensayos de este tipo puedan cambiar nuestras relaciones sociales y nuestra comprensión de la realidad.

Estamos hablando del algoritmo. Frente a ello, las preguntas son muy urgentes porque este cambio tecnológico es diferente al cambio tecnológico precedente porque sucede con una velocidad que no se paragona con ninguna parte de nuestra historia. La velocidad de la tecnologización conoce bien el exponencial.

En modo particular, “esto que es la naturaleza propia de la Academia, esto nos interpela la naturaleza del acto médico, nos interpela acerca de la figura del médico, nos interpela acerca del modo correcto o meno de impostar un servicio sanitario, el tentativo de direccionar  el cuidado de la persona hacia el horizonte del bien común que busca de caracterizar el sistema social incluso. Frente a ello, nace el interés de la Academia que debe cristalizarse en torno a un primer tema que es la roboética. Un tema que buscará de confrontar las innovaciones tecnológicas, ni demonizadas ni beatificadas de por si. Con la necesidad de producir una innovación que va en la óptica del progreso, o sea, un progreso que va en la óptica del bien común, sobretodo dentro de un horizonte de nuestro compromiso en el ámbito sanitario”, remarcó el experto.

Frente a esto, a la luz de estas transformaciones, el profesor Benanti enfatiza que “la Iglesia no quiere ser en primera instancia portadora de soluciones, sino colaboradora para la investigación.

En un diálogo aparte, le preguntamos ¿cómo se está trabajando en este tema de Iglesia como colaboradora?
“De hecho, la Iglesia se encuentra en ser un espacio en el cual diversas competencias, diversos actores sociales frente a este tema de desarrollo, puedan converger para hacerse algunas preguntas sobre la realidad. Entonces, la idea podría ser de ser una asamblea abierta a todos los hombres de buena voluntad frente a un gran desafío que tenemos con estos nuevos temas de la robótica y de la inteligencia artificial. Si como son temas que cambian el sentido de tantos, en esto de cambiar el sentido de tantos, se encuentran tantas personas de buena voluntad dispuestas a colaborar”.

Laura Palazzani

Al final de la conferencia de prensa, la participación de la profesora Laura Palazzani pone en relevancia el tema que el Papa Francisco toca en su carta: las nuevas tecnologías “emergentes y convergentes”, señalando que estas categorías han sido estudiadas y podemos encontrar muchos documentos que se ocupan de ellas en estos últimos años en todo el mundo, de modo particular en el tema de la robótica.

¿Cuáles son los organismos ocupados en este tema desde el punto de vista bioético, siempre en un diálogo interdisciplinar?
Uno de ellos es COMEST [Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología] que es un organismo de la UNESCO, que en un documento del año 2017 se ha ocupado del tema de la roboética, afrontado por expertos de todo el mundo que han buscado compartir algunos elementos de la cuestión ética en el ámbito de la robótica.
A nivel europeo, el Consejo Europeo, mencionemos dos ejemplos: el Grupo europeo sobre la ética en la ciencia y nuevas tecnologías y el Comité Nacional para la Bioética y Comité para la bioseguridad, biotecnologías y ciencias de la vida.
El año 2017 se realizó una convención sobre tecnología emergente y convergente donde se hablaba de robótica e inteligencia artificial, donde para afrontar los nuevos problemas emergentes se ha discutido en dos documentos importantes:

Una declaración general sobre cuáles son los principios éticos generales en el ámbito de la robótica y de la inteligencia artificial. Y otro documento que ha sido aprobado algunos días atrás y publicado por la Comisión Europea acerca del futuro del trabajo en la época de las nuevas tecnologías.

¿Cuáles son los elementos centrales que aparecen en estos documentos? La profesora Palazzani responde:

1. La dignidad humana. En una resolución del Parlamento Europeo de febrero 2017 ha sido citado  y usado por primera vez la expresión “persona electrónica” con referencia al robot. Entonces, se necesita interrogarse, ¿el concepto de persona se puede aplicar también a la vida artificial?, ¿cuál es la especificidad de nuestra tradición filosófica respecto al concepto de persona?, ¿cuál es el estatuto moral para el robot? ¿el robot sustituye al hombre?, ¿cuál es lo específico de lo humano?, y todavía, ¿cómo pueden interactuar las máquinas y el hombre? A propósito del tema del uso del robot en el ámbito sanitario, ¿cuál es el mejor modo que respecto a las condiciones éticas se pueden afrontar en estas interacciones?, ¿cuál es el modo que consiente respecto a la dignidad humana?
2. La autonomía. Es otro interrogativo que no podemos hablar fácilmente. Cuando se habla de vehículos llamados “autónomos”, el adjetivo autónomo lo hemos estudiado desde hace poco tiempo atrás, es un adjetivo aplicado solo a los hombres, no podemos aplicarlo a las máquinas. O quizás no debemos decir automáticos. ¿Qué diferencia entre autonomía y automación?, ¿cuál es la frontera antropológica del concepto autonomía?
3. La responsabilidad. Este es otro interrogativo que no podemos tocar hoy? Entonces, ¿el concepto de la responsabilidad cambia en la época de la robótica, en la época en la cual el hombre delega inexorablemente algunas de sus actividades a la máquina?, y ¿cuáles son las nuevas vulnerabilidades frente a esta relación con las máquinas?, cito por ejemplo en el campo sanitario. ¿En qué modo podemos construir un robot que favorezca una buena relación con el hombre?
4. La información. Hoy el tema robótica e inteligencia artificial es un tema para expertos, ciertamente, pero para la opinión pública, la robótica y la inteligencia artificial está invadiendo nuestra vida y nuestra cotidianidad, entonces, es bueno involucrar en el debate público este tema a fin de que los ciudadanos tengan algo que pueda ser crítico.

La carta del Papa Francisco termina con una certera afirmación: “La fuerza de la fraternidad es la nueva frontera del cristianismo”. Un tema donde todos estamos llamados a trabajar.   
 

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