HACIA UN DIÁLOGO INTERCULTURAL. UNA PROPUESTA DESDE LA AMAZONÍA


Este es mi tesina en el JOINT DIPLOMA EN ECOLOGÍA INTEGRAL a partir de la Laudato si'. Se ha desarrollado en el periodo 2017 - 2018 gracias al Consorcio de Universidades Pontificias de Roma.





Descripción

El proceso de diálogo en un contexto como la Panamazonía, nos exige algo más que ponernos a conversar. Exige interactuar, escuchar, abrirse a la novedad. Y este es el objetivo de este trabajo, empezar un proceso de reflexión teniendo como base la encíclica Laudato si’ que va a tener en el tema del diálogo uno de sus ejes para concretar, lo que el Papa Francisco llama: diálogo intercultural. En este contexto se mueve hoy el Espíritu en la Iglesia Panamazónica. Una Iglesia que articula sus experiencias misioneras entre los indígenas, donde «las culturas marcan diferencias simbólicas, ideológicas, materiales y fronteras geográficas entre pueblos y grupos sociales». Y es justamente allí, entre las diferentes personas y culturas, es que «existe la dificultad de la comunicación». Aquí cobran un papel fundamental los “pioneros de la comunicación intercultural en la Amazonía”. El diálogo intercultural en la Panamazonia continua siendo parte de su práctica misionera. Entonces, «entablar un diálogo con esas culturas antiguas, que tratan de volver a surgir hoy con renovado ímpetu y reconocer su profunda religiosidad, es una tarea imprescindible en América Latina, para lo cual hay que tomar un ambiente de confianza y cercanía, tratando de rescatar los innumerables valores presentes en esos pueblos y su deseo de vivir su cercanía al Dios de la Vida» Research 


Interests: Diálogo Intercultural y Amazonia

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JOINT DIPLOMA 

EN ECOLOGÍA INTEGRAL
a partir de la Laudato si’
 


HACIA UN DIÁLOGO INTERCULTURAL,
UNA PROPUESTA DESDE LA AMAZONÍA





Roberto CARRASCO ROJAS

Universidad Pontificia Salesiana 






Moderador: P. Prem XALXO, sj




A.A. 2017 – 2018






Introducción


«Ha llegado el momento de volver a prestar atención a la realidad con los límites que ella impone, que a su vez son la posibilidad de un desarrollo humano y social más sano y fecundo»[1]. Ha llegado el momento de arriesgar. Porque «il dialogo è indispensabile, e nel dialogare si corrono dei rischi. I rischi sono inevitabili nel dialogo»[2]. Entonces, es obligatorio dialogar acerca de lo que le está sucediendo a la Casa Común.


El diálogo es más que una opción, es una convicción. Siguiendo la lógica de Paulo Freire, el diálogo es encuentro, es una exigencia existencial: «el diálogo es el encuentro de los hombres para ser más»[3]. Con él nos volvemos críticos. Con el diálogo se está en conexión con la preocupación por los pobres y la situación que existe en el ambiente natural.[4]


Las sociedades modernas conjuntamente con sus estados, encabezados por grandes inversionistas, han dirigido una vez más sus miradas a territorios que cuentan, por lo general, con una población totalmente vulnerable a causa del abandono que viven por décadas, o probablemente por siglos. El rol que desempeña el estado parece difícil descifrarlo. Vivimos en un contexto donde «the New World Order feeds on human poverty and the destruction of the natural environment. It generates social apartheid, encourages racism and ethnic strife, undermines the rights of women and often precipitates countries into destructive confrontations between nationalities.»[5]. Entonces cabe preguntarse, ¿quién está detrás de estas políticas que han generado y siguen generando conflictos?, ¿cuáles son los verdaderos intereses?


Los obispos de América Latina, después de varios años de escucha, discernimiento y análisis, respecto a las condiciones que viven los pueblos de la Panamazonia, dentro del contexto de la encíclica Laudato si’, se han expresado señalando que «en este escenario, denunciamos las violaciones a los derechos humanos, personales y colectivos, de las poblaciones indígenas u originarias, tradicionales y campesinas, principalmente las de la Amazonía –el foco de nuestra tesis–, ocasionadas por empresas que realizan actividades extractivistas»[6].


En cuanto a esto, las palabras del Papa Francisco, en su encíclica social, nos interpelan: «La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería»[7]. Incluso, el Pontífice, con espíritu profético afirma: «Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos»[8].


Entonces, todo indica que se tienen que tomar decisiones, y para ello el camino del diálogo es fundamental. La antropología nos enseña que dialogar «significa arriesgar, ponerse en juego para inmolarse, trascendiéndose a uno mismo, a la propia visión del mundo, a las propias certezas y verdades, para dejarse poner en discusión por el otro y abrirse al “nuevo camino” que el otro propone»[9]. Porque el ser humano tiene una vocación que le habla al corazón, se trata de «la exigencia imperiosa del diálogo, su “santidad”, consiste en el éxodo del propio “yo” hacia el “tú”, que cada ser humano debe cumplir para realizar su “verdadera” humanidad»[10].


Mientras que Vivian Romeu Aldaya haciendo referencia al enfoque hermenéutico de Gadamer, dice que: «sólo puede haber diálogo, con lo no explorado, lo desconocido y diferente, […] en consecuencia percibir al Otro como diferente implica la condición necesaria para el diálogo, lo que nos permite concluir que la comprensión del Otro es siempre comprensión del Sí Mismo»[11]. Desde este punto de vista, el tema del diálogo es todavía, aún, más desafiante, porque vivimos comunicándonos no solo en el plano multicultural, sino, y sobre todo a nivel intercultural. Ya Gugenberger lo afirma: «si bien la comunicación intercultural se refiere a los intentos de comunicarse para llegar a una mejor comprensión mutua, también incluye la incomunicación y el silencio, la no-voluntad de comunicarse que, al fin y al cabo, también transmite una información comunicativa»[12].


Para poder comprender mejor este nivel de comunicación, Angelica Mucchi nos enseña que «la comunicazione interculturale si basa su processi che suppongono universali e su fattori specificamente conessi alle culture che entrano in rapporto e alla relazione tra di esse»[13]. De ahí que toda comunicación es intercultural, al mismo tiempo, «la interculturalidad no puede tomar una forma distinta a la comunicación. La interculturalidad implica siempre comunicación intercultural»[14]. Sin embargo, Serge Latouche afirmará «l’interculturalità non è la multiculturalità»[15]. Son dos realidades distintas.


Por ende, al ubicar este proceso de diálogo en un contexto como la Panamazonia, nos exige algo más que ponernos a conversar. Exige interactuar, escuchar, abrirse a la novedad. Y este es el objetivo de este trabajo, empezar un proceso de reflexión teniendo como base la encíclica Laudato si’ que va a tener en el tema del diálogo uno de sus ejes para concretar, lo que el Papa Francisco llama: diálogo intercultural[16]. 


El presente trabajo, siguiendo la metodología: ver, juzgar y actuar, está dividido en tres partes. La primera es una mirada a la realidad, situándonos en una región concreta de la Amazonía peruano – ecuatoriana. Luego, la segunda parte intentará definir algunos conceptos que nos ayudarán en la comprensión del objetivo. Al final, la tercera parte, intentará proponer una reflexión basada en las experiencias que la Iglesia en la Amazonía ha ido desarrollando a lo largo de casi cien años; gracias a la presencia de misioneros y misioneras, quienes valiéndose de su audacia misionera nos ofrecen pistas para empezar un proceso de reflexión teológica pastoral y misionera, en vistas del próximo Sínodo especial para la región de la Panamazonia. Como Iglesia de la Selva hemos recibido esta herencia que nos ayudará a concretar mejor las estrategias pastorales y misioneras que parten no solo de un contacto, sino de saber entrar en la cultura amazónica, aprendiendo de ella, pero sobre todo, dejándonos convertir con esta propuesta de saber entablar el diálogo intercultural.


  

I. Una mirada a la realidad desde la Amazonía peruano - ecuatoriana


La sociedad post moderna experimenta diversos cambios, como «la revolución digital, la robótica, las biotecnologías y las nanotecnologías»[17]; solo por mencionar algunos ejemplos. Estos cambios no siempre logran ser comprendidos de la misma forma por todos. Además, en este contexto, «tampoco se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales»[18] que se han vuelto materia de discusión en diversas esferas de diálogo. Encima, «los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial […] cualquier cosa que sea frágil, […] queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta»[19]. Frente a esta situación, la Iglesia en América Latina, junto a sus pastores, dando respuesta a la llamada del Papa Francisco en la Laudato si’, expresan su preocupación por lo que viene aconteciendo, no solo en el planeta, sino específicamente en la región: «observamos que, a escala planetaria, la crisis de un modelo de economía cuyas políticas han conducido, en no pocos países, a que se acentúen los niveles de pobreza, desigualdad, agotamiento de los bienes naturales y destrucción ambiental»[20]. Incluso, haciendo eco las palabras del Pontífice: «Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos»[21], quieren también denunciar este paradigma tecnocrático dominante que nos pone en condiciones de perder el sentido de la totalidad y de las relaciones[22], no solo con la natura sino con todos los pueblos, sobre todo de la Panamazonia.


Pues bien, en medio de todos estos síntomas, se vuelve a repensar en el diálogo como una apuesta urgente a trabajar. En las palabras de Freire: «no hay diálogo, […], si no existe una intensa fe en los hombres»[23]. Esto implica un proceso de cambio, de conversión. Si ubicamos esta exigencia de dialogar en un contexto específicamente amazónico, asumiríamos lo que Eva Gugenberger afirma, que: «no basta con hablar la otra lengua, sino que estos tiempos, donde los conflictos van en aumento, no solo se necesita de conocer códigos y reglas de comunicación»[24], es hasta incluso necesario, invertir más tiempo y energía en este proceso. Un diálogo que nos exige redefinir no sólo códigos, sino también valores. Por consiguiente, el por qué recurrir a la Encíclica Laudato si’ cuando empezamos a abordar el tema del diálogo; Felix Körner nos señala, porque «l’Enciclica propone un fondamento teologico per vivere in dialogo»[25]. Fundamento que lo entrelazamos con los aportes de la comunicación intercultural.


En una región como la Panamazonia, que cuenta con una fuerte presencia de empresas transnacionales extractivas, quienes de la mano de los gobiernos de turno, vienen desarrollando políticas extractivas y fomentando modelos económicos de desarrollo que contrastan con las propuestas del Buen Vivir que nace entre los pueblos indígenas; frente a esta situación, serán los pueblos indígenas quienes proponen un diálogo sincero acerca de cómo entender, por ejemplo, el concepto de desarrollo desde una mirada y cosmovisión amazónicas. Por lo tanto, ¿qué estamos entendiendo por diálogo?, luego ¿qué nos propone el diálogo intercultural?


Papa Francisco, recogiendo expresamente las palabras de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Aparecida, Brasil, hará suyas la preocupación de los Obispos latinoamericanos, subrayando que en esta región del planeta, se han generado «propuestas de internacionalización de la Amazonía»[26]. A partir de allí, la Iglesia empezó a asumir el reto de dar una respuesta efectiva a esta urgencia pastoral y misionera que asume toda Latinoamérica. Así, desde la creación en el 2013, de la Red Eclesial Panamazónica –REPAM– la Iglesia se viene preparando en vistas al próximo Sínodo Especial para la Panamazonia a realizarse en octubre del 2019 en Roma, que ha sido convocado por el Papa Francisco en octubre del 2017[27].


En los últimos años, tanto en el Perú como en el Ecuador, «el índice de conflictos por causa de proyectos que explotan los bienes del subsuelo, se ha venido incrementando en el continente»[28]. Incluso, en la Panamazonia un crecimiento de diversos conflictos sociales se han ido agravando a causa de no saber gestionar procesos de diálogo y de transformación de conflictos, donde los tres actores no logran dar el salto decisivo respecto al diálogo. De ahí que, pueblos indígenas, Estado y empresas extractivas, continúan con el desafío por una comunicación intercultural, de manera que esta permita, por lo menos, la escucha y el encuentro en un contexto de diálogo efectivo; dentro de un espacio neutral, donde los actores tengan por igual respetados sus mismos derechos y tengas todos las mismas posibilidades de actuar y de comprometerse.


La Iglesia Católica juega un papel de facilitador de diálogo. Ella ha dado pasos importantes para discutir el tema: la creación de la REPAM y los preparativos para el próximo Sínodo del 2019 se han vuelto en materia de prioridad eclesial. Por esta razón, «le Chiese sorelle si ascoltano mutuamente»[29], volviéndose esta actitud en un signo esperanzador. Incluso, la Pastoral Indígena en América Latina contribuye en la búsqueda de estrategias de solución a estos conflictos[30]. En otras palabras, esta labor no es solo de mediación sino también de promoción de una cultura de diálogo. Tomando postura y desde el Evangelio optar por el vulnerable. Acompañando procesos, caminando con ellos, y actuando de acuerdo a los criterios que la Doctrina Social de la Iglesia nos enseña[31]. A propósito, es importante resaltar aquí, los testimonios de misioneros que por más de 60 años ofrecen a los pueblos indígenas y a la Iglesia en América Latina, la posibilidad de visibilizar la problemática real, pero sobre todo la propuesta cultural con una gama de valores propios que los pueblos indígenas podrían ofrecer a la Iglesia en este proceso de reflexión.



II. Cultura - Interculturalidad – Comunicación intercultural – Amazonía – definiendo términos

En esta segunda parte conviene tener en cuenta sobre la base de qué conceptos nos movemos. Si «la comunicación es interacción»[32], entonces, como tal es un elemento fundamental en la vida de los seres humanos, porque ella ayuda a satisfacer necesidades, sea instrumentales, sociales, como culturales[33]. Queremos con estos conceptos comprender mejor este proceso de comunicación humana en un contexto concreto, el intercultural y amazónico.



Cultura


Para este concepto, nos basaremos en la exposición de Mark Weber, acerca del “Discernimento vocazionale in un mondo interculturale”, realizado durante la 85° Asamblea de la Unión de Superiores Generales, acontecido en Roma en mayo del 2017. Weber señala:


«La cultura, sappiamo, è il modo in cui un certo gruppo di persone ha imparato a soddisfare le proprie necessità nel suo ambiente particolare: necessità fisiche (strutture economiche), necessità sociali (strutture sociali), necessità decisionali (strutture di potere/politiche), necessità di significato (sistemi religiosi), ecc. Gli studiosi delineano varie dimensioni della cultura (e.g. le sei dimensioni culturali di Geert Hofstede - e.g. l'individualismo e il collettivismo, la distanza dal potere, ecc.)[34]. Tali modelli possono essere utili nell'analizzare e nel comprendere sia la propria cultura che le altre. Mentre le culture trasmettono queste dimensioni da una generazione all'altra, è importante ricordare che la cultura è dinamica, mai statica – le culture si evolvono e mutano in risposta a un ambiente che cambia (compresa l'interazione con altre culture, le forze economiche e sociali, ecc.)»[35].


Del mismo modo, siguiendo la lógica de Cynthia Pech Salvador, reconoceremos que la cultura al tener un carácter mental y comunicativo, como a la vez pragmático y dialéctico, llegamos a concluir que «la cultura está dentro de los sujetos, es incorporada por los sujetos, y a la vez, la cultura se objetiva, se hace visible, por medio de las prácticas de los sujetos»[36].


La interculturalidad


Para comprender mejor el diálogo intercultural, partamos de este concepto fundamental. La investigadora peruana María Heise, lo define con claridad: «La interculturalidad es la situación de respeto, tolerancia, intercambio y diálogo productivo entre los diferentes grupos étnicos y culturales, en el que cada uno aporta a los otros. Es la solución al problema de choque de culturas, a la pérdida de identidad, marginación y olvido. La interculturalidad es la meta a la que debe aspirar y por la que debe trabajar todo demócrata que busca la igualdad de consideraciones y derechos en la diversidad de culturas»[37]. Y para lograr ello, en concordancia con la autora, se necesita un compromiso en valores y principios compartidos.


Es interesante examinar el concepto también, para parangonarlo con otro que nos lleva al mismo fin. Serge Latouche utilizará dos adjetivos, a los que él llamará diálogo dialogal. «Il dialogo dialogale [...] non si fonda su una fiducia comune nella neutralità della dialettica logica, ma su un’autentica fiducia reciproca nell’altro, vale a dire sul fatto che l’altro è, esattamente come me, fonte di comprensione e di prospettive originali»[38]. Porque «nel dialogo dialogale io sono aperto all’altro, in modo tale che il mio interlocutore possa scoprire i miei miti, i miei assunti reconditi, e criticare i fondamenti stessi delle mie convinzioni»[39].


Es prudente advertir que este término de por sí ya crea problemas. Es significativa la importancia que Milton J. Bennett da a este concepto, dado que desarrollará una lectura de la comunicación intercultural que nos viene bien tratarlo más adelante. Para Bennett «il termine “interculturale” si riferisce a un particolare tipo d’interazione o di comunicazione tra le persone, dove la differenza di cultura gioca un ruolo nella creazione di significato»[40].


La comunicación intercultural


Milton J. Bennett cuando desarrolla el porqué es importante la comunicación intercultural, afirma: «data la nostra storia nella gestione delle differenze, non c’è da stupirsi che il tema della comprensione, dell’apprezzamento e del rispetto della diversità sia il focus di ogni pratica della comunicazione interculturale [...] La comunicazione interculturale – la comunicazione tra persone di culture differenti [...] è fondata sul principio di diversità»[41]. Por ende, debe ser conducida con suficiente conocimiento.


En la misma línea, Pech – Rizo y Romeu, apuntan que «la comunicación intercultural no se circunscribe a la comunicación entre culturas antropológicamente hablando, sino a la interacción entre universos simbólicos diferentes que engendran no sólo percepciones y representaciones de sí mismos y de los otros, sino interrelaciones concretas que en términos pragmáticos implican comunicación»[42].


Asimismo, Miquel Rodrigo Alsina al plantearse la pregunta sobre el tema, subraya que «lo que caracteriza, la mayoría de las veces, a la comunicación intercultural es el desconocimiento que se tiene sobre las otras culturas»[43]. De allí que los tres autores coincidirán en la importancia que hay en trabajar con lo que ellos llaman, la competencia intercultural. Aquella «habilidad de las personas de actuar de forma adecuada y flexible al enfrentarse con acciones y expectativas de personas pertenecientes a grupos culturales distintos»[44].


Entonces, este tema nos exige la importancia de poner en marcha en nosotros, sobre todo, esas actitudes que nos ayuden a comprender esta doble dinámica que implica la interculturación:[45] el otro aprende de mí, pero también soy yo quien aprendo del otro.


Al reflexionar acerca de esta dinámica, la queremos ubicar en un determinado contexto, el amazónico. Entonces, para llegar aquí, hemos recorrido a manera de resumen, por tres conceptos importantes que nos ayudarán a comprender la propuesta de la tercera parte de esta reflexión. No pretendemos con ello querer absolutizar estos conceptos, sino todo lo contrario, porque para llegar a comprender el valor de la diversidad y del diálogo, resulta fundamental, entrar en la exigencia misma de estos conceptos y de cómo aplicarlos. Por tal razón, presentamos un término más que nos lleve a lo concreto. Que es donde queremos empezar a aplicar los términos anteriores.


Amazonía


Al empezar a tratar este concepto, coincidimos con el investigador de la Amazonía peruana, Marc J. Dourojeanni, quien afirma que «no existen descripciones simples»[46] para referirnos a la Amazonía como conjunto. Sin embargo, para acercarnos a su comprensión, Georg Grünberg señala que «la Amazonía es un ecosistema que reúne calidades como ningún otro en nuestro planeta: es la mayor floresta del trópico húmedo y a la vez de mayor biodiversidad, es hábitat de cientos de pueblos indígenas de las más variadas culturas que reproducen una gran diversidad cultural adaptada en cada caso al ambiente selvático nada uniforme, es un ecosistema sumamente frágil con suelos pobres en sustancias nutritivas y es considerado como una enorme “máquina del clima”, tanto por su elevada producción de oxígeno, como por su característica de un “molino de viento” que revuelve las masas de aire húmedo en todo el hemisferio sur del continente americano»[47].


Toda la Panamazonía comprende una región compartida por nueve países: Brasil, como país propiamente amazónico con un 70% de su territorio. Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia, son los denominados países andinos – amazónicos. Luego están Guyana, Surinam y Guyana Francesa que son los países que pertenecen a la franja del Atlántico[48]. En este trabajo nos enfocaremos en una parte de la Amazonía peruano – ecuatoriana.


Entonces, empezamos a hacernos algunas preguntas: ¿qué importancia tiene la Amazonía hoy?, ¿qué están proponiendo los pueblos amazónicos desde su cultura?, ¿y por qué tendríamos que preocuparnos por la naturaleza, por toda la Panamazonia? 


El Papa Francisco quiere darnos una respuesta: «toda la naturaleza, además de manifestar a Dios, es lugar de su presencia»[49]. Es más, «es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos»[50]. Pueblos que viven en armonía con la naturaleza, «en armonía plena con toda la creación»[51], conforme vivía Jesús y conforme hoy viven los pueblos amazónicos.



III. Dialogar sin distancias, sobre todo en la Panamazonia


Para empezar esta tercera parte, queremos afrontar el tema a la manera del Papa Francisco, con «un’apertura al dialogo senza distanze»[52]. Una actitud resaltada por Antonio Spadaro al cumplirse cinco años del Pontificado de Bergoglio. Porque el diálogo intercultural no es una cuestión utópica. Y si así lo fuese, convendría asumir lo que el mismo Bergoglio escribía, acerca de la utopía, cuando era cardenal en la ciudad de Buenos Aires – Argentina, entre los años 2002 – 2005: «l’utopia è la forma che prende la speranza in una concreta e determinata situazione storica»[53]. Por ello, plantear esta actitud no será fácil en el contexto de la Evangelización, porque tal actitud exige conversión. Sin embargo, hay experiencias que por su audacia misionera, son realmente verdaderas vivencias que hoy nos animan como Iglesia en salida[54]. Y esas experiencias las queremos recoger de los misioneros que trabajan entre los pueblos indígenas de la Amazonía peruano – ecuatoriana. Traemos a la memoria a: Juan Marcos Mercier (Padre Coquinche), José Miguel Goldáraz (Padre Achakaspi), Luis Bolla (Padre Yánkuam’), entre otros. Estos misioneros han asumido comportamientos, pero sobre todo, actitudes que hoy nos interpelan cuando queremos responder al llamado que hará la próxima Asamblea especial del Sínodo de Obispos de la Región Panamazónica, que se realizará en octubre del 2019 y tendrá como tema: «Amazonía: Nuevo camino para la Iglesia y para una ecología integral»[55]. Acontecimiento más que desafiante, no solo para la Iglesia en la Panamazonia, sino para toda la Iglesia Universal.


Partamos de esta afirmación: El ser humano, es un ser –en relación con los demás de su especie–, no sólo comparte una lengua, costumbres, valores, formas de pensar o actuar; no sólo vive o se encuentra en medio de la diversidad, sino que también, hace uso de aquello que le es propio: dialogar y/o conversar. Incluso, y lo afirmará el antropólogo Marco Aime, «la nostra mente si nutre di relazioni: siamo perché ci relazionamo con l’altro e con il mondo che ci circonda. È sull’esperienza del dialogo che la mente si forma, si modella, vive, crea e si evolve»[56]. Es aquí que hacemos la conexión. La actitud que desafía a la gran mayoría de la sociedad en general, y por consecuencia, a la Iglesia, es aquella actitud que nos toca lo más profundo de nuestro ser humano: la dignidad de sentirme igual frente al otro, de abrirme a su comprensión y de permitir que también el otro descubra en mí, más de aquello que nos une, de aquello que nos separa. Por esta razón nos detenemos en el concepto diálogo para comprenderlo mejor.


Diálogo


Si hablamos de relación, intercambio, participación, producción de significados, compartir símbolos culturales, entre otros, todo esto nos lleva a pensar en un concepto fundamental para la concretización de estos actos. Y este concepto es: el diálogo. «Dialogo deriva dal greco dià-légein: dià è una preposizione che indica separazione (come nel termine «diaspora»), discordanza (come in «diatriba»), ma anche reciprocità (come in «diagonale»); légein significa parlare, ma legare, raccogliere. Attraverso il dialogo, quindi, si lega ciò che è separato, si uniscono i diversi. Il dialogo presuppone l’incontro di alterità e uno sforzo di relazione che passa per l’ascolto e il riconoscimento dell’altro come interlocutore (l’elemento della reciprocità)»[57].

Pero también hay otros términos: encuentro y alteridad. Estos dos, desde el punto de vista filosófico son fundamentales en esta primera definición del concepto diálogo. Encontramos también otros términos ligados estrechamente al concepto de diálogo; ellos son: cercanía, proximidad, relación con los otros. Estos crean un ligamen que nos lleva a nuevos conocimientos, a nuevos reflejos y a nuevas interpretaciones de la realidad.


De ahí que, en consideración a estos desafíos que se presentan en un contexto amazónico, el diálogo se vuelve en el «motor central de la negociación […]. Es la “solución” del problema en el sentido literal del término»[58]. Con esta premisa, presentamos el aporte de Norbert Bilbeny, quien como catedrático de Ética en la Universidad de Barcelona, tiene escritas algunas obras en filosofía moral y política. Ha desarrollado, en el quinto capítulo[59] –Estructura del diálogo– de su libro: “Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto”, un aporte muy importante sobre el tema del diálogo. Aquí algunas de sus afirmaciones:


Subraya que, «dialogar no es un milagro, aunque parezca imposible […] Pero “diálogo” y “condiciones para el diálogo” es un contrasentido. El diálogo no compromete otra cosa que a dialogar. Para que haya diálogo no se necesita ser amigos ni querer serlo, […] Es idealismo, no realismo […] O aún más importante que eso: dialogar no significa que una parte considera a la otra o que se rebaje a su nivel. El temor a ser humillado. Por eso, aunque dialogar no sea un milagro, es algo tan difícil para muchos. […] Negociar requiere siempre comunicar […], una forma concreta de comunicación, el diálogo, parece en muchos casos funcionar, pero su valor interpersonal y efectos inmediatos, como el corazón mismo de la lógica de la comunicación […] el diálogo es el más poderoso medio de estímulo en toda negociación […]. La mejor negociación consiste en dialogar»[60].


En concordancia con Bilbeny, podemos ver, en cierta manera, que la historia de Occidente moderno «es la historia de una colosal falta de diálogo»[61]. Son muchos momentos de la historia que nos pueden ‘caricaturizar’ esta falta de diálogo. Si se le dio al hombre esa capacidad de transmitir sus sentimientos, sus pensamientos, sus necesidades, pareciera que este sumo bien, llamada palabra, todavía no se ha empoderado del todo bien en él. «Decir lo que es, pero también lo que hubiéramos querido decir: esos son los peligros de la palabra […]. Un diálogo sincero no puede guardar lo no dicho»[62], entonces en definitiva ¿qué es el diálogo? El profesor Bilbeny lo desarrolla así: «Dialogar hace que los participantes vayan sustituyendo las exclamaciones por preguntas, las exigencias por propuestas, los hechos consumados por intereses o ideas, y la idea de vencer por la de resolver […], el diálogo es tan deseado por unos y tan indeseable por otros […]. El diálogo ha hecho al logos y el logos es lo que hace al hombre: hemos evolucionado porque hablamos. El diálogo es una de nuestras fuerzas evolutivas»[63]. Entonces resulta que, en esta reflexión este concepto se ubica en la parte central de todo este trabajo.


De manera que, nos hacemos junto al autor, la pregunta, ¿por qué es tan difícil definir el concepto diálogo?: «el diálogo es tan natural y a la vez esencial en la cultura que tenemos cierta dificultad para definirlo. En definitiva: ¿qué es un diálogo?


Veamos como Norbert Bilbeny lo presenta: «Es un proceso de comunicación oral entre dos o más personas que, en un mismo espacio y tiempo, y con la intención de escucharse unas a otras, hablan alternativamente entre sí, intercambiando su pensamiento y atentas a la posibilidad de modificarlo según se van escuchando mutuamente»[64].


Subrayamos estos conceptos que refuerzan esta definición y nos ayudarán en la propuesta; estos son: comunicación oral, escucha, alternancia, intercambio. En fin, la mayoría de los autores que han desarrollado el concepto de diálogo, coinciden por lo general que este es un proceso. 


Diálogo, una exigencia y desafío hoy


Si miramos los contextos actuales al inicio de este siglo XXI, especialmente aquel contexto, donde la confrontación, el conflicto social, los rompimientos de políticas y relaciones entre países, naciones, incluso, sociedades y/o culturas, estos factores marcan un nuevo desafío sobre todo en esta Sociedad de la Información. El rasgo característico de este contexto es que las nuevas tecnologías han creado nuevos tipos de relaciones. Sin embargo, este impacto cultural que ha provocado las tecnologías, no es nuevo; ya en los años noventa del siglo pasado, la socióloga Wendy Griswold había desarrollado en el séptimo capítulo de su libro “Sociologia della cultura”, una amplia visión a la que ella llamará «la Cultura in un mondo connesso»[65]. Según Griswold, Mike Featherstone y Rogers Burrows se interrogan sobre las consecuencias de la revolución tecnológica producida por los nuevos medios y cuáles serían sus impactos en nuestros días[66]. Notaremos que hoy la comunicación corre veloz. Por ende, vemos cómo se va presentando una cuestión que nos permite repensar cuál sería el rol del diálogo en un mundo interconectado. Frente a esta realidad, la socióloga afirma que «se il mondo sta diventando progressivamente interconnesso, significa che ci stiamo dirigendo verso una singola omogenea cultura, ciò che McLuhan a suo tempo ha chiamato «villaggio globale»? O piuttosto la maggiore interconnessione aumenta le differenze tra le società. Come un sistema televisivo via cavo che è accessibile ad ogni casa ma ha un diverso canale per ogni gusto immaginabile, anche la portata universale dei media elettronici genera forse una proliferazione di sottili distinzioni e di singole culture local?»[67].


No obstante, vemos que hay una dicotomía entre la realidad urbana y aquella rural que se ubica a lo largo de los pueblos de la Amazonía peruana. En los pueblos indígenas, se constata la falta de interconexión con la ciudad. Los intentos por conectar a través de internet la región de la Amazonía peruana, por ejemplo, están en fase de prueba todavía. Los proyectos piloto por interconectar los pueblos amazónicos avanzan a paso muy lento y por razones diferentes[68]. A propósito, son proyectos que pueden ser de alta tecnología, pero entrando en la realidad de los pueblos, no se puede de golpe ofrecer un nuevo paradigma cuando todavía no se ha conocido a fondo lo que cada pueblo encierra y nos ofrecería cuando se trata de hablar de comunicarse y de dialogar.


Sin embargo, en la línea del Papa Francisco cabe hoy recordar: Evangelizar hoy la Panamazonia implica «primerear: […] La comunidad evangelizadora […] sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos […]. ¡Atrevámonos un poco más a primerear! […], involucrarse»[69]. Cierto que la tecnología ofrece varias cosas, pero para dialogar con los pueblos ancestrales, no es suficiente imponerles el peso que conlleva todo lo que las nuevas tecnologías traen consigo. Evangelizar la Panamazonia implicaría primero salir, visitar, adentrarse, navegar entre los profundos ríos, y las bellezas de sus quebradas y bosques.


Para ilustrar esta parte de la reflexión, recojamos de Serge Latouche en la primera parte de su libro “La apuesta por el decrecimiento”, las palabras de Arundathy Roy quien afirma: «Sólo tenemos una cantidad limitada de bosques, de agua, de tierra. Si los transforman todos en aires acondicionados, en patatas fritas, en coches, llegará el momento en que no tendrán nada»[70]. En seguida, es aquí donde se hacen eco las palabras del Papa Francisco: «Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos»[71]. En consecuencia, allí está el desafío que nos lanza el Pontífice, «esta encíclica se abre a un diálogo con todos, para buscar juntos caminos de liberación»[72]. Un desafío incluso, para el no creyente. A causa de esto, nuestra vocación como Iglesia sería «escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres»[73].


Cuando el Papa Francisco viajó a Perú, en el encuentro de Puerto Maldonado, mostró su primer interés para con los pueblos de la Amazonia: «considero imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos; asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias. Un diálogo intercultural en el cual ustedes sean los “principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios”. El reconocimiento y el diálogo será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación»[74]. Papa Francisco junto a los indígenas nos invita no solo al diálogo, sino, y sobre todo, a tener un diálogo intercultural.


Hacia un diálogo intercultural


El Ministerio de Cultura del Perú, a través de la Dirección General de Ciudadanía Intercultural, ha desarrollado políticas en materia de interculturalidad, pueblos indígenas y población afroperuana. Tiene como uno de sus objetivos el promover la diversidad cultural y la lucha contra la discriminación étnica. En el documento encontramos una definición de la cual coincidimos en el planteamiento de esta propuesta. El documento señala que: «El Diálogo Intercultural es un proceso de comunicación e intercambio que puede traducirse en la interacción entre dos o más individuos y/o grupos que provienen de diferentes orígenes o culturas, donde cada uno de ellos manifiesta sus ideas, opiniones, brinda información y/o busca establecer acuerdos o aceptación de divergencias en un ambiente de respeto y reconocimiento de las diferencias culturales, a través de relaciones de simétricas y de reciprocidad»[75].


Dada la pluralidad cultural existente en el Perú, y frente a las reformas para modernizar el Estado, en este documento se da énfasis al diálogo intercultural, porque este «se trata de un proceso que abarca el intercambio abierto y respetuoso de opiniones entre personas y grupos con diferentes tradiciones y orígenes étnicos, culturales, religiosos y lingüísticos, en un espíritu de entendimiento y respeto mutuos»[76]. A nuestro parecer, se trata de un justo enfoque intercultural en las acciones que orienten al Estado respecto frente a propuestas que tengan que trabajar, sobre todo con los pueblos indígenas.


Y para ayudarnos en la comprensión de este concepto, Miquel Rodrigo Alsina, al final de su libro “la comunicación intercultural”, resalta una guía planteada por J. Escoffier, respecto a cómo llevar a cabo este diálogo intercultural:


Plantea cinco puntos esenciales: «1. Nada es inmutable. Cuando se inicia un diálogo uno debe estar potencialmente abierto al cambio. 2. No hay posiciones universales. Todo está sujeto a crítica. 3. Hay que aprender a aceptar el conflicto y la posibilidad de que se hieran los sentimientos. 4. Hay cierta perversidad en la historia que nos han enseñado. Nuestras identidades se han hecho en oposición a la de los otros. 5. Nada está cerrado. Cualquier cuestión puede siempre reabrirse»[77]. En suma, el diálogo intercultural ¿qué implicaría?, ¿cómo desarrollarlo?, ¿qué elementos resaltan en este proceso? Para responder a estas preguntas, intentaremos leer las experiencias misioneras de algunos que por años han logrado entrar en este proceso intercultural, partiendo de un ambiente particular, donde la diversidad, el otro diferente de mí, son las primeras realidades con quienes me encuentro.

 
Desde la Amazonía peruana, experiencias misioneras de diálogo intercultural


Después de haber recorrido por diversos enfoques, empecemos a reflexionar desde la Teología. Nos viene a la mente una serie de experiencias y vivencias que la práctica misionera nos regala. Estas a su vez transmitidas y compartidas, hacen que la reflexión nos lleve a desarrollar una Teología desde la experiencia. Y en este sentido la misión entre los pueblos de la Amazonía tiene un matiz muy enriquecedor. La Teología es capaz de encontrarse y dialogar abiertamente con otras culturas, de por sí diferentes, porque ha sabido encontrar en estas culturas, aquellos elementos que nos unen más, de aquellos que nos separan. Son esos valores, a los que llamamos Semillas del Verbo, lo que nos toca identificar en medio de las diversas poblaciones. Porque «los pueblos originarios son pueblos profundamente espirituales y conscientes de esa realidad espiritual que nos constituye, nos relaciona y nos define. Quienes trabajamos pastoralmente con ellos, nos acercamos –como Moisés ante la zarza ardiente– con los pies descalzos, porque tocamos tierra sagrada»[78].


Este fue el énfasis que tuvo el Papa Francisco en su visita a la Amazonía peruana, en Puerto Maldonado, cuando dirigiéndose a los pueblos indígenas les dijo: «Quise empezar por aquí la visita a Perú. Gracias por vuestra presencia y por ayudarnos a ver más de cerca, en vuestros rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual. Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: «Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa» (Ex 3,5)»[79]. Es el mismo Pastor de la Iglesia quien con sinceridad reconoce toda esta riqueza, sabiduría y conocimiento que los pueblos amazónicos pueden ofrecer a toda la Iglesia para retomar un nuevo proceso de Evangelización que escuche y dialogue con quienes también, desde este lado siguen las enseñanzas de Cristo y los valores del Reino.


En este contexto se mueve hoy el Espíritu en la Iglesia Panamazónica. Una Iglesia que articula sus experiencias misioneras entre los indígenas, donde «las culturas marcan diferencias simbólicas, ideológicas, materiales y fronteras geográficas entre pueblos y grupos sociales»[80]. Y es justamente allí, entre las diferentes personas y culturas, es que «existe la dificultad de la comunicación»[81]. Aquí cobran un papel fundamental los “pioneros de la comunicación intercultural en la Amazonía”. Nos referimos a la audacia misionera emprendida por hombres y mujeres que han querido responder por décadas a la exigencia de la misión en la Panamazonia, con una “pastoral misionera” que «puede significar el envío a un diálogo interreligioso en la Amazonía»[82]. Uno de los desafíos para el próximo Sínodo.


Paulo Suess afirma categóricamente: «la comunicación, la hermenéutica y el diálogo intercultural nos introducen a un debate»[83]. La llamada comunicación intercultural de la fe[84] que nos desafía a hacer teología desde nuestras experiencias misioneras. Empezaremos a presentar algunas propuestas de diálogo intercultural asumidas por algunos misioneros, incluso, uno de ellos sigue hoy trabajando, recorriendo ríos, cochas y quebradas.



Juan Marcos Mercier, OFM[85]

 
El Padre Coquinche, como comúnmente lo llamaban, dedicó casi cuatro décadas de su vida conviviendo con los pueblos napurunas. A inicios de los años 60, había llegado a la jurisdicción del Vicariato Apostólico San José del Amazonas, un misionero canadiense que cobrará fuerza al asumir el reto de evangelizar las poblaciones indígenas de la cuenca del río Napo, en la región Loreto – Perú. Fue el iniciador de la primera experiencia de Educación Intercultural Bilingüe en Perú; denominada: Programa de Educación Bilingüe Intercultural del Alto Napo (PEBIAN). La periodista ecuatoriana Milagros Aguirre[86], entrevistó en exclusiva a los sacerdotes, al capuchino español, José Miguel Goldáraz, OFM Cap y Juan Marcos Mercier, OFM haciendo de sus testimonios un interesante libro –traducido al italiano–[87] que recoge la experiencia misionera con los pueblos kichwas, huitotos, secoyas, entre otros de la cuenca del Napo peruano – ecuatoriano.


Los años 70 eran tiempos de reformas en el Perú, emprendidas por el presidente Juan Velasco Alvarado. Las poblaciones indígenas empiezan a ser reconocidas como pueblo. Leyendo la historia, muchos pueblos por varias décadas fueron sometidos a situaciones de esclavitud[88]. Eran caucheros o terratenientes provenientes Europa, asentados en la ciudad de Iquitos, los primeros responsables de lo que hoy se llamará “el Etnocidio Cauchero”. Los pueblos indígenas de la Amazonía que supieron resistir a la vorágine de estas empresas, vivieron situaciones extremas de abandono y exclusión, incluso de separación de sus territorios. Con este contexto se encuentra el Padre Coquinche, quien al convivir con los napurunas, analiza los dos grandes problemas que encontró en los pueblos amazónicos: «se il tema delle terre fu il primo passo, il secondo fu il tema dell’educazione»[89]. Entonces, emprendió esta tarea en medio de una selva no solo difícil sino también lejana, «era un impossibile. Dicono che solo l’impossibile è stimolante. E così passai la vita sul fiume, visitando di casa in casa, cercando di iniziare l’educazione bilingue sulle due sponde del Napo. In Iquitos facemmo due corsi di kichwa per professori meticci e nel 1973 incominciammo l’educazione bilingue»[90]. Juan Marcos Mercier aplicó en la misión el diálogo intercultural para conocer, rescatar y valorar las tradiciones, mitos y creencias que los pueblos contaban.


Entró en la cultura. Tuvo que aprender la lengua kichwa. Visitaba casa por casa, pueblo por pueblo. Fueron muchos años donde pudo registrar lo que escuchaba de la gente, sobre todo de los ancianos y autoridades comunales. Empezó lo que él llamará, un renacer entre los napurunas. Su testimonio lo aclara: «diventavo indigeno tra gli indigeni […] Sono un convertito. Quella conversione, quel rinascere, mi riempe, mi piace, mi permette di stare in unione con Dio e con il cosmo in una manera diferente, in una forma che non ho mai pensato»[91]. Su libro por excelencia “Napu runapa rimay”[92], representa el fruto de todo ese proceso de escucha que sistematizó luego para perennizar así los mitos y la historia del pueblo napuruna.


Padre Coquinche publicó varios textos que revelan el fruto de este –llamémoslo– diálogo intercultural. En uno de sus escritos se dejaba sentir lo que los ancianos indígenas le enseñaban: «La Naturaleza tiene sus Madres, sus Kurakas. Los Espíritus cuidan de la Naturaleza. Nosotros también las cuidamos. La selva no debe acabarse. Por eso cortamos sólo la madera que necesitamos para hacer una casa, una canoa, un remo y para hacer la leña»[93]. Vemos en la simplicidad de cada expresión como se puede ver un profundo sentido de pertenencia y de respeto, no solo por el otro sino también, respeto por la naturaleza. Para los napurunas, la tierra y el río lo es todo. «Nuestros viejos tenían su propia manera de usar la tierra. Para ellos, la tierra era de la comunidad. Hoy también entre nosotros, la tierra no es de un solo dueño. Es propiedad comunitaria de todos»[94]. Estas palabras son el producto de este intercambio nacido en un contexto de diálogo intercultural. Es en la experiencia de diálogo que vivió, lo que le dio los elementos para comprender la cultura napuruna.


Respecto al tema de cómo es la relación con Dios y valores espirituales napurunas, Padre Coquinche lo tuvo claro desde el inicio cuando los ancianos le decían: «Los indios de América somos muy religiosos. Sabemos que el mundo tiene su Padre o su Madre. Nosotros los indígenas tenemos nuestra propia manera de vivir con Dios. Tenemos nuestras creencias, nuestras reglas de conducta. Tenemos una espiritualidad de cazadores, de pescadores, de chakareros. Repetimos ritos antiguos. Tenemos nuestros objetos sagrados, nuestros lugares sagrados, nuestros textos sagrados, tenemos también nuestros tiempos sagrados […] Desde antiguo tenemos las enseñanzas de Dios NuestroPadre y buscamos hacerles caso. Lo que cuentan nuestros padres no son cuentitos para divertir niños. Son historias sagradas para enseñarnos una sabiduría, una espiritualidad, una conducta de vida»[95]. Estos testimonios representan hoy para nosotros ese desafío que la comunicación intercultural, a través del diálogo intercultural, que la Iglesia en la Amazonía está llamada a respetar y revalorar. Continua la pregunta: «Come contribuisce la comunicazione a creare un clima di rispetto, e non sola tolleranza, nei riguardi della diversità?»[96]. Una pregunta que nos la tenemos que hacer con una total humildad y abiertos al accionar del Espíritu Santo en la Iglesia.


José Miguel Goldáraz, OFM Cap[97] 


Junto al Padre Coquinche se encontraba, pero al otro lado de la frontera, otro misionero con quien compartía sus aventuras en la misión. Es llamado por los pueblos naporunas ecuatorianos, el Padre Achakaspi[98]. Su espíritu misionero todavía hoy lo lleva a recorrer en canoas todos los pueblos de la cuenca. Por décadas junto al Padre Coquinche recogieron testimonios de los ancianos de cada pueblo, elaborando con los años importantes textos para comprender no solo la lengua, sino también la vida misma. Escribía una dedicatoria en uno de sus libros: «A la Amazonía, comunidad de mitos y leyendas. Espacio único para el goce de la armonía y del eterno dinamismo de los espíritus. Para los naporunas, inigualables maestros de la vida más “original” que lo que cualquier intelectual pudiera imaginar. Donde las utopías se hacen vida cotidiana y la fantasía es la “puritica” verdad»[99].


Aprender la lengua kichwa, convivir con ellos, asumir la cultura, pero sobre todo aprendiendo sus valores, llevó a estos dos misioneros a sistematizar estos mitos y leyendas que escuchaban de boca de los ancianos del pueblo. Del mismo modo, siguiendo la lógica de Ricoeur, cuando se refiere al texto bíblico; podríamos señalar que «le narrazioni, i miti e i simboli […] “fanno pensare” […] e danno occhi per vedere la realtà umana, biologica e fisica in modi nuovi ed eticamente significativi»[100]. Y esto es lo que hace rica esta propuesta intercultural. Que estos relatos no se pierdan, sino que permanezcan en medio de la vida de los pueblos y del desarrollo de su cultura ancestral. De allí que el trabajo de años de los misioneros encierra una herencia grandiosa para comprender mejor la evangelización en estas tierras. Las palabras del Papa Francisco siguen resonando entre los pueblos de la Panamazonia: «Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región»[101]. Una herencia sin duda con un grande contenido intercultural.


Luis Bolla, SDB[102]


El Padre Yánkuam’, conocido así por los pueblos achuar tanto del Ecuador como del Perú, es uno de los misioneros, proveniente de Italia, que se adentró a la Amazonía a inicios de los años 50. Podríamos llamar a esta experiencia misionera una de las más originales y radicales del postconcilio. Desentrañó los secretos de las culturas con aquel contacto, lo menos destructor posible. Sentía cierta disconformidad con el estilo de una misión tradicional. Al mismo tiempo, quería ir a un pueblo que jamás fue evangelizado. Y pidió ser admitido en medio de los jíbaros como huésped. No adquiriendo ninguna tierra, no fundando una misión. Viviría entre los achuar como huésped, adoptando su estilo de vida, comida, casa, pero sin perder su identidad de sacerdote y religioso. Sin ningún apoyo económico sea del Vicariato como de su congregación[103], como así lo podemos encontrar en sus memorias misioneras.


Para establecerse en medio de los achuar, el Padre Yánkuam’ planteará una propuesta, que leída hoy, contiene todos esos elementos del diálogo intercultural del cual estamos reflexionando. Era setiembre de 1971, escribía acerca del pueblo achuar: «para compartir mi vida con él, tratando de no imponer mi cultura, fortaleciendo su cultura e identidad, y ayudándolos a enfrentarse con la cultura envolvente más fuerte de los shuar y de los blancos y mestizos, sin perder su propio nombre, sus valores, ofreciéndoles la luz del mensaje del Evangelio, respetando su libertad»[104]. Lo podemos considerar “el testamento intercultural” del P. Bolla.


En realidad son muchos los misioneros y misioneras que han entrado en diálogo con los diversos pueblos amazónicos. Pueblos que por siglos han sido vistos no sólo como diferentes, sino como inexistentes. Conviene aquí, rescatar la afirmación que al respecto hace Mariangela Giusti: «in tutte le epoche della storia, gli altri sono stati definiti in vari modi dai diversi popoli: barbari, selvaggi, pagani, infedeli»[105]. Sin embargo, para la Iglesia local en la Amazonía esto no era un impedimento para ir hacia ellos, sino todo lo contrario. Desde el primer encuentro “transamazónico” de Misiones[106] promovido por el Consejo Episcopal Latinoamericano, realizado en la ciudad de Iquitos – Perú, el año de 1971 hasta hoy, la Iglesia de la Selva o Iglesia Amazónica ha mantenido una actitud de diálogo entre los obispos, misioneros, antropólogos, sociólogos, más o menos comprometidos con la compleja problemática del hombre y mundo amazónico, que ha significado y sigue significando una prioridad en la Misión y en la Evangelización. Aunque «il dialogo è sempre difficile, ma la Chiesa ha sempre sostenuto che ci deve essere un modo no violento, non paternalista e razionalmente valido di includere le fonti religiosi in un discorso etico pubblico con i non credenti e i credenti di altre religioni che cerca il bene comune (LS 63-64)»[107]. En consecuencia, esta actitud exige «un diálogo constante»[108] que involucre diferentes actores.



Conclusión


Dialogar es apertura al otro. Esta es la actitud. No es solo buena voluntad, se trata de que podamos exponer nuestro ser, lograr aceptar el universo del otro. Se trata de renunciar, pero renunciar a todo lo que nos impide conocer y abrirse a nuevas realidades. Es hora de «entrar en diálogo hacia respuestas integrales»[109], es hora de «superar individualismos»[110]. Papa Francisco nos dice que «la apertura a un “tú” capaz de conocer, amar y dialogar sigue siendo la gran nobleza de la persona humana»[111].


La interculturalidad es más que un desafío. Es nuestra identidad hoy. Cuando Maddalena Colombo escribe acerca de quién tiene miedo a la interculturalidad, señala que «l’idea di interculturalità nasce dalla volontà di superare gli approcci attraverso cui, nel tempo, si è regolata la convivenza tra persone e gruppi di diversa matrice culturale. Né l’assimilazionismo, né il multiculturalismo (melting pot) hanno portato all’annullamento dei conflitti, pertanto le speranze sono state riposte nella “terza via” dell’interculturalità»[112]. Es un modo obligatorio de evangelizar hoy. Más aún, «c’è ancora bisogno di formazione alla competenza interculturale»[113]. Otro profundo tema a trabajar en la misión y la pastoral.


La interculturalidad es un asunto donde todos estamos llamados a involucrarnos, no solo para desarrollarla, sino para ejercitarla. «The study of intercultural communication (IC) is thus also quite interdisciplinary in nature»[114]; un tema sobre todo para la Teología de la Misión. Porque «la interculturalidad implica siempre comunicación intercultural, interacción con lo distinto»[115]. Entonces resulta que, en este contexto intercultural, si «la Chiesa Cattolica è aperta al dialogo con il pensiero filosofico»[116], de modo similar, la Iglesia también debe estar abierta al diálogo con los indígenas porque ellos representan hoy esas «nuevas situaciones históricas»[117]. De tal manera que, «así como la vida y el mundo son dinámicos, el cuidado del mundo debe ser flexible y dinámico»[118], entonces, los indígenas deben participar en este cuidado, porque «ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado»[119]‘Ad portas’ del próximo Sínodo del 2019,  en lo que respecta a «la recepción del retorno del Evangelio que recorrió el mundo urbano, el mundo de los pobres y las aldeas indígenas, la Iglesia Universal está no sólo ante un desafío, sino ante una gracia de Dios»[120].


Sin embargo, dialogar en un contexto intercultural no es suficiente. Hay otro principio que se une al principio del diálogo, que como consecuencia se desprenden muy bien uno del otro. Es “el principio de la escucha”. Allí está la riqueza de estos dos principios[121]. Ambos se cruzan, se complementan, se abren el uno al otro. Ambos constituyen en ser los dos principios fundantes de todo proceso de reflexión, de educación, de evangelización, de crecimiento en el espíritu que es uno. Por lo tanto, «bisogna mettersi in ascolto dell’esperienza dei poveri, ad esempio, consultando le comunità aborigene nei grandi progetti di sviluppo (LS 146; 183)»[122]. En términos de la Encíclica, y tomando como ejemplo la vida de los misioneros que han dado y siguen dando testimonio en tierras de misión en la Panamazonia, el llamado consiste en vivir la conversión ecológica, o sea, «è fare un’esperienza di gratitudine e gratuità, di disponibilità alla rinuncia e di generosità creativa e propositiva (n.220)»[123]. Porque también la conversión tiene un carácter integral.


El diálogo intercultural en la Panamazonia continúa siendo parte de su práctica misionera. Los diferentes encuentros de la Pastoral Indígena, los encuentros de las Comunidades Eclesiales de Base y ahora en la REPAM son la expresión de que el diálogo es posible. Otro elemento que va de la mano con esta actitud es la preocupación por la casa común. Fe en Dios como también el cuidado de nuestra “casa grande”. Y nos referimos a un Dios que le ha dado a la creación «un carácter dialógico. Por esto, siendo la creación ‘expresión o dicción de Dios’ es en cierto modo una manifestación natural de Dios»[124]. Es más, «con la parola, una storia comincia: è l’inizio del dialogo»[125]. La reflexión teológica nos ayuda a comprender cómo en medio de esta creación, los pueblos indígenas dialogan con Dios. Y cómo a través de este contacto con la natura, logran una profunda conexión de fe y vida, expresado en la gama de sus valores que sostienen esta relación con Dios, con los demás y con todo lo creado. Valores que continúan transmitiéndose entre las comunidades, en las familias, y de padres a hijos. De allí que en la Panamazonia «la práctica de la cultura y sus valores son el lugar de encuentro con Jesús que se encarna en ellos. El Reino de Dios para Jesús está allí donde se viven los valores»[126].


«Entablar, pues, un diálogo con esas culturas antiguas, que tratan de volver a surgir hoy con renovado ímpetu y reconocer su profunda religiosidad, es una tarea imprescindible en América Latina, para lo cual hay que tomar un ambiente de confianza y cercanía, tratando de rescatar los innumerables valores presentes en esos pueblos y su deseo de vivir su cercanía al Dios de la Vida»[127]. Son las palabras de Mons. Octavio Ruiz Arenas, delegado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el III Simposio Latinoamericano sobre Teología India, realizado en la ciudad de Guatemala del 23 al 28 de octubre de 2006.


En fin, recordemos al Papa Benedicto XVI, estaba en la Aula Magna de la Universidad de Ratisbona, Baviera un 12 de setiembre del 2006. Nos preguntamos: ¿a qué refiere el Papa Benedicto XVI con estas sus palabras?: «sólo lo lograremos si la razón y la fe se reencuentran de un modo nuevo, […], la teología, no sólo como disciplina histórica y ciencia humana, sino como teología auténtica, […] debe encontrar espacio en la universidad y en el amplio diálogo de las ciencias. […] Sólo así seremos capaces de entablar un auténtico diálogo entre las culturas y las religiones, del cual tenemos urgente necesidad»[128]. Entonces, nos está hablando del diálogo. Que no es sino la insistencia del Papa Francisco en toda la Laudato si’. Urgente el diálogo pero en clave intercultural. Intuición que con audacia misionera tuvieron y tienen los “pioneros de la comunicación intercultural en la Amazonía”.


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Notas bibliográficas

[1] FRANCISCO, Laudato si’, 24 mayo 2015, 116.

[2] A. CANEVARO, Ci può essere dialogo al riparo da ogni rischio?, 47.

[3] P. FREIRE, Pedagogía del oprimido, 88.

[4] Cf. G. WHELAN, La persona umana: causa o soluzione della crisi ecologica?, 110.

[5] M. CHOSSUDOVSKY, The globalization of poverty and the New World Order, 1.

[6] CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Carta Pastoral: Discípulos misioneros custodios de la Casa Común, 41.

[7] FRANCISCO, Laudato si’, 21.

[8] FRANCISCO, Laudato si’, 54.

[9] G. CICCHESE, Antropología del diálogo. Hacía el “entre” de la interculturalidad, 56.

[10] G. CICCHESE, Antropología del diálogo. Hacía el “entre” de la interculturalidad, 56.

[11] V. ROMEU ALDAYA, Diálogo y comunidad, 71.

[12] E. GUGENBERGER (Ed.), Comunicación intercultural en América Latina, 11.

[13] A. MUCCHI FAINA, Comunicazione interculturale. Il punto di vista psicologico-sociale, 8. 

[14] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 27. 

[15] R. PANIKKAR, Pluriversum. Per una democrazia delle culture, 21.

[16] Cf. FRANCISCO, Encuentro con los pueblos de la Amazonia. Discurso del Santo Padre. Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado), (19.01.2018), en http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2018/january/documents/papa-francesco_20180119_peru-puertomaldonado-popoliamazzonia.html, (17.03.2018).

[17] FRANCISCO, Laudato si’, 102

[18] FRANCISCO, Laudato si’, 38.

[19] FRANCISCO, Laudato si’, 56.

[20] CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Carta Pastoral: Discípulos misioneros custodios de la Casa Común, 28.

[21] FRANCISCO, Laudato si’, 53.

[22] Cf. FRANCISCO, Laudato si’, 101, 110.

[23] P. FREIRE, Pedagogía del oprimido, 87.

[24] Cf. E. GUGENBERGER (ed.), Comunicación intercultural en América Latina: ¿Del conflicto al diálogo?, 7.

[25] F. KÖRNER, Dialogo come collaborazione, 115.

[26] V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Documento conclusivo, (31.05.2007), en http://www.celam.org/aparecida/Espanol.pdf, (17.05.2018), 86. También en FRANCISCO, Laudato si’, 38.

[27] Cf. L’OSSERVATORE ROMANO, Un sínodo para el Amazonía, (16.10.2017), en http://www.osservatoreromano.va/es/news/un-sinodo-para-el-amazonia-spagn, (06.05.2018).

[28] CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Carta Pastoral: Discípulos misioneros custodios de la Casa Común, 10.

[29] F. KÖRNER, Dialogo come collaborazione, 119.

[30] «En los años 2008 y 2009, la Amazonía peruana se convirtió en el centro de atención a raíz de los conflictos socioambientales generados por la expansión de iniciativas de inversión y explotación de los recursos naturales». Lo afirma Margarita BENAVIDES, en el “Atlas de comunidades nativas y áreas naturales protegidas del nordeste de la Amazonía peruana”, pág.17.

[31] Cf. PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (29.06.2004), en http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html, (06.05.2018).

[32] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 40. 

[33] Cf. C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 10. 

[34] Le dimensioni culturali di Geert Hofstede sono ampiamente utilizzate nei seminari e nei corsi sulla vita interculturale, e si possono trovare spiegazioni in molti libri e articoli. Si veda http:// www.geert-hofstede.com/ per una panoramica della sua opera. 

[35] M. WEBER, Discernimento Vocazionale in un Mondo Interculturale, 2.

[36] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 17.

[37] M. HEISE, Interculturalidad: Creación de un concepto y desarrollo de una actitud, 13.

[38] R. PANIKKAR, Pluriversum. Per una democrazia delle culture, 25.

[39] R. PANIKKAR, Pluriversum. Per una democrazia delle culture, 25.

[40] M. J. BENNETT, Principi di comunicazione interculturale. Paradigmi e pratiche, 29.

[41] M. J. BENNETT, Principi di comunicazione interculturale. Paradigmi e pratiche, 24.

[42] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 40.

[43] M. RODRIGO ALSINA, La comunicación intercultural, 64.

[44] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA, Manual de comunicación intercultural, 40.

[45] Cf. R. PANIKKAR, Pluriversum. Per una democrazia delle culture, 20.

[46] M. J. DOUROJEANNI, Amazonia ¿qué hacer?, 25.

[47] G. GRÜNBERG, ¿Existe una política de desarrollo compatible con la diversidad cultural?, 97. 

[48] Cf. F. GUTIÉRREZ REY, Amazonia, ordenamiento, urbanización y cartografía, en http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal11/Procesosambientales/Ecologia/02.pdf, (07.05.2018), 5.

[49] FRANCISCO, Laudato si’, 88.

[50] FRANCISCO, Laudato si’, 63.

[51] FRANCISCO, Laudato si’, 98.

[52] A. SPADARO, Testimone senza filtri, Jesus XL/3, 47.

[53] J.M. BERGOGLIO, Papa Francesco. Scegliere la vita. Proposte per tempi difficili, 10.

[54] Cf. FRANCISCO, Evangelii gaudium, 24.

[55] CARITAS ECUADOR, Amazonía: Nuevo camino para la Iglesia y para una ecología integral, (08.03.2018), en http://redamazonica.org/2018/03/amazonia-nuevo-camino-para-la-iglesia-y-para-una-ecologia-integral/, (04.05.2018).

[56] M. AIME, Cultura, 60-61.

[57] C. GIACCARDI, La Comunicazione interculturale nell’era digitale, 17-18.

[58] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 11.

[59] Cf. N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 67-80.

[60] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 67-68.

[61] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 70.

[62] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 70.

[63] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 72-73.

[64] N. BILBENY, Reglas para el diálogo en situaciones de conflicto, 78.

[65] Cf. W. GRISWOLD, Sociologia della cultura, 197-220.

[66] Cf. W. GRISWOLD, Sociologia della cultura, 222.

[67] W. GRISWOLD, Sociologia della cultura, 197.

[68] Cf. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ, Grupo de telecomunicaciones rurales, en http://gtr.telecom.pucp.edu.pe/que-hacemos/proyectos/tucan-3g/, (08.05.2018).

[69] FRANCISCO, Evangelii gaudium, 24.

[70] S. LATOUCHE, La apuesta por el decrecimiento, 37.

[71] FRANCISCO, Laudato si’, 14.

[72] FRANCISCO, Laudato si’, 64.

[73] FRANCISCO, Laudato si’, 49.

[74] FRANCISCO, Encuentro con los pueblos de la Amazonia. Discurso del Santo Padre. Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado), (19.01.2018), en http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2018/january/documents/papa-francesco_20180119_peru-puertomaldonado-popoliamazzonia.html, (17.03.2018).

[75] MINISTERIO DE CULTURA, Diálogo Intercultural. Pautas para un mejor diálogo en contextos de diversidad intercultural, (23.04.2015), en https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/DIALOGO%20INTERCULTURAL%20-%20A5.pdf, (18.05.2018), 11

[76] MINISTERIO DE CULTURA, Diálogo Intercultural. Pautas para un mejor diálogo en contextos de diversidad intercultural, (23.04.2015), en https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/DIALOGO%20INTERCULTURAL%20-%20A5.pdf, (18.05.2018), 11

[77] M. RODRIGO ALSINA, La comunicación intercultural, 242.

[78] J. CABRERA OVALLE, Dei verbum y Verbum Domini en perspectiva indígena, 105.

[79] FRANCISCO, Encuentro con los pueblos de la Amazonía

[80] P. SUESS, Teología de la misión, 187.

[81] P. SUESS, Teología de la misión, 187.

[82] P. SUESS, Teología de la misión, 186.

[83] P. SUESS, Teología de la misión, 189.

[84] Cf. P. SUESS, Teología de la misión, 187-199. 

[85] OFM – Orden de Frailes Menores.

[86] Milagros Aguirre Andrade, (Quito, Ecuador, 1967), periodista y escritora. Ha colaborado en revistas como Iconos, País Secreto, entre otras. Como editora ha trabajado en el CICAME – Centro de investigación cultural de la Amazonía ecuatoriana. Trabaja como redactora de temas amazónicos en el diario El Comercio de Quito y forma parte del equipo de la Editorial Abya Yala – Ecuador.

[87] Cf. A. M. DONNARUMMA (Ed.), L’Utopia dei Puma.

[88] Para profundizar en el tema podemos leer los testimonios recogidos in situ por el antropólogo peruano Chirif, quien afirma que «este libro se justifica si sirve para reafirmar la hipocresía de una sociedad que se reclama occidental, cristiana y civilizada pero que ha llevado, por afán de lucro, a la destrucción de sociedades». Cf. A. CHIRIF, Después del caucho.

[89] A. M. DONNARUMMA (Ed.), L’Utopia dei Puma, 168.

[90] A. M. DONNARUMMA (Ed.), L’Utopia dei Puma, 168.

[91] A. M. DONNARUMMA (Ed.), L’Utopia dei Puma, 179.

[92] J. M. MERCIER, Nosotros los napu-runas. Napu runapa rimay. Mitos e historia.

[93] J. M. COQUINCHE MERCIER, Pequeña historia cultural de nuestro pueblo indígena, 13.

[94] J. M. COQUINCHE MERCIER, Pequeña historia cultural de nuestro pueblo indígena, 16.

[95] J. M. COQUINCHE MERCIER, Pequeña historia cultural de nuestro pueblo indígena, 41. 

[96] M. J. BENNETT, Principi di comunicazione interculturale, 23.

[97] OFM Cap – Orden de Frailes Menores Capuchinos.

[98] Achakaspi, en lengua kichwa. Traducido al español: “palo de hacha”. Cf. J.M. GOLDÁRAZ, Kichwa – Español – Kichwa. Diccionario cultural del Napo, 65.

[99] J. M. GOLDÁRAZ, Napo mayumanta runakunapak sumak yuyarina yachaykuna, 2.

[100] R. M. MICALLEF, Laudato si’ e la sua metodologia, 37.

[101] FRANCISCO, Encuentro con los pueblos de la Amazonía

[102] SDB – Salesianos de Don Bosco.

[103] Cf. L. BOLLA, Mi nombre es Yánkuam’. El encuentro del Evangelio con los Achuar.

[104] L. BOLLA, El pueblo de la “wayús”: los Achuar, 17-18.

[105] M. GIUSTI, Il logos e gli scambi nella formazione al pensiero interculturale, 89.

[106] Cf. G. PERAL, El éxodo de la Iglesia en la Amazonía

[107] R. M. MICALLEF, Laudato si’ e la sua metodologia, 37.

[108] FRANCISCO, Evangelii gaudium, 231.

[109] FRANCISCO, Laudato si’, 60.

[110] FRANCISCO, Laudato si’, 208.

[111] FRANCISCO, Laudato si’, 119.

[112] M. COLOMBO, Chi ha paura dell’interculturalità?, 73.

[113] M. GIUSTI, Il logos e gli scambi nella formazione al pensiero interculturale, 87.

[114] L. CHEN (Ed.), Intercultural Communication, 3.

[115] C. PECH SALVADOR – M. RIZO GARCÍA – V. ROMEU ALDAYA (2011), Manual de comunicación intercultural, 27.

[116] S. MORANDI, Ecologia integrale, tra scienza e teologia, 63.

[117] FRANCISCO, Laudato si’, 121.

[118] FRANCISCO, Laudato si’, 144.

[119] FRANCISCO, Laudato si’, 63.

[120] P. SUESS, Teología de la misión, 197.

[121] Cf. I. BOLOGNESI – S. LORENZINI, Pedagogia interculturale, 301.

[122] R. M. MICALLEF, Laudato si’ e la sua metodologia, 42.

[123] S. MORANDI, Ecologia integrale, tra scienza e teologia, 66.

[124] CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Carta Pastoral: Discípulos misioneros custodios de la Casa Común, 66.

[125] A. CANEVARO, Ci può essere dialogo al riparo da ogni rischio?, 45.

[126] R. CARRASCO, Revelación de Dios (Pachayaya) en la cultura originaria naporuna, 115.

[127] O. RUIZ ARENAS, Mensaje de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 14.

[128] BENEDICTO XVI, Encuentro con el mundo de la cultura. Discurso del Santo Padre en la Universidad de Ratisbona, (12.09.2006), en http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_university-regensburg.html, (06.05.2018).




Índice



Introducción .................................................................................................................. 

I. Una mirada a la realidad desde la Amazonía peruano – ecuatoriana …………… 

II. Cultura - Interculturalidad – Comunicación intercultural – Amazonía – definiendo términos ……………………………………………..………………………..................……. 

Cultura ………………………………………………………………………….......……...… 

La interculturalidad ……………………………………………………………......…….….. 

La comunicación intercultural ……………………………………………….…...………. 

Amazonía …………………………………………………………………………......……. 

III. Dialogar sin distancias, sobre todo en la Panamazonia …………………….…… 

Diálogo ……………………………………………………………………………….......… 

Diálogo, una exigencia y desafío hoy ……………………………………………...……. 

Hacia un diálogo intercultural ………………………………………………………....…. 

Desde la Amazonía peruana, experiencias misioneras de diálogo intercultural ….... 

Juan Marcos Mercier, OFM ……………………………………………………………..... 

José Miguel Goldáraz, OFM Cap  ……………………………………………………..... 

Luis Bolla, SDB ………………………………………………………………………........ 

Conclusión …………………………………………………………………………......….. 

Bibliografía ………………………………………………………………………......……. 

Webgrafía …………………………………………………………………………......…... 

Notas bibliográficas ...................................................................................................

Índice ………………………………………………………………………………......…..