EN EL NAPO PERUANO HAY MUCHAS COSAS QUE NOS FALTA VER EN SU CONJUNTO


Por Roberto Carrasco, OMI

En el mes de febrero nos visitó a la cuenca el Dr. Florindo Barisano la ONG PRO.DO.C.S. (Progetto Domani Cultura e Solidarietà). Ciertamente este médico no es la primera vez que visita el Napo. Normalmente lo ha hecho por el lado peruano. Esta vez se le ocurrió venir por el Ecuador haciendo la ruta, Quito - Coca hasta Rocafuerte. Así recorrió el río más caudaloso que tiene el país hermano, Ecuador, este río se llama Napo. Hay que recordar que Francisco de Orellana llegó al Amazonas por esta ruta y "descubrió" el Gran Mar llamado hoy río Amazonas.


No es el caso del Dr. Florindo, sin embargo, hay mucha gente que no conoce la realidad del Napo vista desde su conjunto. Mirar el Napo como un gran río que une dos países hermanos: Perú y Ecuador. No voy a caer en la línea de acontecimientos que han suscitado a la largo de la historia para ubicar una frontera que hoy divide dos países hermanos, mas no divide una cultura, como la es la Napuruna.


Tuve la ocasión de hacer este mismo recorrido pero a la inversa, saliendo de la ciudad de Iquitos, pasando por Mazán, llegar a Santa Clotilde y, al siguiente día, ir hacia Angoteros, luego hacia Pantoja para pedir permiso y pasar la frontera rumbo a Rocafuerte. Esto me llevó dos días más. Luego un viaje largo en canoa, como lo llaman los ecuatorianos a una embarcación fluvial comercial que traslada aproximadamente unas cien personas o más hasta la ciudad de Coca - Francisco de Orellana - Ecuador.

Navegando por el río Napo hacia Coca - Orellana
 (Foto: Roberto Carrasco)

Como muchos, me quedé sorprendido de la gran diferencia que hay en un mismo río tanto en el Ecuador como en el Perú. Hace poco más de un año el presidente Correa inauguraba "El Puente sobre el Majestuoso Río Napo". Una inversión de cerca de 100 millones de dólares que une la ciudad petrolera de Coca con unos más o menos 80 km que al final llega a la zona de los indígenas Huaorani. Cuestionada obra para algunos y para muchos una "gran obra que responde a las necesidades de la población ribereña.


El Dr. Florindo Barisano escribió esto: 

"Nunca podía imaginar que el Napo Ecuatoriano era tan diferente al lado Peruviano. Las cosas que hemos visto en Coca, en el viaje por carretera a Pompeya y a lo largo del trayecto en el río hasta Nueva Rocafuerte es imposible de imaginar para las personas que han surcado a lo largo de estos últimos 20 años solo el lado peruviano del Napo. Los cuentos de Padre Juan Marcos que yo pensaba eran tan exagerados son la verdadera realidad. Me da miedo pensar que el río que yo he surcado docenas de veces es el mismo que yo he bajado la última vez desde Coca a Nueva Rocafuerte y, haber tenido la oportunidad de ver en adelante como se podría transformar el Napo peruano en los próximos años, es motivo de tristeza".


Ciertamente hay muchas cosas que tenemos que sentarnos a conversar. Como usualmente sucede las Misiones Católicas presentes en todo el Napo ya vienen dialogando hace mucho tiempo sobre los riesgos y amenazas que conlleva la industria extractiva en esta parte de la Amazonía sudamericana.


Los misioneros que vienen trabajando muy de cerca a las comunidades indígenas son los testigos vivenciales de cómo se viene desarrollando políticas que "en pro del desarrollo blanco" y de cómo se vienen ejecutando. Por ejemplo el Proyecto de Ciudades del Milenio, el IIRSA - Eje Manta - Manaos, que pretende dragar el Napo. En realidad, la preocupación es de los pueblos amazónicos de esta parte del planeta. Quieren dialogar como nación kichwa. Quieren encontrarse para plantear sus respectivas problemáticas. Es verdad que los indígenas del Ecuador han sufrido mucho más las consecuencias de la industria extractiva. Hay procesos como el caso de Texaco, Sarayacu entre otros. Los indígenas de la zona peruana todavía no han vivido situaciones fuertes. Pareciera que el enfrentamiento que hubo en mayo del 2009 en el Medio Napo peruano cuando la Marina de Guerra y la petrolera Perenco enfrentándose contra indígenas frente a un bloqueo del río Napo fuera un dato importante. Lamentablemente no lo es. Todo diálogo o Mesa de Trabajo quedó allí. A las finales las comunidades beneficiarias por la petrolera fueron las que no se unieron a la lucha o protesta. Hoy son casi la totalidad de las comunidades indígenas del Napo peruano las que no tienen un apoyo directo de la empresa petrolera.


En el Napo peruano hay muchas cosas que nos falta ver en su conjunto. Seguirá habiendo mochileros, extranjeros, visitantes, turistas que nos digan o confirmen lo que los misioneros venimos diciendo hace mucho tiempo... ¿existe realmente voluntad de trabajar con los pueblos indígenas? Quizás los gobiernos de turno que terminan su proceso de gobernar se irán con los bolsillos llenos a costas de los recursos de todos. Quizás ese lenguaje de inclusión siga sonando bonito y los Estados del Perú y Ecuador sigan dando miserables sumas de dinero a la población diciendo que están haciendo un gran Plan de Lucha contra la pobreza o desnutrición.

Realmente lo que hay es más de lo mismo. La desnutrición se agrava con la contaminación de los ríos. Las aguas están contaminadas y ni el estado ni las empresas que se hacen llamar responsables sociales quieren tomar esta papa caliente. La educación hasta el perno, la salud por los suelos. Gracias a la Misión Capuchina en Rocafuerte - Napo - Ecuador y a la Misión Católica de Santa Clotilde donde los Padres Oblatos de María, los Norbertinos y las congregaciones religiosas femeninas vienen ofreciendo una atención de salud de primera. Sino la salud de esta parte del mundo fuera un total caos.


Tenemos que sentarnos todos a trabajar con la nación kichwa. Apuesto por un diálogo y un Plan de Vida Kichwa de los pueblos del Napo Ecuatoriano y Peruano. El que se quiera unir a ello es bienvenido, para recuperar el Yasuní entre otras Reservas que nos pertenecen a todos y no a un grupo de inversionistas con la bendición de los gobiernos de turno.



Tra indigeni abbiamo bisogno di incontrarci


Nel Napo peruviano e dell’Ecuador abbiamo bisogno di incontrarci



Nel Napo peruviano ci sono molte cose che bisogna vedere nel loro insieme


Di Roberto Carrasco, OMI*

Nel mese di febbraio ci ha fatto visita nel bacino del fiume Napo, il Dr. Florindo Barisano, della ONG italiana del PRO.DO.CS (Progetto Domani: Cultura e Solidarietà). Certamente questo medico non è la prima volta che visita il Napo. Normalmente lo ha fatto dal lato peruviano. Questa volta è venuto facendo il percorso dall’Ecuador arrivando prima a Quito e poi per via fiume, da Coca a Rocafuerte. In questa maniera ha ridisceso il grande fiume che ha come paese fratello l’Ecuador, che si chiama Napo. Bisogna ricordare che Francisco de Orellana è venuto in Amazzonia per questa rotta ed ha «scoperto» il Grande Mare, oggi chiamato Rio delle Amazzoni.


Non è il caso del dottor Florindo, tuttavia, molte persone non conoscono la realtà del Napo vista nel suo complesso. Guardare il Napo con l’aspetto di un grande fiume che unisce due paesi fratelli: Perù ed Ecuador. Non entrerò nella linea di eventi che hanno dato origine a tutta la storia per definire una frontiera che oggi divide due paesi fratelli, ma non ha potuto dividere una cultura, quella Naporuna.


Io ho avuto l’opportunità di fare questo stesso viaggio in senso inverso, lasciando la città di Iquitos, passando per Mazan, raggiungendo Santa Clotilde e il giorno successivo andare a Angoteros e poi Pantoja, chiedere il permesso di frontiera ed andare a Rocafuerte. Mi ci sono voluti due giorni. Dopo un lungo viaggio in “canoa”, come denominano gli ecuadoriani un battello commerciale che porta circa un centinaio di persone alla volta, sono arrivato alla città di Coca in Ecuador.


Come molti, sono rimasto sorpreso dalla grande differenza che si incontra sullo stesso fiume tra Ecuador e Perù. Poco più di un anno fa il presidente dell’Ecuador Correa ha inaugurato «Il ponte sul maestoso Fiume Napo». Un investimento di circa 100 milioni di dollari che collega la città petrolifera di Coca, con una strada lunga più o meno 80 km, e che alla fine raggiunge l’area degli indigeni Huaorani. Discussa opera per alcuni e per molti un «grande lavoro che risponde alle esigenze della popolazione dei fiumi”.


Il Dr. Florindo Barisano, commentando il suo viaggio sul fiume, ha scritto questo: «Non avrei mai potuto immaginare che il Napo ecuadoriano era così diverso rispetto al lato peruviano. Le cose che abbiamo visto a Coca, su quella strada terrestre che portava a Pompeya, e lungo il percorso fluviale sul fiume fino a Rocafuerte è impossibile immaginare per coloro che hanno attraversato nel corso degli ultimi 20 anni solo il lato peruviano del Napo. Quello che raccontava Padre Juan Marcos, che io pensavo fossero storie esagerate, erano la vera realtà. Era per me incredibile vedere che il fiume che io ho solcato decine di volte in Perù, era lo stesso che ho visto passando da Coca a Nueva Rocafuerte dal lato ecuadoriano, ed è motivo di tristezza vedere come potrebbe essere trasformato il lato peruviano del Napo nei prossimi anni».


Su questa riflessione ci sono molte cose da dire. Nelle Missioni cattoliche presenti in tutto il Napo si sta da tempo discutendo sui rischi e le minacce che è insito nell’attività dell’industria estrattiva in questa parte della Amazzonia Sudamericana.


I missionari che lavorano a stretto contatto con le comunità indigene sono testimoni viventi di come si sviluppano e vengono attuate le politiche in virtù dello “sviluppo pro-bianco». Ad esempio, il Millennium Cities Project – Manaos, vuole dragare il Napo. In realtà, vi è grande preoccupazione da parte dei popoli dell’Amazzonia di questa zona del pianeta. Loro vogliono il dialogo come Nazione Kichwa. Vogliono incontrarsi per discutere i loro problemi. La verità è che le popolazioni indigene dell’Ecuador hanno sofferto molto di più le conseguenze dell’industria estrattiva petrolifera. Ci sono casi giudiziari terminati con condanne come i casi della Texaco e di Sarayacu. Gli indigeni della zona peruviana non hanno ancora avuto esperienze forti analoghe. Il conflitto che si è verificato nel maggio 2009 nel Medio Napo, quando la Marina di Guerra peruviana e l’industria petrolifera Perenco si scontrarono con gli indigeni che avevano operato un blocco del fiume Napo, anche se poteva sembrare un fatto importante, purtroppo non lo è stato. Tutto il dialogo ed i tavoli di lavoro terminarono lì. Alcune comunità che potevano beneficiarsi dell’estrazione del petrolio non si unirono alla lotta ed alla protesta. Ad oggi, quasi tutte le comunità indigene peruviane del Napo non hanno ancora avuto il supporto diretto promesso all’epoca dalle compagnie petrolifere.


Nel Napo peruviano ci sono molte cose che dobbiamo ancora analizzare nel suo insieme. Continueranno ad essere i viaggiatori, gli stranieri, i visitatori, i turisti che ci diranno e confermeranno quello che i missionari stanno dicendo da molto tempo …? c’è davvero la volontà di lavorare con i popoli indigeni…? Probabilmente i governi di turno termineranno i loro mandati con le loro tasche piene, a scapito delle risorse di tutti. Forse il linguaggio di inclusione continua a far sognare e gli stati del Perù e dell’ Ecuador continuano a dare somme irrisorie di denaro alle persone dicendo che stanno facendo un grande piano per combattere la povertà e la malnutrizione.


Ma quello che accade va ben al di la. La malnutrizione si aggrava con l’inquinamento dei fiumi. Le acque sono inquinate e né lo Stato né le aziende che si definiscono leader sociali vogliono farsi carico di questa patata bollente. Il livello di istruzione è molto basso, la sanità completamente a terra. Se la salute di questa parte del mondo non è nel caos più totale lo dobbiamo solo grazie al lavoro della Missione dei Cappuccini in Rocafuerte – Napo – Ecuador e la Missione Cattolica di Santa Clotilde – Perù, dove gli Oblati di Maria e i Padri Norbertini stanno offrendo assistenza sanitaria di qualità.


Bisogna stare tutti uniti a lavorare con la nazione Kichwa. Bisogna scommettere per il dialogo e per un Progetto di Vita Kichwa per i popoli del Napo ecuadoriano e peruviano. Chiunque voglia aderire ad esso è il benvenuto, per recuperare il Yasuni tra le riserve naturali che appartengono a tutti e non ad un gruppo di investitori che opera con la benedizione dei governi in carica.


(*) Articolo pubblicato il Lunedi, 25 marzo, 2013 in http://eltrocheronaporuna.blogspot.it/2013/03/en-el-napo-peruano-y-ecuatoriano-nos.html
Traduzione fatta per Dr. Barisano