PIACI versus Perenco: resistencias versus amenazas
Por Roberto Carrasco
Este 8 de octubre de 2024 no es un día cualquiera. Es un buen día para recordar el paso por el Perú de una empresa extractivista transnacional, llamada PERENCO.
La petrolera franco-británica Perenco opera[ba] en la Amazonía peruana desde 2008, cuando obtuvo del gobierno la concesión del lote 67, un área de exploración y extracción que contaba con 150.277 barriles probados de crudo. En ese momento, el presidente Alan García llamó al proyecto un "milagro".
¿A qué "milagro" se refirió Alan García Pérez?
En primer lugar tendríamos que recordar al segundo gobierno aprista como uno de los que más apostó (¡y de qué manera!) con la promoción de las actividades extractivas de hidrocarburos sobre el territorio amazónico. Por esos años, solo en la provincia de Maynas, Loreto - Perú, en la cuenca del río Napo, incluyendo los ríos Tamboryacu, Curaray y Arabela, se encontraban: el lote 39 (REPSOL), el lote 67 (PERENCO), el lote 121 (SUBANDEAN), el lote 169 (BURLINGTON), el lote 117 (PETROBRAS), y en el tramo del medio Napo, el lote 123 (BURLINGTON), y en proceso de aprobación estaba el lote 178.
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FUENTE: SICNA, 2009 |
En junio de 2008, el Estado peruano le otorga la titularidad a Perenco del derecho de superficie de área de esta zona. Mientras que en el otro frente, las organizaciones indígenas de la cuenca del Napo (FECONAMNCUA y ORKIWAN) mantenían su lucha por el reconocimiento y su derecho de asegurar la titulación de sus territorios. Apenas casi el 6% del territorio del distrito del Napo era titulado. Cabe señalar que en este territorio tan remoto e inaccesible otorgado a Perenco debía estar resguardado por haberse confirmado la presencia de pueblos indígenas aislados y contacto inicial, los llamados PIACI.
Según el Informe de Conflictos Socioambientales amazónicos publicado por Vigilante Amazónico post conflicto amazónico del 2009, se advertía que
la presencia de diversas empresas genera gran incertidumbre en la población sobre el rol que deberían cumplir, básicamente por la responsabilidad que tienen ante la población al ingresar y poner en amenaza sus territorios. Una de estas actividades es el tránsito por los ríos Curaray y Napo de barcazas cargadas con diluyentes y crudo de propiedad de la empresa Perenco, proyectado para el año 2013, y cuyos posibles IMPACTOS podrían generar conflictos a futuro.
Entonces, ¿por qué Alan García, habla de un milagro? Quizás porque la multinacional anglo-francesa Perenco, operadora
de lote 67, produce globalmente el equivalente a 300 mil barriles de petróleo diarios (CooperAcción, Caso Perenco - 2013). Naturalmente, vista esta noticia desde una mirada de un estado corporativista -que quita la puerta giratoria para poner en su lugar una entrada en arco (Naomi Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre - 2012)- conviene. Por cierto, haciendo un análisis de costo de producción, parecía viable económicamente la extracción de hidrocarburos en esta zona.
Los funcionarios del Estado tienen algo que el sector privado no tiene, y es el deber de lealtad al bien mayor, al interés colectivo de todos frente al interés de unos pocos. Las empresas tienen deberes de lealtad para con sus ACCIONISTAS, no con el país.
DAVID M. WALKER, interventor general de Estados Unidos, febrero 2007.
En una publicación del 2023 en el diario La República, Pamela Huerta al referirse acerca del área de exploración y explotación de petróleo asumida por Perenco, señala que ésta
tenía 150.277 reservas de crudo comprobadas hasta ese momento. El proyecto fue consagrado por el expresidente Alan García como un “milagro” para el país, enalteciendo la vorágine del desarrollo y desconociendo los derechos de los pueblos indígenas que habitan esos territorios. Kichwas y Arabelas principalmente.
Este desconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas por parte del Estado trajo consigo la ya conocida Huelga Amazónica del 2009, que tuvo precisamente en el Napo uno de los focus más grandes de protestas. En toda la ribera, en especial, en Santa Clotilde, capital del distrito del Napo, se escuchaban los gritos: ¡El Napo no se vende, el Napo se defiende!, en alusión a las medidas asumidas por el gobierno de Alan García
Un marco legal que ha brindado condiciones extremadamente favorables
a las empresas extractivas: mientras que la minería y los hidrocarburos
aumentaban en importancia y eran priorizadas como actividades estratégicas,
las comunidades campesinas e indígenas y sus actividades económicas eran
excluidas de las prioridades gubernamentales y sus derechos eran claramente
afectados. (CooperAcción, Caso Perenco - 2013)
En segundo lugar, por una cuestión de justicia tendríamos que recordar a las organizaciones indígenas locales y nacionales que ya advertían de las consecuencias de una gestión pública de este calibre -irresponsable y obtusa- y de como ella causaría serios conflictos en el territorio.
Cuarenta años de producción petrolera en el norte de la Amazonía peruana han causado
grave contaminación del medioambiente, aumento de las enfermedades derivadas del petróleo y una intensa disrupción de la vida social tradicional. La organización Aidesep
y sus federaciones locales se han opuesto a los proyectos extractivos durante años. Estas
luchas han tomado la forma de conflictos sociales, tomas de pozos, acciones judiciales,
paros y masivas protestas. En muchos casos, los conflictos derivaron en violaciones
sistemáticas a los derechos humanos. (CooperAcción, Caso Perenco - 2013)
AIDESEP no retrocedió en sus esfuerzos por proteger a los Pueblos Indígenas en situación de Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI) y se embarcó en el proceso de creación de la Reserva Indígena Napo - Tigre, que finalmente fue aprobada el 25 de julio de 2022.
Paralizado desde febrero de 2023, después de
varias interrupciones en 2022 y 2021. En 2022,
Perenco anunció que estaría evaluando
abandonar el lote 67, junto con el lote 39, debido
a que el Gobierno reconoció oficialmente la
presencia de grupos de indígenas no
contactados. La producción se paralizó debido
a la toma del río por el que se transportaba el
petróleo por parte de una comunidad indígena
de la zona. (Claudia Viale, Petróleo en la Amazonía - 2024)
Finalmente, el silencio de Perenco lo dice todo. Anunció su salida del territorio peruano hace unas semanas atrás. Anda buscando quien la reemplace en medio de las controversias vividas. Se va dejando un cúmulo de 58 infracciones ambientales que afectan a los ecosistemas y a sus habitantes. Deja una gran embarcación a la comunidad de Buenavista que desde el principio fue quien se benefició con los acuerdos post conflicto amazónico del 2009. Deja la Plataforma Itinerante de Acción Social en manos del gobierno de turno que seguirá intentanto llevar al Estado a las fronteras sin escuchar primero a las organizaciones indígenas del Napo. Y deja un "buen recuerdo" a la Marina de Guerra del Perú, celosa institución que supo "garantizar" el "orden" en los ríos de la Amazonía cuando la empresa surcaba o bajaba por las aguas del Napo y luego del Amazonas.
Que los franco - ingleses abandonen el Perú de esta manera, es la muestra de que los PIACI son una realidad y de verdad si que existen.
292 pruebas que confirman de manera irrefutable la presencia de pueblos indígenas en situación de aislamiento en el ámbito de la solicitud de Reserva Indígena Napo Tigre, la cual se extiende entre las provincias de Maynas y Loreto de la Región Loreto, Perú en la zona de frontera con Ecuador. Además, se establece que estos pueblos serían de filiación cultural Aewa, Taushiro, Tagaeri, Taromenane y Zaparo.
Los PIACI no son, como en algún momento se dejó oír un alto funcionario que visitaba la cuenca del Napo, quien aquella vez afirmaba que lo que se dice de los indígenas no contactados es lo mismo que lo que se dice del monstruo del lago Ness.
El milagro más evidente en medio de esta historia, es que los derechos de los pueblos en aislamiento y contacto inicial están empezando a ser respetados. Aunque todavía hay mucho que seguir trabajando en la custodia de los pueblos y del territorio en Amazonía.