sábado, 3 de julio de 2021

Desinversión en minería: una responsabilidad por asumir


Por Roberto Carrasco Rojas, OMI

Con la Laudato Si’ hemos empezado no sólo a soñar sino a dar respuestas concretas. Con la Laudato Si’ hemos empezado a articular mejor nuestro actuar como Iglesia. Con la Laudato Si’ hemos empezado a rescatar el valor de la sinodalidad en la Iglesia. Tenemos como Iglesia Samaritana una tarea por concretizar. Tenemos como congregaciones misioneras una responsabilidad por asumir.

La pregunta cae por su propio peso: ¿qué amenaza a la casa común, pero especialmente a la Panamazonía? Se trata de una amenaza que termina degradando no sólo el ambiente, sino también la persona humana y todo su entorno social. Se trata de una forma de hacer minería, pero de manera irresponsable. Ella representa una de las más grandes amenazas en toda la región panamazónica. Frente a ella ningún estado se siente o pretende ser independiente. Se trata de economías que se basan en la depredación de los territorios y, por ende, de la vida de las poblaciones indígenas y ribereñas que se encuentran en la región. Poblaciones que con el paso de la pandemia Covid 19 se recrudece su situación de vulnerabilidad.

Hace unos días un evento reunía a laicos y consagrados a dialogar en un seminario virtual cuyo tema fue “las Iglesias y las alternativas a economías de desigualdades”. Actividad organizada por la Red Iglesias y Minerías junto a la Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas - CLAR. Los temas tratados continúan interpelándonos como creyentes frente al Evangelio que pone al pobre en el centro de la Evangelización. Inequidades e injusticias que van en aumento. El empobrecimiento de la casi la totalidad de los habitantes; la contaminación de las aguas de los ríos, cochas y quebradas; un continente bendecido con tantas materias primas que terminan en las manos de unas pocas familias. 
“En Guatemala, para la Mina Marlin llegó a ocupar en una hora 250.000 litros de agua. Lo que equivale a la cantidad de agua que una familia campesina del área usa durante 22 años.  En Argentina, las madres han tenido que bañar a sus hijos con el agua que saben que está envenenada con cianuro derramado por la Barrick Gold, para le extracción minera.
Los cuerpos son envenenados, las extensiones de los cuerpos, amputados, heridos, masacrados. 
Estos episodios como muchos otros que se viven de forma permanente en muchos territorios de nuestras América Latina, en donde los intereses transnacionales y del capital, actúan por encima de las personas, las familias, la madre tierra, la vida.  
Como vemos, la minería está íntimamente ligada a la injusticia climática y a la profundización de una economía de desigualdades”. 
Resuenan así las palabras de Daniela Andrade, una mujer laica que forma parte de la campaña de desinversión en minería.

América Latina es una región donde sus líderes y defensores del ambiente siguen siendo asesinados. Tal es el caso del joven líder indígena asháninka, Mario Marcos López Huanca, un defensor ambiental de la Reserva Comunal El Sira, que perdió la vida a causa de un disparo en la cabeza. El hecho ocurrió el último lunes 28 de mayo en Puerto Bermúdez, región Pasco - Perú. Es el séptimo líder defensor ambiental asesinado en lo que va desde el inicio de la pandemia Covid 19 en el Perú.  

Se evidencia con este hecho que se trataría de un modelo económico extractivista que estaría atentando contra la vida y la integridad de las personas. América Latina es un continente desigual y de descartados (para no decir marginados). América Latina es un continente donde las empresas provenientes de Norte América y Europa siguen acumulando grandes capitales y muchos privilegios. 
“Se llevaron el oro de nuestras tierras. Y ahora nuestros manantiales de agua están afectados. Nuestras casas están agrietadas, y tenemos enfermedades en la piel. Y ahora la empresa se marcha. Han obtenido buenos beneficios con lo que llevaron de San Miguel a Canadá. Y nosotros, nos quedamos con el daño que se ha hecho”. 
Es el testimonio de Crisanta López, líder de la resistencia de la Mina Marlin, en Guatemala - Centro América, quien con profundo dolor nos compartió en el evento un resumen de lo que ha significado la minería para su comunidad en su país.
    
¿Qué están pensando aquellos que tienen sus inversiones en este tipo de rubros? Recordemos que en el Sínodo para la Región Panamazónica del 2019 “asumimos y apoyamos las campañas de desinversión de compañías extractivas relacionadas al daño socio-ecológico de la Amazonía” (Sínodo de los Obispos. Asamblea Especial para la región panamazónica, Documento Final, 70). ¿Cómo, dónde y quiénes toman las decisiones sobre estos territorios? 

Y nosotros como Iglesia Samaritana, como congregaciones misioneras hacia dónde estamos apuntando. “La campaña busca una acción coherente y ética para el manejo de sus inversiones…”, nos lo recuerda Daniela Andrade. 

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