En sus primeros días de gobierno Jair Bolsonaro entrega tierras indígenas a hacendados del Agro. Crecen las críticas a esta medida de gobierno.
El Consejo Indigenista Misionero - CIMI (organismo vinculado a la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil) en una nota difundida el 4 de enero, repudia las medidas que pretenden descalificar los derechos individuales y colectivos de las comunidades y pueblos originarios, atacando a los líderes que luchan por los derechos, amenazar y criminalizar a los defensores y defensoras del medio ambiente, indigenistas, entidades y organizaciones de la sociedad civil.
En el contexto en que el anuncio del nuevo presidente de la república federativa de Brasil, Jair Bolsonaro, el 01 de enero, inmediatamente después de la toma de mando, dio a conocer los nuevos objetivos y funciones de sus ministerios y organismos estatales, y por supuesto, las nuevas medidas que serán adaptadas en la administración pública federal de la primera economía de la América del Sur.
Bolsonaro señaló que entre las medidas está aquella de transferir la Fundación Nacional del Indio (Funai), organismo que se encontraba en el Ministerio de Justicia, encargado de realizar los estudios de identificación y delimitación de tierras, promover la fiscalización y protección de áreas demarcadas, así como aquellas áreas donde habitan los pueblos que aún no han establecido contacto con la sociedad nacional, transfiriéndolas al Ministerio de Agricultura.
El hecho de trasladar estas funciones al Ministerio de Agricultura, quien está comandado por hacendados que hacen oposición a los derechos de los pueblos, otorgándoles nuevas atribuciones que ponen en serio peligro la supervivencia de las poblaciones más vulnerables de la Amazonía brasileña.
Frente a esta situación el Consejo Indigenista Misionero "pone de conocimiento al público su repudio a tales medidas y denuncia que estas forman parte de una colusión de la bancada ruralista, empresarios de la minería y de la explotación maderera teniendo el objetivo de desencadenar un proceso de ebullición de las áreas demarcadas y poder entregarlas a todo tipo de emprendimiento de iniciativa privada, tanto en el país como en el exterior, de tal forma que se invisibilizan las nuevas demarcaciones de tierras originarias", se lee en la nota (*).
Diversas instituciones y especialistas han criticado esta transferencia señalando surgirán graves problemas: se afianza el centralismo, la incertidumbre sobre cómo se realizarán las nuevas demarcaciones, el crecimiento de los conflictos que ya en el año 2018 llegaron a la suma de 24 personas, entre líderes indígenas y población afro que fueron asesinadas.
A esta situación se suma la apertura del nuevo presidente de Brasil a la presencia de bases militares norteamericanas en su país. “Según lo que pueda llegar a acontecer en el mundo, quién sabe si tengamos que discutir esa cuestión en el futuro […]”, comentó Bolsonaro. Con estas palabras queda claro la posición y su aproximación del militar en reserva, ahora presidente brasileño, con el gobierno de los Estados Unidos, no solo en el campo económico, sino también militar. El "Plan Amazonas" se va afianzando.
Por otro lado, el Papa Francisco en su discurso del lunes 7 de enero a los diplomáticos, señaló su preocupación por la preservación del Medio Ambiente, en tal medida mencionó a la Amazonía que este año 2019 estará en el centro del próximo Sínodo especial de los obispos previsto para octubre próximo: "A pesar de tratar principalmente los caminos de la evangelización para el pueblo de Dios, no dejará [el Sínodo] de afrontar las problemáticas ambientales en estrecha relación con las consecuencias sociales”, enfatizó el Santo Padre.
(*) La nota original está en portugués. Es nuestra traducción.
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