viernes, 31 de mayo de 2024

Agenda Política Napuruna - 10 años después


Diez años después de la Agenda Política de los Pueblos Napurunas


Por Roberto Carrasco Rojas


Primero sólo los indígenas vivíamos en esta tierra,
en estas tierras de América, de Amerindia.
Éramos dueños de estas tierras y ríos.
El indio fue el primero en habitar esta tierra de América.
Por eso América debería llamarse Indoamérica o Amerindia…
Antes de que los blancos lleguen aquí
había más Naciones de indios que hoy.
En las 2 Américas, éramos 50 millones de indios probablemente.
En la selva amazónica éramos 10 millones
repartidos en más de 100 Naciones o Tribus.
En el Tawantinsuyo los andinos llegaban a 15 millones.
Cada nación tenía su nombre.
Cada etnia hablaba su idioma.
Cada tribu vivía según sus costumbres. 
Cada uno sabía hasta dónde era su tierra.
Nadie necesitaba indicar sus linderos1.

Juan Marcos Coquinche Mercier, ofm


Desde la llegada de este misionero canadiense, allá por la mitad de los 60, desde el primer momento que se instaló en la localidad de Monterrico de Angoteros, los pueblos napurunas empezaron una nueva etapa en su historia.


¿Pero, quiénes son los napurunas2?

“Sobre el origen del hombre amazónico muchos autores se inclinan por una mezcla entre las razas mongoloide y negroide. Sea como fuere se da un predominio de la raza mongoloide en la mayoría de los indígenas amazónicos.  ‘Caribes y Chibchas descendieron por el norte y se dividieron en dos ramas, una de las cuales tomó hacia el oeste (colorados y cayapas en el Ecuador, conocidos actualmente como Tsáchila y Chachis, respectivamente) y otra hacia el este (cofanes). Una nueva migración, la Tucana, penetró las aguas del río Magdalena y se extendió por la selva norteña hacia la región amazónica (siona-secoyas, encabellados, tetetes, etc.)’ […] Los Chibchas: subieron por la cuenca del río Magdalena e influyeron en las tribus de las nacientes riberas del Caquetá, Putumayo y Napo […] Los mismos Omaguas – los que habitaron inicialmente el río Napo - son de origen Tupí-guaraní”3.

Los pueblos napurunas son una mezcla de varias culturas amazónicas que tienen en el río Napo (cuyas aguas nacen al pie del volcán Cotopaxi – Ecuador y desembocan en el río Amazonas – Perú) su vía de transporte y comunicación. Cada pueblo, aldea o caserío encierra una grande cosmovisión. En realidad, no se podría afirmar que se trata de una sola etnia, sino de un conjunto de ellas: “los indígenas que hoy llamamos Napu o Napuruna, fueron llamados primero Quijos o Yumbos. Ese nombre engloba a pequeñas tribus: Sunu, Archidona, Loreto, Concepción, Canelos-Sarayacu, Santorosino, Tiwicuna. En esta confederación espontánea de tribus, cada subgrupo conservó su lengua hasta cerca del siglo XVIII. El kichwa se impuso poco a poco, como lengua común, por el contacto económico – social con los indios de los Andes, pero en el kichwa del Napo queda, incrustados numerosos vestigios de los dialectos de la región: Yarasunu, Cofan, Sapara, Quijo”4.


Nacen las federaciones

Con el descubrimiento del río Amazonas el 12 de febrero de 1542 a cargo de Francisco de Orellana, los cronistas relatan la existencia de diversos grupos originarios a lo largo de toda la expedición. La primera resistencia indígena fue comandada por los jefes apus Humanti, Beto y Bumi en Archidona y Ávila – río Napo ecuatoriano. En este levantamiento murieron alrededor de 5,000 indígenas y unos 200 españoles5. En medio de esta opresión a los indígenas por parte de la conquista, hizo que la Iglesia a través de sus misioneros llegasen a esos bastos territorios. A partir de 1661 los jesuitas tienen presencia en el río Curaray (que es un afluente del Napo). Otra etapa misionera fue desde 1743. Durante este tiempo los intentos de los indígenas eran por escapar de la esclavitud. De las reducciones jesuíticas que existían en la zona, los secoyas, orejones y piojés que quedan hoy, son ese pequeño resto que todavía existe.

Los años pasan y la presencia de comerciantes mestizos, de buscadores de pieles, de patrones a quienes los gobiernos de turno les entregaban extensos territorios, todos ellos iban empoderándose, usando el miedo y la zozobra como medio para someter a los pueblos. Durante el período denominado etnocidio cauchero, a finales del siglo XIX e inicios del XX, los pueblos napurunas no estaban exentos. Grandes fueron las correrías que trasladaron numerosas poblaciones de indígenas desde una cuenca a otra, allí casi todos fueron aniquilados. Ni el gobierno inglés ni el peruano asumió responsabilidades en estos hechos que fueron ocultados en las altas esferas de los estados comprometidos en una de las peores holocaustos de la historia en la Pan-Amazonía. Como lo afirma Degregori, probablemente “la mayoría eran insignificantes en ciertos planos”6 y por ende los estados no veían en ellos una “ciudadanía plena” como todos los demás peruanos o peruanas.

Juramentación de la directiva de FECONAMNCUA

En el lado peruano del río Napo, la primera federación indígena que se constituyó fue ORKIWAN – Organización Kichwaruna Wankurina del Alto Napo – en 1972 en la localidad de Monterrico de Angoteros.7 Años más tarde el 9 de mayo de 1987 nace FECONAMNCUA – Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo, Curaray y Arabela. Ambas enfrentan la amenaza de las políticas extractivistas que el neoliberalismo reinante iba lotizando los territorios indígenas. Pero ni los intentos civilizatorios del Estado o sus afanes por una modernización social de los pueblos de la Amazonía, a través de la inversión, lograron traer a los napurunas verdaderos puentes que conecten la cultura indígena con la cultura dominante. En medio de este afán, leyendo a Degregori, es pertinente – también en este contexto – hacernos esta pregunta: ¿qué rol juegan los militares en este momento de desigualdades persistentes?8  


Una acción colectiva llamada Agenda Política

Sin duda, los pueblos organizados dialogan acerca de sus problemas, aprenden a potenciar sus acciones e intentan desde abajo plantear propuestas. Después del conflicto amazónico que se desarrolló el 2009 y en medio de toda una política del perro del hortelano que el expresidente Alan García lo vociferaba por todos lados, quedó claro para los pueblos indígenas de la Amazonía que esta era una oportunidad política para desarrollar sus propuestas.

Esa relativa apertura del Estado junto a la empresa extractiva protegida por las fuerzas del orden, no coincidían con los acuerdos que se dejan leer en el Convenio 169 de la OIT que protegen los derechos colectivos. Como diría Degregori, los pueblos indígenas estaban frente a esa categoría de estados fracasados9. Los napurunas tenían la necesidad de releer su pasado. En un informe de CEAS – Comisión Episcopal de Acción Social – sobre un estudio de vulnerabilidad de los derechos indígenas del Napo se concluye que en la actualidad existen tres amenazas principales a los derechos de las comunidades del Napo derivadas de actividades extractivas: la minería ilegal, la extracción ilegal de madera y las actividades de la empresa Perenco10. De estas, las actividades de explotación de hidrocarburos se incrementan y se ha encontrado que vulneran derechos humanos individuales y colectivos como: el derecho a la vida y la integridad personal, el derecho a la paz y tranquilidad, el derecho a la propiedad, al territorio y a los recursos naturales, el derecho a la libre determinación y propia visión del desarrollo, el derecho a la participación, el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado, el derecho a la participación en los beneficios, el derecho a la alimentación y el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado11.

De lo que se trata aquí es de construir ciudadanía, ello “implica la igualdad ante la ley pero, además, el respeto escrupuloso a las diferencias”12, y leída esta realidad en términos de interculturalidad, afirmaríamos como Catherine Walsh, que estamos frente a un proceso de construcción de conocimiento otro, estamos frente de una práctica política otra13.

Directivas de ambas federaciones - ORKIWAN y FECONAMNCUA - abril 2013

Durante tres años, tanto ORKIWAN como FECONAMNCUA venían trabajando juntos y deciden finalmente poner en común sus preocupaciones y empezar a elaborar propuestas. “Los napurunas somos conscientes de que podemos participar y aportar de manera efectiva en el desarrollo local, regional y nacional y ser actores de nuestro propio desarrollo. Esto pasa primero por identificar nuestros problemas y nuestros objetivos de desarrollo como pueblos indígenas, sobre la base del “Napuruna Alli Kawsana” (el “Buen Vivir” de los Napurunas); para luego iniciar un trabajo con todas nuestras comunidades a partir de nuestra propia cosmovisión, identidad cultural, organización y necesidades”14, se deja leer en su Agenda Política conjunta.

Esta agenda política contiene las siguientes demandas y propuestas en temas como: Territorio y seguridad jurídica, Educación Bilingüe Intercultural, Salud Intercultural, Cuidado de los recursos naturales y del ambiente, Consulta previa y Mujer y liderazgo organizacional. Esta agenda es una muestra de como las organizaciones indígenas en diálogo con las autoridades estatales locales, las organizaciones civiles, recogen las demandas, las aspiraciones y las propuestas que han venido reflexionando de manera conjunta por casi tres años.

Esta Agenda Política es una invitación no solo a iniciar un diálogo, sino también a ampliarlo en varios sectores. Los napurunas están contruyendo con ella una política diferente y al mismo tiempo están posicionando a sus pueblos. Esta Agenda Política proviene del pueblo napuruna, se trata de un movimiento étnico – social15. Esta Agenda Política representa un proceso de descolonización, se trata de un proyecto participativo donde las mismas organizaciones indígenas plasman su pensamiento crítico y lo vuelven propuesta. Una herramienta para el diálogo con los otros pueblos napurunas del Ecuador y Colombia. Es una Agenda que desde el primer momento que se sentaron a dialogar los pueblos, exigen a los Estados, que se les respete en su diversidad. Quieren demandar con ello la unidad de ellos, tanto en lo político, social y económico.

SHUK YUYAYLLA, SHUK SHUNKULLA, SHUK SHIMILLA, SHUK MAKILLA, KASNA KAWSANA, que significa: 

Una sola idea, un solo corazón, un solo lenguaje, una sola mano para vivir bien. 

El acompañamiento iniciado por Juan Marcos Coquinche Mercier a los pueblos del Napo fue crucial para llegar a este punto.

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NOTAS:

(1) COQUINCHE MERCIER, Juan Marcos. Pequeña historia cultural de nuestro pueblo indígena. CETA, Iquitos – Perú, 1991, 10.

(2) “El pueblo Napuruna conocido también como Sunu o Kichwa del Napo, en referencia al nombre de su lengua materna, es uno de los grupos étnicos de la Amazonía Peruana”, en REÁTEGUI DAHUA, Nelson – ALVARADO GREFA, Ventura – NOA SANDIEGO, Jarri. Veinte años de educación en el Alto Napo. CETA, Iquitos – Perú, 2003, 11.

(3) CARRASCO ROJAS, Roberto. El napuruna… ¿quién es? en https://www.eltrochero.com/2012/11/nacien-el-napo-donde-nace-mi-raza-por.html

(4) AGUIRRE, Milagros. La utopía de los pumas. CICAME, Quito, 2007, 192-193.

(5) AGUIRRE, o.c., 194.

(6) Cf. DEGREGORI, Carlos Iván. Desigualdades persistentes y construcción de un país pluricultural. Reflexiones a partir del trabajo de la CVR, 4. 

(7) Cf. AGUIRRE, o.c., 215-217.

(8) Usamos el concepto “desigualdades persistentes” que lo encontramos en el texto de DEGREGORI, o.c., 3.

(9) Cf. DEGREGORI, o.c., 4.

(10) Desde setiembre de 2009, Perenco Perú Limited se constituye como Perenco Perú Petroleum Limited, Sucursal del Perú que asume el 5% del contrato de licencia del Lote 67 y posee el 50% de participación en el Lote 121 que en ese momento se encuentra en etapa de exploración. Cf. GAMBOA BALBÍN, Aída Mercedes. Tesis: Movimientos Indígenas Amazónicos y Acción Colectiva en Conflictos Socioambientales: Casos de la Reserva Comunal Amarakaeri y la Cuenca del Río Curaray. PUCP, Lima, 2012, 12.

(11) Cf. HUACO PALOMINO, Marco A. Informe final. Consultoría para estudio sobre vulnerabilidad de los derechos indígenas en el Napo. CEAS, Lima, 2013, 55-56.

(12) DEGREGORI, o.c., 8.

(13) Cf. WALSH, Catherine. En Interculturalidad y colonialidad del poder. Un pensamiento y posicionamiento “otro” desde la diferencia colonial, 47. 

(14) FECONAMNCUA – ORKIWAN. Agenda política compartida de los distritos Torres Causana y Napo. VASJA – MISEREOR, Iquitos, 2015, 3.

(15) Cf. WALSH, o.c., 47.


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