domingo, 19 de octubre de 2014

¿Revelación de Dios en los pueblos originarios?


V SIMPOSIO DE TEOLOGÍA INDIA

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México

Del 13 al 18 de octubre del 2014

REVELACIÓN DE DIOS (PACHAYAYA) A LA CULTURA ORIGINARIA (NAPORUNA)

P. Roberto Carrasco, OMI – desde CEFIR


A manera de presentación

Empiezo esta exposición agradeciendo a Juan Marcos Mercier, OFM y a José Miguel Goldáraz, OFM Cap. quienes durante 40 años han rescatado -escuchando a los indígenas de la cuenca del Napo y a los agentes de pastoral con quienes convivieron durante estos años-, valiosos aportes para la reflexión teológica y el trabajo de la pastoral indígena en este lado de la amazonía que une Perú y Ecuador.

La cultura naporuna se desarrolla a lo largo de toda la cuenca del río Napo. Este une dos países hermanos: Perú y Ecuador. La primera evangelización data del siglo XVI cuando después del descubrimiento del Río Amazonas por una expedición comandada por Francisco de Orellana, decidieron salir de Quito rumbo a la exuberante selva, y así recorrer río abajo toda la cuenca encontrando a lo largo de todo este recorrido un sin número de pueblos originarios, indígenas de diversas etnias, probablemente en su mayoría Omaguas, conocidos como los encabellados. Años más tarde los jesuitas desarrollarán una especie de reducciones tipo asentamientos en la zona. Al parecer, la lengua kichwa es traída desde Quito por los misioneros para “uniformizar” a todos los pueblos que encontraban y desarrollar así la primera transmisión del Evangelio en estos pueblos.

Esta reflexión recogida por Juan Marcos y José Miguel, transmitida por los rukukuna –ancianos de la comunidad– llevó a la creación de un centro de formación indígena regional de nivel avanzado para el pueblo Runa de habla kichwa de la Amazonía ecuatoriana y peruana. Cinco vicariatos comprometidos: Sucumbíos, Aguarico, Napo, Puyo del Ecuador, y San José de Amazonas del Perú. El CEFIR nace el 15 de noviembre de 1992, en la Isla Pompeya del río Napo, Vicariato de Aguarico, a petición expresa de los catequistas indígenas y el apoyo sincero de los señores obispos de los Vicariatos.

Hace más de veinte años se ha empezado a reflexionar partiendo de esta experiencia pastoral dando origen a estos puntos:

I.- ¿DE DÓNDE NACE LA IGLESIA CATÓLICA RUNA?


De la fe en Pachayaya. De la fe en Jesús y los valores del Reino. Y De la fe en la cultura y en sus valores. Creemos en Pachayaya como nos enseña la cultura. Creemos en Jesús como nos enseña Pachayaya. El mensaje de vida de Pachayaya y de Jesús son los valores. La fe no nos viene de los españoles desde los tiempos de la conquista, ni de los mestizos, ni de los misioneros ni de otras religiones.

La fe nos viene de Pachayaya, lo mismo que vienen Jesús, los valores del Reino, los valores de la cultura (Semillas del Verbo) y la fuerza espiritual de vida (Samay). Se nos han revelado y estamos llamados a vivirlos: como hombres de fe, oración, sacrificio y compromiso al estilo de Jesús.

La cultura naporuna cuenta con bases seguras para una fe firme y una vida de compromiso y testimonio. En ella encontramos las “Semillas del Verbo” que nos trasmitieron nuestros sabios y antepasados a través de los valores culturales:

1.- Todos hablamos de Pachayaya (Padre Creador) que vivió con los runas, que anduvo por la selva, enseñando, cuidando y haciendo el bien. Un Dios cercano, que visita las familias, que comparte. Un Dios que viene a nuestro encuentro en la comunidad.

2.- Hablamos del Churi (Hijo Mayor - Ruku) que, después de que se fue Pachayaya, tomó la vara de mando de su Padre para vivir con los hombres.

3.- Hablamos del Samay, (el Espíritu de vida) que está en todos los seres de la creación y en el hombre, y los mantiene en la vida.

La cultura naporuna tiene una sabiduría propia (runa yachay), unos valores (runa kawsay), una manera comunitaria propia de vivir los valores (runa laya kawsana) y una fuerza de vida para resistir, continuar viviendo (runa samay): el Espíritu nos hace fuertes, nos hace vivir para siempre. La piedra de toque de toda cultura son sus valores de vida y conocimiento (sabiduría). Su cumplimiento es fuerza y destino. Vivimos esta fe en Pachayaya por la fuerza cultural del Samay cumpliendo los valores.

 Los valores: para la cultura (valores culturales) y para Jesús (valores del Reino) son el corazón de la fe y la razón de vivir el compromiso cultural y cristiano. Son los que muestran el rostro indio (naporuna) de Jesús. Tenemos que conocerlos, vivirlos y cumplirlos. Son nuestros valores. Son la revelación de Pachayaya (Dios) a esta cultura.


Para los naporunas: “Nuestras raíces no están en nuestros abuelos, pues ya han muerto y no está bien tener las raíces muertas. Nuestras raíces, como naporunas, están en nuestros valores culturales que están vivos y nos hacen vivir”. Tampoco vale tener unas raíces secuestradas, ultrajadas y menospreciadas por la cultura y religión occidental como están las nuestras.

Cuando Jesús habla, vive y actúa, lo hace desde los valores del Reino (valores culturales judíos). Jesús acepta, acoge, se encarna, vive y actúa desde nuestros valores culturales. Como naporunas vivimos de la fe en Pachayaya como nos enseñan la cultura y Jesús: “de lo que vemos, vivimos y testimoniamos vamos a hacer la Iglesia Católica Runa”. “De lo que vivimos y sabemos vamos a hacer la catequesis de la Iglesia Católica Runa”.

Cuando la cultura habla, vive y actúa, lo hace desde los valores.

La fe en los valores de la cultura y en los valores del Evangelio de Jesús nos hace entender, vivir y ser testigos. Esta fe que nos hace testigos es nuestra fuerza y razón de vivir: por ella vivimos y entendemos, por ella damos ejemplo de vida: “KIKIN RUNA KASHKAMANTA”. Por esta fe confiamos, sentimos el sufrimiento de nuestros hermanos, resistimos, curamos, ayudamos…

Esta revelación, misión y compromiso nos viene de Pachayaya lo mismo que nos vienen los valores y el “Samay” –el Espíritu–. La misión nos viene de Jesús lo mismo que nos vienen los valores del Reino y la fuerza de vida del Espíritu. Llamados por el Espíritu a vivir los valores de la cultura y del Evangelio. El mensaje de vida de Jesús y de Pachayaya los encontramos en los valores que tienen Espíritu (poder) y son la razón de vivir.

LA PRÁCTICA DE LA CULTURA Y SUS VALORES SON EL LUGAR DE ENCUENTRO CON JESÚS QUE SE ENCARNA EN ELLOS. EL REINO DE DIOS PARA JESÚS ESTÁ ALLÍ DONDE SE VIVEN LOS VALORES.

Sería bueno enumerar los siguientes valores:

1.- VALORES FUNDAMENTALES DE LA CULTURA (PRINCIPIOS DE ESPIRITUALIDAD CULTURAL):

·         Llakinakusa Kawsana: vivir amándonos unos a otros.

·         Parihulla Kawsanakuna: vivir como iguales, equidad, dignidad, sociedad igualitaria.

·         Yanapanakuna Kawsana: vivir ayudándonos. Este es el principio de autoridad (la autoridad es la que ayuda, la que sirve)

·         Kuyanakusa Kawsana: Vivir compartiendo.

2.- VALORES SOCIALES (PRINCIPIOS DE ESPIRITUALIDAD SOCIAL)

·         Aylluyasa Kawsanamanta: vivir como familiares los unos con los otros. Es el valor de la comunidad.

·         Allichisa Kawsanamanta: vivir reconciliándonos permanentemente.

·         Kushy Kawsanamanta: vivir alegres.

·         Sumak Kawsanamanta: vivir en armonía con toda la creación.

·         Lukar Kawsanamanta: vivir en libertad.

3.- VALORES DE LA PERSONA (PRINCIPIOS DE ESPIRITUALIDAD PERSONAL)

·         Runa Kanamanta: ser persona, ser gente.

·         Pakta Runa Kana: Ser persona digna (ser iguales).

·         Paktachik Runa Kana: ser hombre de palabra, cumplidor. (valor de la palabra dialogada)

·         Ally Shunkuyuk Runa Kana: Ser de buen corazón.

·         Kuska Runa Kana: ser honrado, ser fiel, ser justo.

 II.- HACER LA IGLESIA CATÓLICA RUNA

Tener claro de que no se trata de una iglesia distinta. La Iglesia es un dato de la revelación a las culturas (lo distinto pueden ser los signos, las expresiones, los modos de vida propios de la cultura…). La cara indígena de Jesús, que le dan los valores vividos, es el distintivo, la revelación al pueblo naporuna.

¿Qué rumbo tomar para caminar hacia la Iglesia Católica Runa? ¿Qué pasos hay que dar?

La Iglesia Católica Runa está en búsqueda de su cara indígena revelada en Jesús. Ahora tiene cara de mestiza.

Los primeros cristianos continuaron yendo al templo, hacían y vivían como los creyentes judíos (eran judíos), pero según cómo vivió y enseñó Jesús. La búsqueda se concretizó en una manera de vivir “los valores del Reino” (judíos) como los entendió, vivió y enseñó Jesús.

La novedad consistió en el modo de vivir, el modo da pensar, de predicar y de ser consecuentes con lo que creían y decían. Esa fue la cara de Jesús hombre: “KAYKAMI KIKIN JESUS”, de las primeras comunidades cristianas, la de los Hechos de los Apóstoles y de san Pablo.

Las primeras comunidades cristianas que conocemos (occidental) nacieron también de una manera de vivir, de pensar, de predicar y de hacer; con sus sacramentos: formas de vida, ritos, signos, palabra, oración… al estilo occidental, tal como la vivimos ahora.

La Iglesia Católica Runa nacerá y desarrollará de una manera de pensar, vivir, de predicar, cumplir, orar; con formas de vida, ritos, signos, palabra y con sus formas propias. Es muy importante decir la palabra inculturada en la “KAMACHINA”-CONSEJO- y en nuestras catequesis. Las verdades que están sembradas por Pachayaya en la cultura como semilla, esperan su expresión. Invitan a manifestarse en los valores para que broten y para que a través de ritos propios celebren la vida diaria: “TUPANA” (encuentros de familia después del bautismo, compadres), “ALLICHINA” (ritos de reconciliación), “SAWARINA” (ritos de matrimonio), “SHUTICHINA” (ritos del bautismo), “WAÑUNA” (ritos funerarios)…

La Iglesia Católica Runa tendrá el rostro indio de Jesús (runa) si cumple y vive los valores de la cultura y el Evangelio. No es sincretismo, ni traición sino concretización, nacer, encarnación de Jesús en la cultura. Hoy en día es un sueño la inculturación, un anuncio.


Inculturar es vivir y hablar el lenguaje de Pachayaya a través de signos culturales. La Iglesia Católica Runa se hace con la fe en Pachayaya con Jesús y con los valores. De los valores sembrados por Pachayaya en la cultura originaria naporuna brotaron las “semillas” de los ritos de la vida diaria: “TUPANA”…


Entendemos el término cultura como la “herencia social”: es el saber, los saberes de una sociedad, el conocimiento y creencias, los ritos y sabiduría mítica, la palabra, costumbres y formas de vida, identidad, formas de servir y de organización, artes y ciencias, cultivos y alimentos. La cultura naporuna es otra cultura a la occidental, no son alternativa la una para la otra.


Da la impresión de que las culturas carecen de valores; los misioneros tienen todo para dar y enseñar, nada para aprender y recibir. Esto no ayuda a presentar a Jesús y a recibir su mensaje: Jesús es un extranjero.


¿Cómo podemos encontrar en nuestra cultura a Jesús?

Hay que inculturarlo (Encarnación): es como enseñar a Jesús a rezar a Pachayaya y a hablar en “RUNA SHIMI” y a vivir “RUNA LAYAWA”, para que como “RUNA” nos haga la “KAMACHINA” que completará nuestra vida y cultura.

Entonces, primero se conocen y se practican los valores de la cultura, a continuación viene la inculturación de Jesús y del Evangelio. La práctica de la cultura y de los valores es el lugar del encuentro con Jesús.

No se evangeliza desde el Evangelio y con el Evangelio, sino desde Jesús inculturado, desde la cultura evangelizada por Jesús. No se convierte a las personas, se evangeliza a las culturas (valores). El problema es catequético: no anunciamos a Jesús desde la cultura, sino desde el Evangelio occidentalizado, desde una doctrina cristiana.

A las personas se las convierte. Un hombre sin valores culturales no puede ser evangelizado en la cultura: puede ser cristianizado, convertido a la religión cristiana (con peligro de que sea apartado de la cultura).

Pachayaya ha dejado los valores como semillas de fe. Ser hombres de fe para poder vivirlos. Los valores llevan el “SAMAY” de Pachayaya y de ellos nace Jesús. Desde ellos escriben los apóstoles (misioneros) el Evangelio y van creando las iglesias particulares con sus santos y sus tradiciones propias. Para una correcta inculturación se necesita el conocimiento y la práctica de los valores de la cultura. Sin embargo, se nos hace difícil evangelizar pues estamos atrapados por la civilización y la religiosidad occidentales.

Puede ser un autoengaño de los misioneros, apóstoles y líderes indígenas que imitan e imponen los modos de vida y pensamiento occidentales. La Iglesia no se hace con cargos, ni con organización jerárquica ni con plata. Se hace con el Espíritu y la vida apostólica.

Los elementos necesarios para que nazca la Iglesia Católica Runa son:

A) Una fe inculturada en Pachayaya, en Jesús y en el Espíritu.
B) Una manera runa de vivir los valores (sociales y personales) del Reino.


El ministerio de la Iglesia Católica Runa tiene que nacer de la cultura, no se impone ni desde afuera, ni desde arriba (poder), ni desde otra cultura. Nace desde los sin poder, como un servicio, con el sacrificio del que da a luz y con paciencia. Nace del Espíritu, para la comunidad.

El Espíritu del Reino de Jesús y su fuerza, característica de la Iglesia Católica Runa no está tanto en una doctrina cristiana sino en la práctica de una vida cristiana runa, viviendo el mundo cultural propio según unos valores. No está tanto en enseñar como en servir, no está en la autoridad del maestro, sino en el servicio igualitario que promueve.

Definición de Iglesia Runa: “JESUSTA KIRIK AYLLU”.

Jesús define a la Iglesia como “Reino de Dios”. El Reino de Dios está allí donde se viven los valores del reino. El mayor servicio (cargo, autoridad) no está en ser maestros, tener un poder sobre los demás, sino en ser servidor, ocupar el último lugar. Lo que da autoridad no es el cargo, sino el servicio, el cumplimiento y su enseñanza por la “KAMACHINA”, como lo hacían los mayores en el “ayllu - familia”.

III.- ¿CUÁNDO NACE LA IGLESIA CATÓLICA RUNA?

El día de Pentecostés con la venida del Espíritu: Hch 2.1ss. Primero está PACHAYAYA. Luego la FE y la CULTURA. De allí viene JESÚS (el Evangelio). Luego está el ESPÍRITU (en la Iglesia - comunidad). Por último, aparecen los APÓSTOLES (que son los misioneros). 

Los pueblos y las lenguas son diversas: española,   kichwa,   shuar,   romana,   judía,   griega,   india,   china,   africana,   wawrani…En el día de Pentecostés la revelación de Jesús al pueblo se da por medio de los apóstoles. Ahí nace la Iglesia de Jesús por medio de los apóstoles.

La revelación de Pachayaya viene por Jesús y los apóstoles a todos por igual. Nace en la plenitud de los tiempos. Ahí nace también la “Iglesia Católica Runa” que cree, piensa y vive “RUNA LAYA”. Cada iglesia se desarrolla a su tiempo y según su cultura. ¿Este será el tiempo para nacer como Iglesia Católica Runa?: ¡Esperamos al profeta!


La revelación de Jesús por medio de los apóstoles es entendida directamente por cada una de las culturas que, con su propio pensamiento y lengua, conocen y rezan a Pachayaya. Las Iglesias son iguales, responsables unas de otras, se ayudan y respetan. Los misioneros como los apóstoles son los enviados, como testigos, a anunciar y dar a conocer en la lengua y cultura de cada pueblo el mensaje de Jesús: “KACHASHKA RUNAKUNA”. ¿Será este el tiempo de la Iglesia Católica Runa? Mientras tanto no dejemos los buenos valores revelados a la cultura por Pachayaya para tomar lo malo de otras culturas e imitar otros valores.

    
IV. - JESÚS MODELO DE INCULTURACIÓN

Partimos que Jesús nace judío y vive la fe en Dios según la cultura judía. Él es de nacionalidad judía. En consecuencia, habla, piensa, predica y vive según los valores de la cultura judía, tanto personalmente y como miembro de la sociedad judía. Cuando Jesús habla y vive, lo hace desde los valores judíos. Cuando los naporunas hablan y viven deben hacerlo desde los valores naporunas. Jesús enseña el cumplimiento de los valores (valores del Reino). Él juzga y echa en cara la manera irresponsable de vivir que destruye los valores (rechaza los antivalores).

La cultura judía es el modelo que, de entre las culturas del mundo, elige Dios para revelarse a todas las demás. La cultura judía, así como las demás, recibe la revelación de Dios directamente (Semillas del Verbo).


1)      Jesús completa la revelación que le faltaba a la cultura judía.

2)      Jesús completa la revelación que le falta a la cultura naporuna.

Nuestra cultura, como la judía, es buena pero no cristiana. Le falta a Jesús para que se complete la revelación de Pachayaya. Jesús tiene que hacerse naporuna, como se hizo judío, para que podamos vivir como Pachayaya quiere que vivamos, para que nos pueda hacer la “KAMACHINA” y nos salvemos. “Si Jesús, hijo de Pachayaya, no puede hacerse naporuna, tampoco nosotros, como naporunas, podríamos constituirnos en Iglesia Católica Runa. No podríamos ser hijos de Dios, seguidores de Jesús, salvados por Él”.

La cultura judía no era cristiana, le faltaba la revelación de Jesús con la que completaba la revelación de Dios. Según el plan de Dios, Jesús era el enviado y el esperado por la cultura judía: “Jesús vino a los suyos y los suyos no le recibieron”. Los judíos esperaban un salvador (mesías) al estilo romano. La cultura judía no llegó a ser cristiana, no aceptó a Jesús.

Nuestra cultura espera un salvador; ¿sigue esperando a Jesús runa que complete nuestra cultura? O ¿espera a algún Jesús MISHU –mestizo– como salvador? Nuestra cultura naporuna es buena pero no cristiana. Le falta a Jesús que completa la revelación a esta cultura original. Nuestra historia no da para un salvador al estilo MISHU que nos esclavizó. Jesús es liberador. No un conquistador mestizo.

¿Están los tiempos maduros para que venga Jesús y complete nuestra salvación cultural o tenemos que seguir esperando a otro? Desde que Jesús vino, las culturas se completan por medio de la enseñanza y la vida de los apóstoles y misioneros de Jesús, o sea nosotros.


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